"Patreon es una manera de conseguir que la gente pague por la información que quiere"

El “renovarse o morir” es un mantra que en el periodismo no ha parado de repetirse hasta la saciedad con cada nueva vía o herramienta de comunicación que consiguiera el fin de hacer llegar la información al lector, oyente o espectador. Los tiempos cambian y también lo hacen las formas de hacerlo. Y en ese transcurso aventurado de aguas bravas se ha zambullido Jesús Huerta (Cuenca, 1982).

Este periodista local ha dado el salto de abrirse una cuenta en ‘Patreon’, un servicio de mecenazgo por el que los suscriptores pagan por el contenido ofrecido, pero también pueden elegir o tomar decisiones respecto a lo que se ofrece por parte del creador de contenido.

“Todo surge a raíz de quedarme en paro. Me animó mucho mi amigo Antonio, del Pub Los Clásicos, y vi que podía ser una cosa interesante. Después del verano escribiendo algo para no perder la forma, y con el inicio de la temporada de balonmano, consideré que era el momento ideal para sacarlo adelante”, explica Jesús.

Su plataforma de Patreon ofrece por el momento tres canales: “Balonmano, FC Barcelona y cultura”. “El primero porque es mi especialidad periodística, es lo que más he trabajado desde que comencé en La Tribuna allá por 2004 siendo becario de Heli Pérez.

Además, creo que este año, con esta situación de pandemia y donde no toda la gente posible puede ir a los partidos, los periodistas tenemos esa responsabilidad de transmitir lo que ocurre”.

No es un secreto que las crónicas de balonmano de este periodista conquense son reconocibles por sus recursos y ‘cocción’ a fuego lento. “Me han llegado a parar por la calle diciéndome ‘Tú eres el de las crónicas’, y eso en una ciudad tan balonmanera como Cuenca es un halago. Recuerdo con cariño cuando una persona tan culta como Jose Miguel Carretero, se me acercó en un partido y me dijo ‘Tú eres mi ídolo’, me quedé sin palabras. O Milo Vainstein, padre de ‘Colo’, que en paz descanse, que pude conocer cuando el equipo logró clasificarse para Europa y me dijo que seguía siempre mis crónicas”.

Sin embargo, Huerta también considera esta devoción por el balonmano “como una presión, porque hay que reinventarse continuamente para un público que además de este deporte, también entiende de cine o música”. Y es que, como todo, “es cuestión de gustos”, resume Huerta, que admite que “hay público que quiere que le cuentes el partido como tal, ir a la acción y lo técnico y no la historia de Virgina Wolf”.

Además de la pasión por el balón con resina, Jesús también ofrece su particular veredicto sobre el Barcelona, “pese a que nunca he hecho una crónica del Barça y no son precisamente los mejores tiempos para hacerlo (risas). Quizás por eso y por llegar también a un público más nacional”.

Y no menos importante, está el canal para la cultura, un espacio con doble intención, “pues además de desarrollar mi lado literario con mi blog ‘Una huerta de tuerca’, también tengo pensado meter contenidos culturales, entrevistas, etc.”

Son sus primeras tres vías para que sus mecenas paguen por el contenido que ofrece. “Hay como dos precios, 3€ por suscribirte a un canal, que es lo mínimo, y 5 euros al mes para ser miembro”, una especie de ‘privilegio’ en el que además del acceso al contenido también puede tener decisión sobre el mismo.

“Creo que es una manera de conseguir que la gente pague por la información. Son tiempos donde la publicidad cada vez es menor y vemos como en los grandes diarios cada vez hay más suscriptores. Son la alternativa y, además, así está justificado que te puedan exigir. Nos hemos acostumbrado a dar contenido gratis y obtener un ‘feedback’ de esa audiencia de una excesiva exigencia, pidiendo una cobertura propia del ‘New York Times’ a redacciones o periodistas autónomos con recursos limitados”.

Nuevas formas y nuevas vías para seguir plasmando con palabras el fervor por el deporte con el revestimiento casual de los recursos literarios. Podrá cambiar el formato, el canal o la manera de consumirlo, pero la intención del oficio continúa siempre que la audiencia siga valorando el esfuerzo por hacerlo posible, por eso, y quizás más que nunca, es hora de apoyarlo.