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“Escribir novela negra sale del corazón y las tripas”

Callado y observador, Marin Leudon, autor de ‘En silencio’, Premio Transfuge a la mejor novela francesa, se asoma a Cuenca para abrir las tapas de sus libros y de su denuncia social
Fotos: María Navarro Fajardo y Jesús Morillas
16/12/2018 - Marin Leudon

Al más puro estilo francés. Se sonroja cuando ríe, al hablar mueve las manos con elocuencia y sus pies marcan el vaivén del tiempo.

Mira hacia todos los lados intentando quizá guardar fotografías en su mente. Frunce el ceño cuando piensa y los labios cuando escucha.

Fuera llueve, él lleva vaqueros, deportivas y un jersey de lana gris. Tampoco parece tener frío cuando se queda en manga corta dejando ver su brazo izquierdo, todo tatuado.

Se le nota cansado, ha tenido un día duro. Viene del festival Getafe Negro, ha pasado por Villamayor de Santiago para tener un encuentro con los estudiantes de bachillerato y finalmente ha presentado sus libros en Cuenca ante el club de lectura Las Casas Ahorcadas, dirigido por Sergio Vera Valencia.

Después de un día tan agotador aún tiene tiempo de querer hablar un rato más, de forma cálida y distendida, aunque la piel de sus ojeras ya se torna violácea.

Pasa las manos por su cabeza, rapada, y sigue mesándose la barba, planificando perfectamente las respuestas en su mente. Nunca deja nada al azar.

Habla lento, tranquilo, con frases cortas. Su voz es agradable y melodiosa.

Se mantiene firme en la silla con la espalda recta. Toquitea delicadamente el paquete de tabaco que está sobre la mesa y mientras se deleita con un cigarrillo, mira, como preguntando si puede ya empezar a hablar.

¿Que haya estudiado Sociología ha influido en que se decidiera a escribir novela negra?

Cuando empecé a escribir mi primera novela intenté usar las herramientas de la sociología para documentarme, para hacer un esquema de lo que quería contar. Pero una vez que tuve mi esquema y un montón de documentación, entendí que iba a ser muy complicado escribir una novela que tuviese misterio y todo. Entonces tiré toda la documentación y empecé de nuevo. Es realmente otro trabajo muy diferente. Una vez entras en la literatura te basas en otra forma de pensamiento. Al fin y al cabo la labor de un escritor es contar historias, poner palabras sobre las emociones. Me había pasado más de quince años leyendo todos los días, pero también escribiendo cartas a amigos… y cartas de amor. Descubrí que no era tan difícil. Las cartas son en realidad como las novelas: poner palabras sobre las emociones, un poco de manipulación, un poco de seducción… Este tipo de escritura es una forma de escribir que viene un poquito de la cabeza, pero que sale sobre todo del corazón y de las tripas. Así que sí, me influyó, pero no me sirvió más que para darme cuenta de que escribir historias no era teorizar.

¿Cómo se le ocurrió la trama de su libro Perros de porcelana?

Necesitaba contar una experiencia. El punto de partida del libro es un colega de trabajo que un día, estando en el aparcamiento, me dijo que me acercase a su coche. Abrió el maletero y retrocedió. Me pidió que mirara: había un fusil. Me asusté, lo reconozco. Cerré el maletero y me fui para atrás. Me explicó que el fusil llevaba mucho tiempo allí escondido. Que todos los días de la semana desde hacía un año venía al trabajo con él y que no podía más, que el secreto le pesaba tanto que necesitaba hablar de ello con alguien, porque sabía que algún día lo iba a usar. Perros de porcelana es un libro muy duro, efectivamente, porque la situación era dura.

La situación de la que habla es el violento y perenne acoso laboral. ¿Por qué necesitaba hablar de esto?

Hace años trabajaba para el France Telecom. Allí fui víctima de acoso laboral, de violencia en el trabajo. No hay sufrimiento sin violencia. Cuando me despidieron necesité seis años al menos para estar en paz conmigo mismo, y entonces, saliendo de ese sufrimiento, me aventuré a escribir con una amiga psiquiatra y un amigo sociólogo un ensayo sobre los suicidios en France Telecom. Intentábamos denunciar la forma en la que se trataban estos suicidios en los medios, pues los tachaban de “moda”. Nuestro ensayo salió en Francia en 2010, pero una vez editado nos encontramos con el problema del secreto médico. Teníamos muchísima información que no podíamos sacar a la luz, o demostrar, debido a la intimidad de los pacientes, por eso decidí escribir Perros de porcelana, para poder decir todo lo que no había podido escribir en el ensayo. Y fue un momento muy emocionante cuando me di cuenta de que estaba usando las armas de mi nuevo trabajo como escritor de novela negra para poder denunciar lo que había sufrido en mi antiguo trabajo. Una vez se editó el libro siguió siendo duro. Antiguos compañeros del trabajo me insultaron, otros en cambio me lo agradecieron. Hubo gritos, hubo lágrimas… Aun así hace ya casi diez años que escribí Perros de porcelana y desgraciadamente, la información que me llega, es que las cosas no han cambiado.

