
Bus urbano: De Alfonso Ocho a Escuela de Enfermeras
Dice la canción que “cuando llegue septiembre todo será maravilloso”, quizá en Cuenca cuando conmemoremos la Reconquista de la ciudad por el Rey Alfonso VIII (vamos, la Vaquilla), pero la llegada de septiembre tiene prevista el cambio de líneas de los autobuses urbanos con salida y llegada en la plazoleta de Mariano Catalina o de la Estación. Mientras llega el lunes 1 de septiembre, en los autobuses urbanos, los modernos eléctricos y los viejos de ruido ensordecedor, se ha puesto en marcha el sistema de audio con la relación de paradas, ideal sobre todo para invidentes, que podía traducirse también al inglés si creemos que somos una ciudad turística.
Sin embargo, la novedad de escuchar la relación de paradas no deja de ser curiosa, al menos en las actuales líneas 1 y 2 que son las que habitualmente utilizo. Aquí de nuevo la realidad supera a la ficción. Sobre todo cuando se escucha: “próxima parada, Alfonso Ocho”, y algún viajero suelta aquello de “por ahí la abrocho”. O sea, Alfonso VIII ahora es el ocho en la inteligencia artificial sonora. La nomenclatura de paradas sigue siendo curiosa: calle Colón-Plaza del Nazareno (que es la de la Constitución). Calle Colón-Escuela de Enfermeras. ¡Si hace 40 años que no existe! Debería ser Colón-UNED o quizá Hospital de Santiago por darle notoriedad. Eso en la subida, con dirección Plaza Mayor, cuando debería ser destino Plaza Mayor.
En la bajada y por el centro de la ciudad, nos dice “la voz del bus”: siguiente parada: Cámara de Comercio-Plaza de la Constitución. Correcto. Ya no dice Nazareno. En la que sigue: Juan Correcher-Edificio Sindicatos. Pero si ya no están. No será más fácil decir Parque de San Julián, que tiene más citas. La siguiente nos dice que vamos a doctor Chirino, pero en realidad es la calle José Cobo junto a Carretería. No sé si en las líneas 5 y 6 ocurrirá algo parecido.
Espero que se corrija esta relación de lugares (algunos no existen), y se relacionen para mejor conocimiento de los viajeros. Aunque la mayor asignatura que tienen las paradas de autobuses es que los vehículos siguen aparcando a su libre albedrío a modo de carga y descarga, ante el asombro general y disgusto de los viajeros que tienen que montar en el centro de la calzada, con el tráfico interrumpido. Lo que no ocurre en la mayoría de las provincias de España pasa en nuestra Cuenquecilla del alma. ¡Ea!... En fin, que la ciudad se ha estirado y las cuatro líneas, al margen de la del AVE, que sería mejor cada 20 minutos con un par de paradas intermedias, se van a quedar cortas o demasiado largas. Lo veremos cuando llegue septiembre, que viene después de los fuegos artificiales de la Feria.