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“Lorca me ha abierto todas las puertas del mundo”

La gran dama del teatro pone voz este jueves en el Auditorio de Cuenca al 'Romancero gitano'
“Lorca me ha abierto todas las puertas del mundo”
Foto: Sergio Parra
12/12/2019 - Dolo Cambronero

Nuria Espert Romero (L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona, 1935) conoce bien a muchas de las mujeres creadas por Federico García Lorca. La actriz ha interpretado a Yerma, Bernarda Alba, la madre de Bodas de Sangre y doña Rosita la soltera, entre otros enormes personajes femeninos del universo lorquiano. La gran dama del teatro, galardonada, entre otros premios, con el Princesa de Asturias de las Artes en 2016, le pone ahora voz en solitario a la emoción de los poemas del Romancero gitano, otra de las obras del poeta granadino. La representación, que está dirigida por Lluís Pasqual, llega este jueves 12 de diciembre al Auditorio de Cuenca, a las 20:00 horas.

¿Qué ofrece esta versión del Romancero gitano?

Los mejores poemas del Romancero gitano interpretados como si fueran una obra de teatro, con los comentarios con los que Lorca enseñaba sus poemas a sus amigos para colocarlos en situación. Los hemos guardado. Son bellísimos. Y está también mi presencia verdadera. Yo, como Nuria, presentando el Romancero gitano, hablando de mi infancia, de cuando me tropecé con Federico siendo una niña pequeña a través de un libro. Es un espectáculo muy bello, muy simple y muy hermoso que emociona muchísimo. Dura una hora y allí están recogidos la poesía, las palabras, los sentimientos de Lorca.

Ya ha interpretado a varios personajes de Lorca. ¿Qué significa este autor para usted?

Aparte de recitarlo toda la vida con Alberti, con Pasqual, con Halcón, he interpretado Yerma miles de veces. He hecho también Doña Rosita la soltera y La casa de Bernarda Alba. Verdaderamente Lorca me ha abierto todas las puertas del mundo porque creo que es el más internacional de todos los poetas europeos. Y a través de eso que él abre hemos ido con nuestras compañías haciendo espectáculos lorquianos bellísimos. Es un pilar enorme en mi carrera. Eso me ha creado un verdadero amor por él y una comprensión que viene de trabajar tantos años en su obra.

En el Romancero gitano se mezclan la vida, la muerte, la pasión, la violencia... Está plagado de simbolismo lorquiano. ¿Cómo definiría esta obra?

Con todo lo que has dicho [risas] y mil cosas más. Porque también hay ternura y desesperación. Y hay poemas biográficos de Federico. En uno de ellos, la persona que muere habla con Lorca como si fuera no solo el que ha escrito el poema sino el personaje que está con él en el momento de morir. La obra es verdaderamente un ramillete de sentimientos, de emociones, de explicaciones de cómo es la obra de Federico, tan marcada por su amor a su gente, a su país, a la poesía. Y de cómo dentro de este grupo fastuoso que fue la Generación del 27, él es como un faro, una luz encendida permanentemente.

"La gente ya recupera a Lorca desde los disparos de aquella trágica noche. No esperan a que Franco muera para que su obra se haga universal"

El Romancero fue escrito en 1928. ¿Por qué sigue vigente en la actualidad?

Porque el gran arte en pintura, en música, en poesía, en teatro... perdura y es permanentemente actual. Por eso perduran, porque siguen hablándole al ser humano a través de las notas o de los pinceles o de la pluma de lo mismo que le pasa. No termina su recuerdo al acabar el momento en el que se escribieron. Transcurren las décadas, ocurre la desgracia terrorífica, atroz que nos pasa a los españoles y que con su muerte comienza, y ahí es ya recuperado por la gente desde los disparos de aquella trágica noche. No esperan a que Franco muera para que su obra se haga universal.

Lleva el peso en solitario de la interpretación. ¿Qué le está enseñando esta obra?

Me está enseñando e insistiendo, por si se me hubiera olvidado, que no creo, en el valor y en el color de cada palabra. Los sentimientos están escritos como en La casa de Bernarda Alba o en Doña Rosita. Cada poema podría ser una pequeña obra de teatro de la misma fuerza de Bodas de sangre o cualquiera de sus obras maestras.

¿Cómo ha sido reencontrarse con Lluís Pasqual?

Muy bien. Él y yo hemos trabajado en un montón de cosas juntos. El otro día, una de mis hijas las contaba y sorprende el número. Hemos hecho recitales por toda Europa con obras de Federico García Lorca y hemos trabajado juntos en Haciendo Lorca y en La casa de Bernarda Alba. También hemos estado juntos en festivales europeos y universales con sus obras.

Ha interpretado un sinfín de personajes en su larga carrera. ¿Hay alguno que se le haya quedado en el tintero?

He hecho tantas cosas... [risas] Creo que no me he olvidado de nada. El paso del tiempo va marcándote el repertorio. Me hubiera gustado interpretar Antonio y Cleopatra cuando tenía cuarenta años pero no la hice entonces. Pero eso se ha quedado no como algo frustrante sino como algo espléndido y maravilloso. Y estoy deseando que alguien ponga en escena la obra para ir a verla corriendo.

¿Algún otro proyecto además del Romancero gitano?

No, no... Te juro que con los 30 o 40 Romanceros gitanos que tengo que hacer, así uno tras otro, no me da la cabeza para pensar en nada más. Ni deseo más. La vida dirá. Lo que quiero cada noche que interpreto esta obra es comunicarme con la gente y esplicarle esas cosas tan bellas que tengo de Federico en el corazón y en la cabeza. Todas mis fuerzas, toda mi vida en este momento giran alrededor del Romancero gitano.