Aunque Perros de porcelana y En silencio son novelas muy diferentes, ambas tienen un inicio muy violento. ¿Cómo se le ocurrió el principio de esta novela, en el que Émilie seduce a Simon para raptarlo?

Lo que me importaba era el hecho de que mientras Émilie le disparase a Simon le dijese: “Ahora estamos iguales, vamos a poder hablar”. Aunque su forma de entablar conversación no es muy democrática (sonríe mientras dice esto), está claro que no es más que una puesta en escena. Una exageración violenta, para permitir al lector interesarse por quién ha hecho qué, lo que siempre cuento pasada la introducción. Esta estrategia la utilizo en casi todas mis novelas. Situé la ambientación en una perrera porque quería mostrar al lector que Émilie estaba en ruptura con la sociedad de los humanos, encontrándose ahora en una sociedad de animales. El perrito Bop representa la prolongación de la humanidad que Émilie ha perdido pero que quiere buscar, al igual que su pierna. Bop es libre, salvaje, lo que Émilie envidia.

Hemos hablado de la pierna de Émilie… ¿Por qué quería que la protagonista tuviera una discapacidad física?

No conozco a nadie que tenga una discapacidad física, por eso dudé bastante tiempo antes de representar un personaje que tuviese este hándicap. Tenía en mente a una bailarina con sólo una pierna y quería hablar de la desclasificación social. Ensamblé estos dos elementos para intentar mostrar más allá de la discapacidad física la discapacidad social que sufría esta joven.

¿Por qué Émilie elige a Simon para su venganza?

Es una putada, pero es la decisión del novelista. Soy un poco romántico y pienso que Simon es un espejo de Émilie. La única diferencia es que Simon acepta la fatalidad de la vida, lo que Émilie no consigue hacer. Sus actos son reproducciones de su cultura, de su entorno… Su venganza hacia el mundo (y no sólo hacia Simon) es su forma de luchar contra este determinismo social. No sabe hacerlo de otra forma y considera que raptar a este hombre y dispararle en la pierna para que sienta su mismo sufrimiento es lo apropiado.

¿Con qué personaje de su libro En silencio le gustaría pasar un día entero?

(Casi responde antes de que termine la pregunta) Con Bop, el perrito. En realidad la historia de Bop es otra historia triste, con un fusil (se ríe). Son los dos únicos fusiles con los que me he encontrado hasta ahora en mi vida. Iba a hacerle una visita a un vecino cazador para pedirle prestado el tractor cuando vi que estaba a punto de matar al cachorro que su perra de caza acababa de parir. Su argumento es que no servía para cazar, así que cogí al cachorro y me lo llevé a casa. Pero sí que valía para la caza: mató a todas mis gallinas. Le tengo tanto aprecio que quise meterlo en la novela.

Su próxima novela está a punto de ser editada. ¿Puede adelantarnos algo de la trama?

Es muy complicado hablar de esta novela porque es una historia que se desarrolla en dos tiempos. Todo empieza con un hombre que trabaja en una ITV al que arrestan por saltarse el límite de velocidad. Cuando la policía hace un control de sus huellas se dan cuenta de que está implicado en decenas de robos de coches. El problema es que todos estos coches eran devueltos horas después de haber sido robados y resulta que funcionaban mejor. También está inspirada en una historia real de un hombre que conocí. Trabajaba en una ITV, pero no estaba de acuerdo con la política de la empresa. Pensaba que no hacían bien su trabajo. Se pasó seis meses mirando todos los días en el periódico local los accidentes que implicaban coches. De forma inconsciente verificaba que no eran coches que había comprobado él, pues su cerebro tenía pavor de sentirse culpable de estos accidentes. Utilicé este punto de partida para escribir esta novela pero no os lo voy a desvelar. Eso sí, hay una bonita historia de amor dentro.

¿Qué libro lee actualmente?

Un libro fantástico de Benjamin Whitmer, Cry father. También recomiendo Solo las bestias de Colin Niel, creo que van a hacer una película dentro de poco.

Como escritor de novela negra que es, ¿cómo le gustaría morir?

No quiero morir (dice abriendo los ojos). Aunque si me asesinasen, supongo que preferiría que me dejasen en un barco en medio del océano para morir, puesto que me llamo Marin, que es marinero en español.