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Antonio Santos
26/08/2013

Aquí no pasa nada

Ya tenemos de nuevo la Liga encima, y de aquí a nada desmontan las terrazas y los bares vuelven a ser de verdad, pero paradójicamente estoy condenado; no porque mi equipo tenga todas las papeletas para descender ni porque nuestra liga vuelva a ser por tercer o cuarto año consecutivo el esqueleto de un gigante, sino por las cifras que manejan algunos en fichajes con la que está cayendo en España.


Cada vez que veo o leo las noticias de deportes, el único espacio casi tan grande como el del corazón en la parrilla televisiva, y aparece la palabra euro se me ponte una mala virgen quepaqué. No saber exactamente lo que vale una gallina clueca y anémica o el actor secundario Bob me jode, pero me jode aun más saber que se pueden llegar a pagar por Bale cien millones de euros. Se dice rápido, pero si lo traducimos vemos la auténtica envergadura de la cifra, porque cien millones de euros son unos cuatrocientos treinta y cuatro millones de kilos de cebada, o más botellines de los que vende el Roco, incluso toda la provincia de Cuenca, en todo un año, o una década si me apuras. Y me pregunto: ¿Si un guiri que le pega patadas a un balón vale para los españoles cien millones de euros, cuánto valdría, por ejemplo, uno de los mejores científicos jóvenes de Europa? ¿Dirán de Bale que es otro extranjero que viene a quitarnos el trabajo?


Que sepáis que si el Madrid ficha a Bale por más de 30 millones de euros, ese equipo no pisa mi tele en toda la temporada. Volveré a los bares, que ya sin terraza son muy acogedores.