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“Me cuelo en los talleres de los niños para ‘robarles’ ideas”

El artista conquense Joan Cursach tiene previsto montar una exposición en las ciudades belgas de Bastogne y Jette que nace tras haber pasado quince días “perdido” pintando en un bosque
Fotos: Tom Holderbeke
28/10/2019 - Dolo Cambronero

Joan Cursach (Cuenca, 1973) va a clases en la academia de Anderlecht (Bélgica), donde trabaja la cerámica y el grabado. “Y me cuelo en los talleres de los niños para ‘robar’ ideas”, cuenta divertido. “Es muy interesante y sugerente ver sus originales creaciones”, asegura este artista, que tiene una exposición prevista para el año que viene en las ciudades belgas de Bastogne y Jette.

Esta muestra es el resultado de su estancia en el sur de Bélgica durante quince días en los que estuvo “perdido” pintando en un bosque, explica el autor, que lleva seis años en Jette, uno de los 19 municipios que conforman la región de Bruselas.

Cursach lleva pintando desde los 19 años. Comenzó los estudios de Bellas Artes en Valencia aunque cuenta que perdió “la motivación” y no los acabó. De todas formas, sí se le despertó el interés por el mundo del arte, que le ha acompañado durante toda su vida.

Aunque la afición le viene de mucho antes. Su padre y su madre sienten pasión por el arte y se la inculcaron a Joan y a su hermano. Así, desde pequeño ha visitado exposiciones y tuvo la oportunidad de adentrarse en el Museo de Arte Abstracto de la capital y siempre que podían visitaban museos y muestras cuando viajaban.

"Estoy seguro de que Cuenca me ha marcado en mi obra. También su belleza. La pintura para mí es una forma de vivir. Tal vez una manera de mirar la vida"

“La curiosidad la sigo teniendo y me encanta visitar exposiciones de todo tipo y color. No he dejado nunca de hacerlo. ”, indica.

Ahora también da talleres para adultos y todos los días pinta. “Estoy seguro de que Cuenca me ha marcado”, asegura sin ninguna duda. “Y también la belleza de Cuenca. Siempre me ha fascinado”, añade mientras cuenta que una de sus pequeñas obsesiones son las dos hoces, cuyas formas alargadas se asemejan a torres. “Son como rascacielos”, apunta, detallando que ha plasmado ese bello paisaje en alguno de sus cuadros.

“La pintura para mí es una forma de vivir. Tal vez una manera de mirar la vida. ‘Y solo se ve aquello que se mira’, como decía Merleau-Ponty”, subraya el artista. Le resulta difícil describir su obra pero cuenta que le gusta mezclar papel, arenas, tierras..., y utiliza pintura acrílica, fabricando él mismo los colores. Y en los últimos tiempos trabaja también bastante el dibujo.

El mito de Sísifo es una temática muy recurrente ahora en sus obras, tanto en pintura como en cerámica. Así, crea personajes que cargan sobre sus espaldas grandes fardos en los que a veces se ve lo que hay dentro y otras, no. “Porque me gusta la idea de acumular y superponer elementos en forma de torre”, explica.

“Me cuelo en los talleres de los niños para ‘robarles’ ideas”

Las migraciones y los mapas también están muy presentes en sus obras. “Me interesan los personajes que se desplazan, que se mueven”, detalla. Quizás porque en su propia vida ha hecho varias mudanzas, desde Cuenca a Bélgica, pasando por Valencia y Marruecos, entre otros lugares. Mallorca es otra de sus referencias vitales, donde ha vivido, tiene familia y regresa a menudo. Por ello, le resulta interesante reflexionar en su pintura sobre ese “empezar de cero” que hay en cada traslado.

En esta línea, hace cinco años, expuso en Cuenca en la Fundación Antonio Pérez una muestra sobre mapas, en la que también usaba la técnica del collage.

En cuanto a sus referencias artísticas, señala que hay “muchas y variadas” influencias, destacando especialmente a autores como Goya y, sobre todo, su cuadro Los fusilamientos del 3 de mayo. “Me impactó desde que era pequeño. Tenía que verlo cada vez que iba al museo del Prado”, relata.

Rembrandt, Antonio Saura, Tiziano, Tintoretto y las pinturas rupestres –dice que le apasionan- son otras de sus fuentes de inspiración. Y también sigue el trabajo de artistas actuales como Anselm Kiefer, William Kentridge y Miquel Barceló. “Todo me sugiere y de todo aprendo”, enfatiza, al tiempo que cuenta que la literatura también le ha influido, José Saramago en particular.

De cara al futuro, además de la próxima exposición en Bélgica, le han invitado a pasar dos semanas en una residencia de artistas en China y también se plantea volver a Marruecos para pintar igualmente en una residencia. En el horizonte de 2020 o 2021, se propone volver a sus orígenes montando una exposición en su Cuenca natal.