“No miréis hacia otro lado. Lo que está pasando en Gaza es un genocidio”
Nació en 1994 en el campo de refugiados de Al-Maghazi y en octubre de 2023 fue desde Estambul –dónde residía junto a su pareja, que por aquel entonces estaba embarazada de su primer hijo– a visitar a su familia a Deir Al-Balah, pero quedó atrapado en esta ciudad de Gaza bajo los bombardeos de Israel.
Desde entonces, el fotógrafo palestino Shadi Ismail no ha podido salir de Gaza, no conoce a su hijo, pero sus fotografías han llegado a Cuenca para protagonizar una exposición en el Edificio Iberia que puede visitarse hasta el próximo 28 de septiembre y cuya comisaria es Carmen Pinuaga. Sus imágenes, enmarcadas bajo el título ‘Shouth Gaza’, están dando la vuelta al mundo. Desde Japón hasta Cuenca, Tarragona o Madrid son algunos de los puntos en los que ya ha visto y verá la luz esta colección próximamante.
A propósito de la inauguración de la muestra en el Edificio Iberia, Las Noticias de Cuenca ha querido hacerse eco de la situación que vive y retrata este joven palestino a través de su objetivo. No ha sido fácil establecer una conversación con él teniendo en cuenta la barrera idiomática (toda la entrevista se ha realizado en inglés), así como los problemas de conexión a internet y electricidad que sufren los ciudadanos palestinos actualmente.

La pantalla de su teléfono móvil está rota y aun así Shadi Ismail ha querido lanzar a los conquenses un mensaje desde La Franja cuando los bombardeos se han intensificado más que nunca. “No miréis hacia otro lado. Lo que está pasando en Gaza no es un conflicto, es un genocidio. Usad vuestra voz. Defender la justicia. Defender a Palestina. Vuestro silencio ayuda al opresor, vuestra conciencia puede salvar vidas”.
Estas son las palabras que Shadi Ismail traslada desde Gaza cuando la situación, dice, “no se puede describir con palabras”. “Vivimos bajo constantes bombardeos, asedios, masacres y desplazamientos. No hay un lugar seguro”, señala.

Desde hace más de 700 días viven sin agua, sin comida y, en muchos momentos, sin electricidad. “Gaza se ha convertido en un cementerio de sueños”, cuenta. Afortunadamente, está vivo. Sobreviviendo. Pero “sobrevivir no significa vivir”, puntualiza. Han soportado mucho, pero aún así siguen ahí. “Cada día es una batalla, pero nuestro espíritu permanece inquebrantable”, subraya.
Parte de esa fuerza se recarga con el apoyo que les llega. Raramente de parte de los gobiernos, pero sí de la gente, de los ciudadanos de a pie de países como España. “La solidaridad, la exposición y la voz que se alza en favor de Gaza me han conmovido profundamente”, asegura.
Por ello, pide al mundo que tome consciencia de lo que está sucediendo. “Todavía hay gente que está ciega”, afirma. “La censura mediática, los intereses políticos y la indiferencia mantienen oculta la verdad. Por eso, nuestro papel como supervivientes y testigos es más importante que nunca”, sostiene.
Su testimonio, más allá de las palabras se refleja en las imágenes que capta con su cámara. “La fotografía se ha convertido en mi voz cuando las palabras me fallan en un lugar donde la muerte habitualmente habla más alto que la vida”. Por ello decidió capturar momentos cotidianos donde se refleja el dolor, la resistencia y humanidad de los palestinos. “Es un grito silencioso de justicia”, explica.

De las más de 300 fotografías que componen ‘Shout Gaza’, alrededor de 70 se encuentran enla exposición que se puede ver en el Edificio Iberia de Cuenca. Aquellas que Shadi Ismail no podrá borrar nunca de su alma son las que plasman “a los desplazados de Gaza, obligados a huir del norte al sur, dejando atrás sus hogares y barrios para siempre”.
La situación es “extrema” para ellos y en estos momentos Shadi Ismail se acuerda de su abuela, de cómo lloraba recordando “the Palestinian Nakba”, es decir, la catástrofe palestina que supuso la expulsión de 700.000 personas y la destrucción de entre 400 y 600 poblaciones en el año 1948.
Ahora, 77 años más tarde, el fotógrafo palestino entiende, por desgracia, a su abuela. “Lamentablemente la historia se repite”, concluye.