Jesús Carrascosa: "Hay que hacer un plan de exposiciones de categoría"
Esto es un transatlántico y dar la vuelta cuando va en dirección contraria es muy difícil. Se trata de hacer la planificación para que esa vuelta sea con rumbo, no solo por ir en otra dirección
10/08/2016 - Gorka Díez
El pasado julio cumplió un año como viceconsejero de Cultura Jesús Carrascosa Sariñana (Cuenca, 1960), que de ser desde 1984 jefe de Cultura de Diputación y dirigir la Fundación Antonio Pérez dio el salto a Toledo para gestionar la cultura de toda la región desde el Gobierno de Castilla-La Mancha que preside Emiliano García-Page. Un nuevo reto en la vida laboral de este licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valencia y máster en Gestión Cultural que se muestra satisfecho con lo realizado hasta la fecha, entre lo que hay que destacar la reciente inauguración, en la Catedral de Cuenca, de una exposición con obra del mediático artista chino Ai Weiwei, el acto más importante de los incluidos en el IV Centenario de la Muerte de Cervantes.
–¿Estamos ante la exposición más importante de la historia de Cuenca?
Creo que es una de las más importantes o que pueden tener más trascendencia de cuantas se han realizado. Desde luego que hemos visto exposiciones maravillosas que han hecho la Fundación March, la Fundación Antonio Saura, la Fundación Antonio Pérez, pero creo que este es un punto más, que puede ser un momento de inflexión extraordinario para la ciudad, para volver a recuperar el punto vital en torno a la cultura, y concretamente en torno al arte contemporáneo. Puede haber, creo yo, un antes y un después a partir de esta exposición.
–Su principal atractivo, sin olvidar lo artístico, es el carácter mediático de Ai Weiwei…
Claro, es que además del interés artístico de la propuesta y del homenaje que se rinde a los artistas que cambiaron la historia de Cuenca en la segunda mitad del pasado siglo con el Museo de Arte Abstracto Español, tiene un impacto mediático tan brutal que va a suponer un punto más para seguir poniendo a Cuenca en el mapa del arte contemporáneo y de la cultura. Y eso tiene un potencial de atracción turística de primer nivel.
–El coste, en torno a 1,5 millones de euros, es elevado, pero este tipo de inversiones parecen necesarias si se quiere relanzar Cuenca…
Desde luego, la exposición no solo hay que entenderla como hecho cultural, sino como hecho de promoción, de dinamización turística y económica de la ciudad. Y hay un debate que yo creo que es falso: decir que este dinero se podía destinar a otras cosas. No es así: este dinero no se podría destinar a otras cosas porque no nos lo darían los patrocinadores. Estos unen su marca a un hecho que tiene repercusión, y para el resto de cosas, pues no nos lo darían. Entonces, lo que tenemos que decidir es si queremos hacer estas cosas que ayudan a la mejora de la economía de un entorno, de manera que habrá más dinero para la administración y está sí podrá invertir en la cultura cotidiana que nos preocupa a todos, o que eso no se haga o se haga en otro sitio. Yo creo que es un debate falso, y en muchos casos demagógico. Ojalá pudiéramos hacer muchas más actividades con dinero de patrocinadores porque estoy seguro de que, a su vez, luego podríamos destinar más dinero a otras necesidades.
–Tras la crisis del ladrillo uno de los sectores por los que el presidente del Gobierno regional apuesta es el de la cultura vinculada al turismo…
Yo lo diría al revés: apostamos por vincular el turismo a la cultura. Porque si no tenemos un buen producto cultural, valga esa expresión de ‘producto’, no puede ser un producto turístico. Si hacemos muy buenas acciones en materia cultural, estas tendrán esa repercusión turística que es a su vez la que nos va a generar los ingresos. Y es una apuesta estratégica del presidente, Emiliano García-Page, que anunció la primera vez que vino en campaña a Cuenca y luego ya como presidente, para intentar ayudar a desarrollar a Cuenca. Hay que hacer más cosas, claro que sí, pero no hay que olvidar que una de las principales vocaciones que tiene esta ciudad es la cultural. Y unida al turismo y su paisaje tenemos una palanca fantástica para desarrollar Cuenca. Creo que eso lo tenemos muy claro en el Gobierno autonómico y es algo a lo que se deben sumar todas las instituciones, remando con nosotros en la misma dirección.
–Hasta ahora da la impresión de que Cuenca se ha promocionado poco, que por ejemplo desde hace años hay muchos museos pero no una promoción suficiente de ellos…
Sí, es uno de los déficits que he detectado desde siempre por mi vinculación a Cuenca trabajando durante años en la Fundación Antonio Pérez y en la Diputación. Siempre he visto que, habiendo buenas cosas, porque siempre se han hecho actividades que tenían interés, no han tenido relevancia porque no se ha hecho esa apuesta de verdad. Muchas veces, como yo decía de broma, “no se han enterado más lejos de Cabrejas”. ¿Por qué? Porque nos falta ese apoyo a la difusión de lo que tenemos, algo que ahora lo estamos rompiendo con esta apuesta decidida del Gobierno de Castilla-La Mancha.
