Ahora le toca el turno a los transportistas. Después de haber distribuido miles de mascarillas por varios hospitales de la región, cerca de cuarenta mujeres de Las Pedroñeras han confeccionado en apenas dos días otras 6.500 para repartirlas entre los camioneros de todo el país.
“Está media España cosiendo mascarillas. Ya hemos cubierto, no solo nosotras, los hospitales de Cuenca, Alcázar, Villarrobledo y Albacete. Y ahora hemos pensado en los transportistas. Ellos no están en primera línea como los sanitarios pero están dando el callo para que nuestras despensas estén llenas. Y están muy cansados porque nadie los está apoyando”, recalca Laura Araque Izquierdo, promotora de esta iniciativa.
Laura es tapicera y se dedica a la decoración del interior de camiones por lo que conoce a muchos profesionales de este sector. Este martes repartieron las primeras mascarillas entre los transportistas, en concreto a uno de Andalucía, que las dejó después en un establecimiento que ofrece servicios de comida para que pudieran cogerlas allí a su vez más camioneros. Poco a poco se están sumando más puntos de encuentro para la recogida y les han llamado "hasta de Vigo".
Además, un transportista de Las Pedroñeras llevará 800 mascarillas este lunes a Mercamadrid, para que se puedan distribuir desde allí a más camioneros.
La fabricación de estos elementos de protección es un trabajo en cadena en el que “se ha volcado mucha gente”. Apenas unos días después de declararse el estado de alarma, esta pedroñera comenzó a coser mascarillas con su propio material, embarcando en la iniciativa solidaria a otras siete amigas.
En un principio utilizaba sábanas de algodón pero les dijeron que este material no era apropiado, así que Laura se puso en contacto con el hospital de Villarrobledo, que les proporcionó dos sábanas para operaciones quirúrgicas. “Es como una tela plastificada. Sacamos bastantes mascarillas de ahí”, detalla, explicando que el personal sanitario puede ponérselas encima de las suyas con filtro, para protegerlas y que les puedan durar más tiempo en un momento de escasez.
A raíz de ahí, empezaron a buscar “tejido sin tejer” para fabricarlas. “Tiene que ser un material en el que, si echas agua o algún spray, no traspase. Son como mascarillas quirúrgicas: no contagias aunque te puedes contaminar”, puntualiza.
Una vez que apuró toda la goma que tenía en casa, contactó con la Policía Local, que difundió en redes un mensaje informando de que necesitaban material. Mucha gente se animó a ayudarles y cuarenta mujeres han participado en la fabricación de estas mascarillas que, además de a hospitales y transportistas, han llegado también a residencias de ancianos y a varios centros, como al Crisol de Cuenca, de atención a personas con discapacidad intelectual, entre otros lugares.
El Ayuntamiento también puso a su disposición una furgoneta para distribuir el material por las casas y una decena de empresas de la localidad han hecho su aportación para sufragar los gastos, además de las aportaciones particulares de tela o goma. “La que no tiene máquina de coser, corta gomas o la tela. Todo el mundo se ha volcado”, insiste.
“No queríamos dinero. Dijimos que quien quisiera colaborar, se compartirían los gastos”, afirma. Laura cuenta que también se ofrecieron para participar mujeres de El Provencio pero tuvieron que decirles que no porque no se pueden hacer desplazamientos entre localidades.
“No sabemos cuántas mascarillas habremos hecho. Yo me voy animando mientras coso y digo: ‘Esta para un médico, esta para una enfermera, esta para un celador”, señala Laura, que solo espera que esta emergencia sanitaria “nos enseñe mucho” a la sociedad. También aprovecha para agradecer a estas mujeres de Las Pedroñeras que están dando tanto: “Son unas campeonas, poniendo sus manos, sus máquinas y su corazón para ayudar en esta causa”.
