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“Nos hemos quedado en un punto en el que prácticamente no hay ganancias”

El presidente de AFEPAM, José Antonio Barón, destaca que el incremento en los precios de la harina y la energía pone a las panaderías en una difícil situación
“Nos hemos quedado en un punto en el que prácticamente no hay ganancias”
José Antonio Barón
08/06/2022 - Santiago Rodríguez

Al igual que muchos otros sectores, las panaderías están atravesando un momento difícil a consecuencia del impacto que tiene la guerra en Ucrania. La inflación se ha disparado y la subida de precios en la materia prima, la luz y el combustible ponen en una difícil situación al gremio, especialmente en los pueblos más pequeños, donde a la falta de población se suman el aumento de gastos que supone hacer el reparto diario por varios municipios de la zona.

Todo esto ha empujado a una subida en el precio del pan, aunque “no lo que deberíamos” por miedo a que los clientes cambien la panadería tradicional por el pan prefabricado, de peor calidad pero más barato. Así lo pone de manifiesto José Antonio Barón, gerente de la Panadería Barón en Castejón, y  presidente de la Asociación Provincial de Fabricantes y Expendedores de Pan (AFEPAN)  desde 2014.

 

¿Cómo afronta un panadero el día a día ante esta subida de los precios de producción?

Para adaptarnos un poco a la subida de costes de producción hemos subido los precios. Aunque no lo que deberíamos porque siempre existe miedo a que una gran subida de precios provoque que nuestros clientes se indignen y opten por comprar el pan en grandes cadenas de supermercados. Es una situación complicada porque ha habido un montón de subidas en estos cuatro meses (huevos, aceite, harina...) y estamos trabajando con unos márgenes de beneficio muy reducido.Nos hemos quedado en un punto sin ganancias prácticamente.

La suerte que tenemos es que en las panaderías de esta zona trabajamos los miembros de la unidad familiar y no tenemos que pagar sueldos. Si tuviéramos que hacerlo, la panadería sería imposible de llevar.

 

¿Cómo ayuda AFEPAM a los panaderos de la provincia?

A nivel económico no tenemos nada que hacer. Nosotros intentamos ayudarle en temas jurídicos. Disponemos de un gabinete por si tienen algún problema laboral o administrativo. Pero la intención principal es que el panadero se recicle. Llevamos años haciendo cursos de panadería para que el panadero vea cosas nuevas e intente llevar nuevos tipos de pan y bollería a sus clientes. Por otro lado, tenemos la campaña de promoción del pan artesano, en la que se pone en valor a los panaderos de barrio y al pan tradicional y otro curso que hacemos también de bollería para incrementar la venta de algún producto en especial. Si hay algún problema sanitario, la asociación echa una mano a los asociados para mitigar los problemas que los trabajadores puedan tener.

 

¿Qué diferencia económicamente a los panaderos conquenses del resto?

El problema que tenemos en la zona de Cuenca y que nos diferencia de otras es que es una provincia muy despoblada y con muchísimos pueblos que hay que abastecer. Cada día somos menos panaderos porque cuando se jubila uno, al no ser rentable el negocio, no se crean más panaderías. En mi caso, tengo que llevar pan a 17 pueblos que son muy pequeños y no es rentable viajar hasta ellos, pero he de hacerlo por caridad. Es necesario que las administraciones nos ayuden un poco para seguir dando servicio a estos municipios.

 

¿La situación es más complicada que en otras zonas?

Sí. Conlleva unos gastos acumulados que son imposibles de rentabilizar. Tenemos pocos clientes y en unas localidades muy abandonadas. En mi caso, realizo el servicio en ciertos lugares por una cuestión de humanidad. Si la gente que está en las ciudades no volviera a estos pueblos a pasar las vacaciones, como ocurrió en la pandemia, el negocio sería totalmente ruinoso. Cualquier panadero joven que quiera iniciarse en la panadería en esta zona, no podría. Por eso llevamos años solicitando al Gobierno regional que vea el problema que tenemos y nos ayude de alguna forma porque va a ser imposible subsistir.

"Cuenca es una provincia muy despoblada y con muchísimos pueblos que abastecer. Cada día somos menos porque cuando se jubila un panadero no se crean más panaderías"

Ya que ha hablado de la pandemia, ¿En cuánto estima las pérdidas en su negocio a causa del COVID-19?

Las pérdidas fueron muy grandes. En mi caso, tenía un plan de ahorro para la jubilación o en caso de emergencia y tuve que sacarlo para poder cubrir los gastos cotidianos. Ahí se me fueron al traste más de 30.000 euros simplemente para mantener el negocio. En cuanto a pérdidas de ventas, estaría entre un 25 y un 30% de lo que se estaba vendiendo en el año anterior a la pandemia. Además, la ausencia de estos veraneantes que he comentado antes provocó una falta de ingresos muy importante.

 

En su caso como alternativa  han apostado por abrir una tienda online, algo que no hacen muchas panaderías, ¿cómo surgió esta idea? ¿Está dando los resultados que esperaban?

La idea surgió durante la pandemia. Mi hija, que se dedica al marketing, me lo comentó. Y la verdad es que en los meses de confinamiento tuvimos un número de ventas considerable y nos ayudó a darle vida a nuestro trabajo en ese tiempo.

Pero la venta de este producto por internet aún no ha despuntado y, como es lógico, después del confinamiento la gente volvió a acudir a su panadero de confianza. Hemos tenido la suerte de que nos han quedado algunos clientes a los que les ha gustado el pan y la bollería y les seguimos enviando pedidos pequeños. Estoy muy agradecido a esta idea de mi hija porque había días de 50 a 60 pedidos y nos compensó un poco las pérdidas por la dificultad de vender a nuestros clientes habituales.