JCCM NUEVO HOSPITAL
Es noticia en Cuenca: Infancia Patrimonio Turismo AUTOMOCIÓN Música Diputación de Cuenca AEMET
Antonio Santos
06/10/2025

Desorden mundial

No fui a un colegio privado ni a una de esas universidades de gran renombre internacional. Quizás por eso me llama tanto la atención el modo de relacionarse de la gente de bien. Cuando yo era niño creíamos en cosas irreales que estaban escritas, como Superman y la Constitución; pero también en cosas reales que jamás ocuparon una página, como la ley del patio. Nunca debería haber sido así, pero la realidad era así. En el patio, como en la vida, había clases y categorías. Siempre había un matón: alguien básico, como la ley del patio, sin aspiraciones a gobernar nada más allá de él. Todos sabíamos lo que teníamos que hacer. Él increpaba al azar y tú tenías que intentar plantar cara para, alguna vez, acabar llevándote una somanta de hostias y repartir lo que podías, que sería poco. Cuando eso sucedía, eras libre para siempre. Demasiado trabajo para poco prestigio y respeto. El matón, de vez en cuando, sin que se supiera muy bien por qué, también tenía que sobarle el morro a algún gallito aspirante al título. No era perfecto —de hecho, era horrible—, pero había un orden que obedecía a unas reglas. Esta semana comparecieron juntos Trump y Netanyahu para presentar un plan de paz para Gaza. Trump estaba serio y Netanyahu sonreía. Trump es un matón, pero nunca fue a un colegio público de la España de los 80.