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La Endiablada vuelve a Almonacid del Marquesado

(GALERÍA DE IMÁGENES) Después de un año de ausencia, diablos y danzantas han vuelto a tomar las calles en una de las celebraciones más antiguas de España
Fotos: Lola Pineda
03/02/2022 - C.I.P.

Tras un año de obligada ausencia como consecuencia de la pandemia por Covid-19, el ancestral rito de la Endiablada ha vuelto a poner a Almonacid del Marquesado en el foco de todas las miradas. No en vano se trata de una de las fiestas más antiguas de España y de las pocas que ha sabido mantener a lo largo de los siglos la pureza de la tradición que mezcla el rito pagano con la profunda devoción a La Candelaria y San Blas.

 La situación sanitaria ha mantenido en vilo a los almonaceños hasta que a última hora la Endiablada decidía celebrar la fiesta, eso sí solo con los rituales que acompañan la procesión en honor a los patrones, puesto que para evitar riesgos se han suspendido las invitaciones en las casas, comidas de hermandad y la verbena que tradicionalmente cerraba los actos festivos que se celebran el día 2 y 3 de febrero, festividad de la Candelaria y San Blas, respectivamente.

Además, según destaca el alcalde de la localidad, Álvaro Martínez Chana, la coincidencia de las fiestas con días laborales ha sido otro de los detonantes que ha llevado a decidir celebrar las fiestas, puesto que cuando se da esta circunstancia la afluencia de visitantes es menor.  Con todo, aún sin las masificaciones que se han registrado durante los años en los que coinciden con el fin de semana, tanto el inicio en el día de Candelaria, como este jueves con la despedida se ha registrado una importante asistencia de público.

 “Había muchas ganas” y eso se ha notado también en la participación de los diablos, apostilla el también presidente de la Diputación de Cuenca, quien destaca que salvo en los años de la guerra nunca se ha suspendido la Endiablada.

Es difícil poder expresar con palabras la pasión y el fervor con el que viven la fiesta los almonaceños cuando las manos se elevan en honor a los patrones y los sentidos se desbordan en un cúmulo de sensaciones que se mezclan con el estruendo de los cencerros, hasta veinte kilos llegan a pesar los que portan en sus espaldas algunos de los diablos.  El esfuerzo es impresionante, pero la pasión con la que se vive la fiesta lo es aún más.

 “Es una emoción tan grande y un sentimiento tan profundo que durante las danzas y carreras te lleva incluso a sentir que levitas”, señala Nacho, uno de los diablos que este jueves rendía honores a San Blas ataviado con el particular traje de colores que en honor al santo se corona con una mitra papal, en lugar del tocado de flores con el que este miércoles se honraba a la Candelaria

La Endiablada vuelve a Almonacid del Marquesado

El número de diablos varía entre los 100 y 140, dependiendo de como caiga la fiesta, aunque los que están fuera suelen dejarse días para regresar al pueblo “no siempre es posible compaginar la fiesta con el trabajo”, apostilla Jorge Ruiz, uno de los muchos diablos que no residen en el pueblo.  Este año han sido 110 los que han tomado parte el rito de la Endiablada, una particular celebración que por su plasticidad y profundo sentimiento año tras año atrae a numerosos fotógrafos tanto del país como de distintas partes del mundo. Este año no ha sido menos, a pesar de que la fiesta ha caído entre semana.

De hecho, es algo que los profesionales de la fotografía han valorado positivamente. “La celebración es aún más auténtica, no hay más distracción que el propio sentimiento que genera la fiesta dentro y fuera de la procesión”, señala  Carlos González Ximénez, uno de los muchos gráficos que han acudido a la Endiablada, entre los que se han podido ver nombres tan famosos como el de Cristina García Rodero, (Puertollano, Ciudad Real,1949) una de las grandes fotógrafas del país, la primera española además en formar parte de la prestigiosa Agencia Magnum, que este jueves volvía  a captar con su objetivo la belleza y sentimiento de la Endiablada.

Fue en el 74 cuando conoció por primera vez esta fiesta y desde entonces siempre que ha podido ha vuelto.  “La Endiablada me dio a descubrir lo que podía encontrar y lo que era el sentimiento de la gente. Aquí se transmite un sentimiento de comunidad, de vivir lo que tus padres te ha hecho vivir desde pequeño, con la alegría, con la devoción, con la hermandad y con la participación, sabiendo que no importa el cansancio que te genere porque es algo del pueblo que lo viven con autenticidad”. 

La Endiablada vuelve a Almonacid del Marquesado

 

Atrapar con la cámara todo ese sentimiento es lo que lleva cada año a Almonacid del Marquesado a numerosos fotógrafos. La Endiablada es una de las fiestas más fotografiadas, y prueba de ello, dice el alcalde es que la imagen de esta fiesta se ha difundido por numerosos países. “Uno se lleva la sorpresa de encontrar fotografías de nuestra fiesta por medio mundo”.  Incluso, dice, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el prestigioso MoMA.

 Aún cuando parece que no queda nada más que fotografiar, la  “autenticidad” de esta fiesta siempre reta a encontrar “la foto distinta”, señala José María Arrigain, de Tolosa, Guipuzcoa, que al igual que muchos otros repite experiencia.

“Almonacid del Marquesado es un pueblo tolerante con los fotógrafos, muy tolerante. Por eso venimos tantos, porque nos tratan bien. Aguantan que nos metamos cerca de la imagen de San Blas y siempre lo hacen con educación y paciencia. Yo gracias a ellos he sacado buenas fotos de lo que sienten”, señala Cristina García Rodero.

La fotógrafa que ha captado como nadie la esencia de la cultura y tradición popular de las fiestas y cuya obra le ha valido no pocos reconocimientos nacionales e internacionales, destaca que lo que le llamó la atención la primera vez  en la Endiablada fue el estruendo, el sonido de los cencerros y la gente delante de San Blas “con los brazos en cruz y la cara congestionada de llorar. Sintiéndole de verdad. Supe que esa era la fotografía que quería hacer a lo largo de mi vida, porque esto es de verdad”.

 

La Endiablada vuelve a Almonacid del Marquesado

En estos momentos, Cristina García Rodero participa en el rodaje de un documental sobre su vida y señala que no podía dejar de reflejar una fiesta que “para mi fue importante desde la primera vez que asistí”.

Declaraciones que dan una idea del alcance que tiene la Endiablada, sin duda una de las fiestas más internacionales de la provincia de Cuenca. Está declarada como de Interés Turístico Regional desde 2010, aunque ya tuvo un reconocimiento como Fiesta de Interés Nacional, catalogación que se perdió con la organización territorial en autonomía y que el Ayuntamiento que preside Martínez Chana trata de recuperar, aunque reconoce que en estos momento os es algo que está parado ante la dificultad de una ley “obsoleta” que en la era digital solo contempla los impactos de prensa en papel.

Con todo, señala que seguirán trabajando para conseguirlo, aunque señala que lo verdaderamente importante es el reconocimiento de la fiesta que hace la gente, y eso es algo que queda sobradamente acreditado con la repercusión mediática y el interés que despierta tanto dentro como fuera del país.

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