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“Decidí dar el paso a ser árbitro por seguir ligado al rugby"

Este jugador habitual del Club Rugby A Palos, que ha hecho historia al convertirse en el primer colegiado conquense de este deporte, sueña con llegar a arbitrar en categoría nacional
“Decidí dar el paso a ser árbitro por seguir ligado al rugby"
Foto: Saúl García
13/06/2019 - Mario Gómez

El rugby es uno de los deportes que más está emergiendo en el panorama polideportivo. Un característico juego en el que pese a la brutalidad de los choques, golpes y placajes que pueden observarse en un partido de esta disciplina, el respeto se hace omnipresente entre los jugadores y de manera esencial ante la figura del juez, puesto que en el reglamento de esta disciplina sólo el capitán del equipo puede dirigirse al árbitro.

En Cuenca, el Club Rugby A Palos lleva años creciendo no sólo en lo deportivo (mejorando año a año su clasificación en la 2ª División Valenciana donde esta temporada rozó el ascenso de categoría) sino también en número, con cada vez más practicantes en Cuenca tanto en las categorías base como la formación de un equipo femenino.

Pero para alegría de este club conquense, su crecimiento se ha expandido hacia un fleco indispensable del juego pero que muchos a veces olvidan, la figura del árbitro. Así, Pedro Plaza (Cuenca, 1995) ha pasado de recorrer metros con el balón ovalado y disputar los ‘rucks’, para enfundarse el polo de juez del partido: “Decidí dar el paso a ser árbitro por seguir ligado al rugby de alguna manera, ya que por motivos laborales no podría seguir jugando”.

De esta manera, a comienzos de temporada realizó un curso de iniciación en la Federación Valenciana de Rugby (ante la inexistencia de esta federación en Castilla-La Mancha). Apenas unos meses después, Plaza continuó progresando en su objetivo al conseguir el Nivel I de la World Rugby, y tras arbitrar sus primeros partidos, logró obtener el Nivel II, en un seminario donde conoció al referente nacional del arbitraje: Alhambra Nievas, antigua árbitra de rugby y hoy día gerente de desarrollo arbitral del órgano mundial que rige este deporte. Titulación en mano, Plaza se convirtió en el primer árbitro de rugby de la historia de Cuenca.

En su situación, reconoce que para la Federación Valenciana “es complicado tener un árbitro en Cuenca, por el tema de los pagos por desplazamientos que son más caros que uno de Valencia. Sin embargo, desde la institución ven con buenos ojos tanto para nuestro club como para su liga que exista un árbitro aquí, ya que otras provincias como Albacete o Teruel, además de la nuestra, participan por cuestiones geográficas en sus divisiones, les es más rentable”, admite.

"El respeto por el árbitro en rugby es una cuestión que desde fuera, para quien no está familiarizado, le impacta, algo que no debería de ser así"

Poco a poco va acumulando partidos y experiencias que van agrandando su currículo, como la participación en el Campeonato de España sub14, un evento donde dirigió varios partidos entre las futuras promesas nacionales del balón ovalado y en el que este conquense admitió “lo realmente complicado que es ser árbitro de rugby, ya que en acciones donde se amontonan jugadores, puede pasar de todo en fracciones de segundo y no puedes perder de vista el balón entre tanto cuerpo, brazos y piernas que se baten por ganarlo, ¡es una locura!”, declara entre risas.

Pese a todo, reconoce que la figura del árbitro en este deporte está mucho más respetada que en otros: “es una cuestión que desde fuera, para alguien que no está tan familiarizado con el rugby, le impacta. El hecho de que sólo el capitán se dirija a tí, que siempre te llame ‘señor’, que no haya falta de respeto o te voceen es algo que a otros les sorprende, y no debería de ser así”, afirma.

Respecto a la cuestión de ser el primer árbitro de rugby en la provincia de Cuenca, Plaza espera que sirva para que haya otros que sigan sus pasos: “En el Club Rugby A Palos estamos creciendo, cada vez hay más niños y niñas que juegan al rugby, el primer equipo está logrando buenos resultados y muy pronto se federará el femenino, pero también es importante que haya quienes se animen a ser árbitros o entrenadores, porque sin ellos, no se podría jugar al rugby”.