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"Siempre conoces a alguien que tiene cosas antiguas y quiere venderlas"

El coleccionista Pedro Martínez Iserte regenta La Betty, una tienda de artículos vintage en el pasaje de Carretería
"Siempre conoces a alguien que tiene cosas antiguas y quiere venderlas"
Fotos: Saúl García
28/02/2021 - Paula Montero

En la pequeña tienda de Pedro Martínez está almacenado su mundo. Un lugar especial abarrotado por miles de objetos singulares y diferentes que colecciona desde hace décadas, concretamente desde los ocho años.

Organizados en tres secciones -videojuegos, música y cine- estos artículos testimonian cambios de imagen, avances tecnológicos y, sin duda, evidencian el paso del tiempo. Por ello, para este conquense, “ser coleccionista es tener nostalgia por lo que has vivido y, en parte, gusto por tener cosas físicas en casa porque, por ejemplo, ahora la gente no tiene películas, simplemente le da a un botón del ordenador”.

Colecciona desde vinilos, juegos de mesa, cartelería original de estrenos cinematográficos, videojuegos de Nintendo, PlayStation o Xbox , cuadros y hasta figuras de personajes como Darth Vader, la saga de Harry Potter o la emblemática Betty Boop, quien da nombre a su tienda: La Betty. “Es una mujer retro, diferente, super atractiva y que toda la vida me ha llamado la atención”, argumenta.

Ubicada en el pasaje de la calle Carretería lleva apenas un mes abierta, un negocio que ha surgido en mitad de una pandemia mundial donde se respira cierto aire vintage, que tan de moda está desde hace varios años. Además, “es una forma de dar salida a parte de mi colección para comprar cosas nuevas y seguir dentro de este mundo que tanto nos gusta a mi mujer y a mi”, comenta.

Tiene pequeños tesoros -por su tamaño, que no por su valor- entre las estanterías, aunque no duda en señalar su favorito, “cualquiera de las Betty grandes que tenemos expuestas. Una en concreto no sé si la vendería”, confiesa. Además, destaca también la maqueta de Halo, el personaje icónico de Xbox y siente devoción por los juegos en formato cassette de plataformas como Astra con ediciones españolas muy particulares, los primeros videojuegos de 8 bits o las imágenes y pósteres de dibujantes icónicos como Alfonso Azpiri. Por otro lado, también cuenta con equipos de música antiguos, “de los que había en los pubs hace años”, señala.

Miles de objetos particulares que ha conseguido en mercadillos y plataformas de segunda mano, aunque “siempre conoces a alguien que tiene cosas antiguas de sus familiares y quiere venderlas”. Pero, para decidir comprar alguna pieza siempre se fija “en la exclusividad del producto, que haya pocas unidades y mucha demanda y por supuesto que esté completa y tenga, por ejemplo, la carátula o el libro de instrucciones”, señala.

Por todo esto, se atrave a definir su tienda y su colección como algo “único, aunque es una palabra muy fuerte”, reconoce.

Se trata de un comercio diferente que ha captado la atención de grandes y pequeños desde su apertura. Una pequeña ventana a los años ochenta y noventa donde “quien venga podrá pasar un rato curioso y viajar por sus recuerdos a través de la música, el cine o los videojuegos”, concluye.