Dando el callo
Hace ya más de tres años –allá por mayo de 2018– que un grupo de profesionales conquenses de todos los ámbitos echaba a andar la asociación Cuenca Ahora, un colectivo que se definía como de carácter transversal e inclusivo y nacía con el declarado propósito de movilizar a la ciudadanía conquense en defensa de los intereses de la provincia. De entonces a acá la asociación ha mantenido una continuada e intensa actividad tanto como creadora de opinión cuanto como promotora de acciones concretas en muchos de los campos que afectan a nuestra sociedad y particularmente en los que están directa o indirectamente relacionados con la crítica situación de la que últimamente hemos venido a llamar la España vaciada en la que tan claramente se inserta buena parte de nuestro territorio, estableciendo además en este campo concreto de acción una continuada relación comunicativa y de colaboración con otros colectivos asimismo preocupados por ese problema en el resto del mapa nacional y activos en la pelea por conseguir su solución. Su penúltimo aquí estoy ha sido, como probablemente muchos de ustedes sepan, la presentación hace unos días en el Registro de la Subdelegación del Gobierno de un escrito dirigido al presidente Sánchez solicitando toda una serie de medidas –medidas concretas– que consideran deben llevarse a cabo para, precisamente, combatir tan amenazante situación que en el caso concreto de nuestra provincia está convirtiendo una importante extensión de su territorio, se señala literalmente en la misiva, “en un desierto poblacional y de paso en medio de dos zonas fuertemente pobladas, Madrid y el litoral valenciano”. Son medidas relacionadas tanto con la infraestructura comunicativa de la provincia –de la reapertura y modernización de la vía de tren Madrid-Aranjuez-Ocaña-Tarancón-Huete-Cuenca-Carboneras-Utiel-Valencia a la realización de las autovías de La Alcarria, Guadalajara-Tarancón y su conexión con la A-40, Cuenca-Teruel y del Júcar (Cuenca-Motilla del Palancar-Albacete)– como también con nuestra realidad agraria como, por ejemplo, la promoción de infraestructuras de regadío en el valle de Altomira y los pueblos ribereños del embalse de Alarcón, o con la necesidad de potenciar, saltando a otro sector de la economía, la declaración como zona de desarrollo del corredor Madrid-Tarancón¬ A3, resto provincia, a semejanza del corredor del Henares. No es la intención de este articulista, comentar aquí y ahora tales peticiones pero sí, desde luego, dejar constancia pública del trabajo de este colectivo, un trabajo tenaz y cuidado más que meritorio y congratularse de paso de que lo esté llevando a cabo un movimiento ciudadano nacido de la propia sociedad conquense por cuanto ello significa de esperanza en su potencialidad como fermento de avances y mejoras y como herramienta de presión ante las instituciones. Que siga, por favor, que continúe dando el callo que bien que lo necesitamos.
