Saliendo a flote
Poco a poco, con responsabilidad y paciencia, cuando nos queramos dar cuenta esta pesadilla del coronavirus se quedará atrás. Los meses dramáticos, de incertidumbre, de desaliento, habrán tocado su final.
Al menos esta experiencia nos puede servir para valorar más lo que verdaderamente tiene importancia como es la salud, la solidaridad, los profesionales en riesgo para que nosotros podamos estar mejor. Esta experiencia nos puede servir para valorar más la vida y sentir con más intensidad, detalles que antes tal vez a penas percibíamos, como el canto de los pájaros, el crepúsculo, un saludo del vecino, un paseo… Al fin y al cabo, las cosas que nos parecían ordinarias hacerlas extraordinarias.
En nuestras conciencias está si nos debemos replantear nuestra actitud ante la vida. Posiblemente haya personas que cambien y sus pensamientos y acciones hacia el resto sean más comprometidas y generosas, y otras personas que la indiferencia y el egoísmo siga siendo su ruta a seguir.
Todos vivimos en un único espacio; la vida, que ampliada es el Universo. Todos compartimos una misma lucha; defendernos de los contratiempos que la vida nos da. El factor suerte o no suerte que podamos tener la tiene el destino. Este tiene la última palabra. Confiemos en él.