My way
En los días en los que vivimos en los que solemos pasar largas horas al volante, todos tenemos alguna carretera que sin llevarnos a ningún sitio hemos recorrido una y otra vez hasta convertirse en parte de nuestras vidas para siempre. La antigua carretera nacional tres (N-III) es para mí uno de esos caminos que recorrería sin destino para volver a la infancia. Cuando por algún motivo vuelvo a recorrerla, parece que siguiendo los pasos del caballo de Atila, en alguno de los tramos que todavía se conservan activos, me causa una tremenda tristeza ver todos aquellos locales que crecían a sus márgenes, ahora abandonas y olvidados. Imagino que es un reflejo de nuestro tiempo y de lo que somos. Sin duda alguna uno de los más monumentales es el antiguo Hotel Claridge, cerca de Alarcón, que hoy ha saltado a las noticias en lo que es otro reflejo de nuestro tiempo. El hotel ha sido asaltado. El botín estaba compuesto por mantas, almohadas y tapas de alcantarilla. Qué triste. No se preocupen, los malhechores han sido detenidos, aunque parezca mentira en esta España de la libertad en la que etarras, banqueros y desde ahora con la caída de la justicia universal también los traficantes campan a sus anchas. Mirándolo bien lo de los traficantes no está tan mal, quizás con ellos en la calle baje el precio de la droga, porque esta España es difícil de digerir a palo seco.