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Belenes

En Belmonte se armó el Belén

El espectacular belén obra de Jesús Moral, que muestra más de 20 monumentos de la localidad y cuenta con unas 700 piezas, puede visitarse hasta después de San Antón en la Casa de la Música
26/12/2017 - M. Jiménez

El castillo de Belmonte, el Palacio del Infante y el de Buenavista, el Convento de los trinitarios, la iglesia, la plaza del Pilar y así hasta una veintena de monumentos del municipio vuelven a acoger un año más a alrededor de 700 figuritas navideñas entre pastores, visitantes del mercadillo, clientes de la panadería o la carpintería, que se mezclan en un primoroso nacimiento, obra de Jesús Moral y en el que tampoco faltan escenas como la anunciación a la virgen, la matanza de Herodes, el sueño de José o la visita de los Reyes Magos.

Con más de 150 metros de exposición y distribuido en dos plataformas, este nacimiento, que empezó a montar en agosto y puede visitarse en la Casa de la Música hasta después de San Antón, permite al visitante realizar una “visita guiada” por los hitos más representativos del patrimonio arquitectónico de Belmonte, ya que, según recuerda Moral, en él están presentes “todos los monumentos que hay en Belmonte” y, además, “está montado conforme están en el pueblo”.

Sin duda, al igual que en la vida real, también en la maqueta el protagonista es el castillo belmonteño, representado, eso sí, con menos de metro y medio de diámetro pero igualmente complicado de construir, con sus torreones, escaleras e incluso el pozo interior.

Ubicado “justo en el medio” del espacio expositivo, es, junto a la iglesia y el Palacio del Infante, el edificio que “más sorprende y llama la atención” de los visitantes, que, aconseja Moral, deben observarlo rodeándolo, por lo que “queda muy bonito todo el pueblo, porque le vas dando la vuelta y vas viendo los monumentos por todas sus fachadas”.

Junto a la plataforma “monumental” existe una segunda a la que se accede bajo un puente construido este año y que desemboca en el propio nacimiento que se extiende en el interior de una cueva hecha con 480 metros de papel e iluminada por un juego de luces de cinco colores que hacen las veces de “efectos especiales”.

"Queda muy bonito todo el pueblo, porque le vas dando la vuelta y vas viendo los monumentos por todas sus fachadas"

Entre los atractivos de este año también destacan las termas del palacio de Egipto, que cuentan con una máquina de humo, así como la máquina de nieve, “que está llamando mucho la atención”, explica su inventor, quien indica que la afluencia de público durante el pasado Puente ha sido “exagerada”, si bien las visitas a Belmonte no dejan de incrementarse durante todo el año también atraídas por su elección como una de las siete maravillas rurales de España.

Los turistas, encantados

“Los turistas quedan encantados, sobre todo los niños”, agrega Moral, para, a continuación, subrayar que son las asociaciones de Cuenca y de provincias limítrofes las que concentran el grueso de las visitas a un belén que comenzó a montarse con ayuda del párroco don Luis.

“Estaba solo y empezamos a echarle una mano hará más de treinta años”, recuerda el artista, quien se confiesa un “enamorado” de esta tradición. “Era un poquito ambicioso y después de ponerlo en las capillas, luego lo sacamos a los claustros” y, posteriormente, dadas las dimensiones que ha ido adquiriendo, cambió su sede a la Casa de la Música.

Moral comenzó la construcción de la sección monumental con el cambio de siglo tras un accidente que le impedía trabajar y aún recuerda con especial cariño el trabajo que le llevó diseñar su primer monumento: el Palacio del Infante en ruinas, con las maderas por el suelo. Posteriormente construyó el castillo, con unas dimensiones más reducidas que el que actualmente tiene en exposición.

Tras afirmar que en la colocación de las figuritas cuenta con la colaboración de su mujer y su hermana, confiesa que se pasa todo el año “haciendo cosas por las tardes” y que es en agosto cuando empieza a colocar las plataformas.

“Había días que me levantaba a las cinco de la mañana, porque cuando tengo algo en la cabeza, me despierto y me pongo a dar vueltas y allí me tranquilizo y estoy mejor”, confirma.

El resultado de su esfuerzo y de tantos desvelos puede disfrutarse de viernes a domingo en horario de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 al cierre, “mientras que haya gente”.

Entre semana, tanto él como su hermana tienen disponibilidad para mostrarlo a grupos o particulares.


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