DIPUTACIÓN FERIA DEL LIBRO
Más entrevistas: Olivia del Saz Ortega Claudia Molina Jairo Cárcaba José María Albareda Jorge Sánchez Albendea Andoni Sierra Ron Darío Dolz Julián Recuenco Araceli Cuerda Alejandro Moya

“El ATC haría de la provincia zona de monocultivo nuclear”

Ecologistas en Acción tiene una nueva responsable en la provincia, María Andrés, que a su lucha contra el ATC une ahora su apuesta por la agroecología y el ecofeminismo
“El ATC haría de la provincia zona de monocultivo nuclear”
María Andrés. // Foto: Saúl García
06/02/2018 - Gorka Díez

Asu labor al frente de la Plataforma Contra el Cementerio Nuclear, de la que es portavoz, María Andrés (Cuenca, 1980) suma desde hace una semana la presidencia del colectivo Ecologistas en Acción de Cuenca en sustitución de Carlos Villeta, que asumió esta responsabilidad durante toda una década. Una muestra más de su compromiso con el desarrollo sostenible de la provincia. Hablamos con esta bióloga de formación y ganadera ecológica en una granja de cabras de Villares del Saz, donde elabora un queso artesano que ella misma promociona y vende a través de la asociación de productores Instituto Despensa Natura cuyo objetivo, apunta, es “echar una mano para que todo sea un poquito mejor”.

¿Qué objetivo se plantea como nueva presidenta de Ecologistas en Acción?

Tenemos nuestras luchas pendientes, que cada vez son más. Seguiremos intentando afrontar el fin del proyecto del cementerio nuclear y otra campaña, que empezamos el año pasado, es la de las macrogranjas, contra cuyo modelo nos oponemos. Y, en esta línea, también queremos intentar hablar más de ecofeminismo y de agroecología, que es algo que puede venir bien a una provincia como Cuenca.

¿La lucha contra el ATC puede acabar en victoria tras confirmarse la anulación del Plan de Ordenación Municipal (POM) de Villar de Cañas?

Podríamos decir que ahora mismo vamos ganando. Pero el proyecto es muy largo. Ahora el POM no existe, de modo que no sería posible seguir adelante con el cementerio nuclear si no es declarado bien de interés nacional. Así que tiene bastantes complicaciones de salir. Pero estaremos totalmente pendientes. Sea como sea, es algo que se tiene que resolver en breve porque, si no, nos volvemos a ir de plazo. Estamos en 2018 y se supone que esto ya tenía que estar funcionando, pero está en pañales.

¿Cuáles son las principales razones para estar en desacuerdo con el ATC?

Primero, porque en él se quieren concentrar los residuos de centrares nucleares, lo más peligroso que existe ahora mismo en el mundo, unos residuos que en ninguna parte del planeta se sabe muy bien cómo gestionar. Se tienen que mantener libres de manipulación durante tantos miles de años que no sabemos si vamos a ser capaces. Este tipo de instalación puede además dar pie a la ampliación de la vida de las centrales nucleares, algo a lo que no podemos contribuir. Por otro lado, un proyecto de ese tipo haría de la provincia una zona de monocultivo nuclear, donde no habría otra cosa. Y ni siquiera hablamos de una instalación que vaya a estar funcionando, sino de un cementerio, por lo que en un momento determinado podrá generar una serie de puestos de trabajo pero, una vez que ya esté listo, no. Y habría que ver la calidad de ese empleo que se generaría. También, hay que tener en cuenta que la decisión de ubicar el cementerio en Villar de Cañas no se tomó de forma consensuada y no se tuvieron en cuenta las diferentes opiniones, ni técnicas ni políticas, de la sociedad.

En una provincia donde la industria agroalimentaria tiene tanto peso, contar con un cementerio nuclear podría dañar gravemente la imagen de esos productos…

Lógicamente claro que les puede afectar. Hay ejemplos de algunas denominaciones de origen en Francia que han tenido que cambiar de nombre. Estamos hablando de marketing. Y también se puede ver afectado el sector turístico, con muchos alojamientos en la zona. Porque, como decía, con una instalación nuclear la provincia se convertiría en una zona ligada exclusivamente a la industria nuclear.

Hábleme de las macrogranjas. ¿Por qué se oponen a ellas?

Uno de sus principales problemas de Cuenca es la despoblación, y ni el cementerio nuclear ni la ganadería industrial van a hacer que los pueblos estén más vivos y venga más gente a ellos. Una ganadería industrial tiene un impacto ambiental muy importante: aunque cumple un mínimo de seguridad e higiene, hablamos de animales hacinados. Y cuando se intensifica la producción, se generan muchísimos residuos, que en muchos casos pueden llevar restos de antibióticos. Conocemos macrogranjas de otras zonas donde las aguas están contaminadas y no se puede beber, y donde hay verdaderos problemas con los purines… No podemos producir residuos si no sabemos cómo los vamos a gestionar. Tenemos que apostar por modelos de gestión que sí que trabajan por mantener el mundo rural vivo.

