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Una novela de espionaje con recuerdos de la infancia y paisajes conquenses

Este maestro jubilado acaba de publicar su primera novela, 'Operación Telaraña Verde', el arma secreta republicana
Una novela de espionaje con recuerdos de la infancia y paisajes conquenses
20/05/2020 - Dolo Cambronero

Benjamín Malavia López, nacido en Huertos de Moya, ha sido maestro toda su vida pero hace cuatro años, cuando se jubiló, comenzó a escribir para ocupar todo el tiempo que iba a tener por delante a partir de entonces.

Lo que empezó “medio en serio, medio en broma” ha dado sus frutos y acaba de publicar su primera novela, Operación Telaraña Verde, el arma secreta republicana, una ficción en la que se suceden escenas de espionaje y en la que aparecen muchos de los recuerdos y paisajes conquenses de su infancia.

De hecho, la trama de la novela, publicada por Avant Editorial, se inicia en 1969 en una aldea conquense, que representa al propio municipio natal del autor, aunque la obra se desarrolla en dos planos temporales: por una parte, los años treinta y cuarenta del siglo pasado, y por otra, los sesenta y setenta.

La novela narra cómo se pasa de la desconfianza inicial de dos personas diferentes y antagónicas: un tímido chaval de 14 años y un hombre de 63 años extraño y enigmático del que nadie sabe su procedencia, a una verdadera relación de confianza, estableciéndose poco a poco unos lazos de amistad y ternura.

Malavia explica que el joven de la novela, llamado Ben, es su alter ego. “Estos dos personajes no se caían bien al principio pero al final surge la amistad. Por eso, uno de los valores que quiero transmitir en la novela es la importancia que tiene que las personas se den la oportunidad de conocerse”, señala.

Gracias a esos lazos que van surgiendo entre los dos personajes, Ben descubre la ajetreada y tormentosa vida de su nuevo amigo y la existencia de un producto que acelera el ciclo vegetativo de las plantas y que era la base de un plan de producción de alimentos a gran escala en el Gobierno de la Segunda República. Por su parte, el joven aprovecha para contarle historias y costumbres de su pequeña aldea. “Esto es real. Son anécdotas que yo escuchaba de pequeño de mis padres sobre la guerra, el Maquis…”, indica.

El otro personaje, el químico polaco Jan krzsyztof, también está inspirado en un señor que el autor conoció cuando era pequeño. “Venía por el pueblo un hombre que a mí me parecía muy raro y que aparece en la novela como un alto cargo de la República”.

"Aparecen anécdotas que yo escuchaba de pequeño de mis padres sobre la guerra, el Maquis…"

Las investigaciones para dar con el producto que acelere el ciclo de las plantas; escenas de espionaje en las que se enfrentan las élites de los servicios secretos de los dos bandos; intentos de huida en barco, submarino e hidroavión para trasladar a uno de los personajes a territorio republicano; heroicidad y lealtad a sus respectivas causas; amor; construcción de las bases secretas para la producción de alimentos a gran escala en Madrid, Barcelona y Valencia; muerte y desolación en acciones de guerra; un atentado en la Albufera valenciana; la participación de la Quinta Columna en la destrucción de la base madrileña, y la vida en el Maquis completan la trama de esta primera novela de Malavia.

En cuanto al invento que acelera el ciclo vegetativo de las plantas y que es la base de ese plan de producción de alimentos, Malavia confiesa de dónde le vino la inspiración: “Lo soñé. Vi los campos que crecían rápidamente”.

La obra está plagada de nombres y apodos que hacer alusión a personas reales de su infancia, como Santiago y Andrea. “Eran como mis segundos padres. Les tenía mucho cariño y la novela empieza con un diálogo de ellos”, detalla.

De forma paralela a la novela, Malavia también creó un cuento que está ilustrando ahora su hija y que tiene previsto que vea la luz en 2021. Con La pandilla de San Antón, que está igualmente inspirado en su infancia y toma el nombre de una de las festividades de su localidad, el autor pretende lanzar un mensaje a los chavales: no son necesarios tantos juguetes y solo hace falta imaginación para disfrutar con los amigos.

El autor trabaja en su segunda novela, que prácticamente está ya terminada y podría publicarse en 2022. La obra también recoge anécdotas de su vida y hace alusión a la dualidad que le ha acompañado desde que llegó a este mundo. “Nací el 22 de diciembre de 1955 en Huertos de Moya pero no me inscribieron hasta el 2 de enero en 1956 en Landete, que es lo que aparece en mi DNI. Yo me siento de los dos sitios. Siempre he estado entre dos aguas”, bromea.

Acostumbrado a un “lenguaje medido con los padres de los alumnos y con la Administración” durante su profesión, Malavia cuenta que disfruta mucho escribiendo historias, algo que le recomendaron como una especie de terapia para enfrentarse al parón de actividad tras su jubilación y que se ha convertido ahora en una de sus grandes pasiones.