Su apuesta es la agricultura ecológica…

Es que es una realidad que la agricultura ecológica es sostenible y que en ella todo está muy controlado. Tenemos asegurado que el animal que comamos ha sido alimentado con productos ecológicos, que no es lo mismo que la alimentación con piensos. Y que ha tenido espacio para moverse y correr en el campo, lo cual transforma los tipos de ácidos grasos y muchísimos componentes que al final afectan directamente a nuestro organismo.

"Falta una apuesta institucional por trabajar el desarrollo interno en economías a pequeña escala. Apostar por estas producciones artesanas sería lo ideal, porque se podrían generar muchísimos proyectos en pueblos"

Parece que sí se anuncian cada vez más productos con la etiqueta de ecológico y que muchos ciudadanos los reclaman…

Hay varios proyectos relacionados con el consumo ecológico y se oye más hablar de este, incluso en las grandes cadenas. Aunque es verdad que mucha gente acude a la alimentación ecológica cuando ya tiene algún problema de salud. Lo ideal sería que se pudiese hacer alguna apuesta para que todo el mundo pudiera comer sano y bien. La alimentación es un derecho. Nosotros defendemos además la agroecología, que va un pasito más allá, pues consiste no solo en producir según unos requisitos, sino, también, en intentar que la venta y la distribución de la economía sea local para que de esta manera repercuta en el territorio y permita que se genere más soberanía.

Lo ideal es aprovechar el comercio local, con tiendas especializadas, frente a esa costumbre tan extendida de adquirirlo todo en una gran superficie…

Aquí abrimos un debate grande. Yo entiendo que es mejor trabajar directamente con productores, tener una relación directa con el pequeño comercio. Pero también es cierto que hay gente que, por sus horas de trabajo, no puede utilizar este tipo de medios. Necesitaríamos que se generase una herramienta para poder desarrollar el comercio a pequeña escala, y para eso haría falta una apuesta institucional. Apostar por estas producciones artesanas sería lo ideal, porque se podrían generar muchísimos proyectos más de los que ya hay y en muchísimos pueblos y combatir la despoblación. Pero ahora todo está muy relacionado con la exportación y falta mucho por hacer.

Ha hablado antes de ecofeminismo…

Sí, es una de las corrientes del feminismo que aboga por un modelo social y económico según el cual primero somos las personas, de modo que ese modelo está para cubrir las necesidades de las personas en el medio donde nos desarrollamos, un planeta finito, lo que hace que tengamos que ver los recursos que tenemos disponibles. El ecofeminismo hace así hincapié en un desarrollo socioeconómico sostenible.

La movilidad sostenible, a través del transporte público, es una de las grandes reivindicaciones de Ecologistas en Acción. Pero Cuenca es una provincia con un tren convencional muy deteriorado y un transporte público por carretera que sale muy caro mantener dada la poca población…

El problema que tenemos en el medio rural, nos guste o no nos guste, es que está despoblado. Y que, cuanto menos servicios tengamos, más difícil será mantenerlo. Tendríamos que abrir una mesa de debate para hablar no solo del transporte, sino de todos los temas que afectan al medio rural de forma conjunta y ver cómo mejorar su viabilidad.

Se han cumplido ya siete años de la puesta en marcha del AVE, pero no sé si ha beneficiado a la provincia…

El principal problema es que el AVE se ha cargado el modelo de ferrocarril convencional que daba servicio a muchísimos sitios, con lo cual se ha producido un impacto grave. Y la ubicación de la estación, a varios kilómetros de la capital conquense, genera muchísimos problemas, porque hay que andar con el coche, con un taxi… No la hace útil, sobre todo para la gente más mayor. Y luego están los precios, por lo que habría que ver el uso que se les está dando. Al final, Cuenca está en medio de ciudades que se quieren unir, pero el AVE no es para Cuenca, sino para unir esas otras ciudades. Nosotros somos como un efecto colateral y habrá gente que pueda beneficiarse o no, en función de las necesidades que tenga, pero desde luego que no está pensado para la mejora de la provincia de Cuenca.

En cuanto a las peticiones para construir nuevas autovías que comuniquen la provincia con Guadalajara, Teruel y Albacete, ¿qué opinión tiene Ecologistas en Acción?

A la de Teruel nos opusimos hace años por el trayecto y por el uso. No entendemos que fuera a mejorar la realidad de nuestras zonas. Al final, esos proyectos tienen un gran impacto en el medio ambiente y hay que hacerlos bien. Hay una serie de razones por las que desde el ecologismo se plantean otras realidades. El futuro para nuestra provincia pasa, como decía, por trabajar de forma integral esta y otras cuestiones.

Ustedes son partidarios de que el coche se utilice lo menos posible pero en la capital se hace un uso de él desproporcionado. ¿Cuál es su opinión?

Cuenca es una ciudad que podría apostar por el transporte público o por propiciar que la gente pueda ir en bicicleta. Es también una ciudad muy asequible para ir andando, aunque sí es cierto que, como ha sucedido en muchas otras ciudades, se ha expulsado a la gente joven del centro y se ha apostado por un modelo insostenible que ha desconectado muchas partes de la ciudad y hace que ahora haya distancias importantes que hacen que mucha gente entienda que la única forma de desplazarse, por los tiempos y la realidad de cada zona, es cogiendo el coche. Es una pena que estemos en esta situación. Habría que ver cómo se le puede dar la vuelta mejorando sobre todo el uso de los transportes públicos.