–Ahora vive en Toledo, que desde luego que es una ciudad mucho más conocida y visitada…
Toledo, primero, está a un paso de Madrid, y fue la capital del Imperio. Es una ciudad además maravillosa, llena de edificios maravillosos. Algo que Cuenca tiene, pero en otra dimensión. Y luego es verdad que se tomaron decisiones a favor de la ciudad, a través también de la cultura, que han aumentado exponencialmente el turismo. Tenemos un ejemplo que se va a estudiar en los libros de gestión cultural y económica, el de El Greco, exponente de cómo una exposición de grandísimo prestigio y muy bien planificada con el tiempo suficiente ayudó a que Toledo aumentara su turismo y mejorase todo lo que tenía que ver con los distintos sectores. Creo que es una de las cosas que nosotros, en muy poco tiempo y con menos recursos, estamos haciendo con el IV Centenario de la Muerte de Cervantes en toda la región, y con especial incidencia en Cuenca a través de la gran actividad estrella, ‘La poética de la libertad’.
–El presidente también habla de dotar a Cuenca de unos remonte mecánicos de acceso al Casco, que es algo que tiene Toledo y mejoraría la accesibilidad…
Se han dado muchas vueltas y llevamos oyendo hablar de eso durante muchos años, pero yo creo que ahora hay una necesidad imperiosa de mejorar esa accesibilidad. Y es algo por lo que también apuesta el Gobierno regional. Así que entiendo que los representantes de todas las administraciones debemos sentarnos para apoyar esa iniciativa extraordinaria para Cuenca. Eso será la palanca que mueva definitivamente a Cuenca a ese nivel de excelencia turística.
–Sabrá que uno de los museos de Cuenca, la Fundación Antonio Saura, lleva cerrado desde octubre. ¿Qué le parece?
Nosotros no estamos en ese patronato, es un problema que nos llega de forma tangencial, pero está claro que es una pena. Sí es cierto que la Fundación ya nació truncada por el enfrentamiento con la familia, y luego supongo que no ha habido la suficiente atención desde los distintos estamentos, tanto públicos como privados, y ahora se encuentra en una situación bastante delicada. Es una pena porque creo que es uno de los espacios expositivos más interesantes de la ciudad. Deberíamos abrirla al público cuanto antes porque, excepto que utilices espacios como ahora la Catedral, que no siempre es posible, no se pueden hacer grandes cosas expositivas si no tenemos la Casa Zavala. Hay que desatascar esa situación como sea.
–De todas formas, en Cuenca ya hay muchos museos, y lo cierto es que un turista difícilmente verá más de dos en un día…
Yo creo que primero hay que hacer un estudio serio de cómo están los centros museísticos de Cuenca, ver qué necesidades tienen, que son muchas, dotarlos convenientemente de todo eso y luego presentar un plan de exposiciones de categoría para que la gente pueda venir y disfrutar. El problema no creo que sea de cantidad, sino de promoción de lo que hacen. La Fundación Antonio Pérez, y no porque yo haya tenido parte en ella, creo que siempre ha tenido exposiciones interesantes. Y qué vamos a decir de la Fundación Juan March. La Casa Zavala hizo también en su momento exposiciones de gran interés, el Museo de las Ciencias es un gran museo, también el Espacio Torner, en la Catedral no hace falta hacer exposiciones para que la gente entre a verla porque es una gran joya del gótico, y tenemos el Museo Paelontológico. Creo que ahí ya tenemos una oferta museística buena pero que haya más nunca es malo. Pongo de ejemplo los bares: cuando tienes en un sitio 20 bares va más gente que cuando tienes uno. Es verdad que hay que hacer el plan que decía para saber que se van a poder mantener, pero si acumulas consigues que la gente venga y se quede en Cuenca, y ese es uno de los retos que tenemos que afrontar entre todos.
–En cuanto a otro tipo de eventos culturales, la Semana de Música Religiosa (SMR) es el de mayor prestigio y atractivo, aunque no atraviesa su mejor momento…
La SMR está ahora en un momento delicado, pero, como es una de nuestras joyas, de más prestigio, que le ha dado a Cuenca la vitola de ciudad cultural, estamos todas las administraciones trabajando para ponerla en el lugar que le corresponde y salvar los problemas que pueda tener para que siga siendo el orgullo de los conquenses. Cuando sales afuera nos conocen mucha gente por la SMR. Entonces, que nadie se preocupe, que al final seguirá siendo uno de los puntos neurálgicos de la cultura de Cuenca.
–Salvando la SMR, hay muchos eventos pero pequeñitos, porque los otros más importantes como Mujeres en Dirección o la Feria Regional del Libro fueron suprimidos la pasada legislatura…
Sí, pero tampoco hay que ocultar que han sido tiempos muy difíciles para todos los sectores, y con especial incidencia para la cultura, que ha quedado al margen de todo. Hay que relanzarla, pero hay tantas necesidades, tantas urgencias que son prioritarias... A mí me parece que el 1 por ciento cultural que hemos aprobado va a aportar recursos para la Consejería y la cultura en general. Creo que estamos poniendo los mimbres para que esto sea así. Y sí que es verdad que si queremos que sean actividades que tengan repercusión, hay que hacerlas más potentes. Si nos quedamos con lo que tenemos, no vamos a ir a ningún lado.
–Luego están los creadores, que piden ayudas para la creación. ¿Hay algo previsto?
Hay un instrumento que va a ser clave para poder ayudarlos: el Plan Estratégico de Cultura de Castilla-La Mancha, que está a punto de terminarse. Lo presentaremos pasadas las vacaciones y va a marcar un poco la línea de actuación para los próximos años. Los creadores han participado en la redacción, con lo cual ahí también va a hacer un cambio de iniciativas. Pero, aunque es una expresión muy manida, esto es un transatlántico y dar la vuelta a un transatlántico cuando va en dirección contraria es muy difícil. Y se trata de hacer la planificación suficiente para que, además, esa vuelta sea con rumbo, no solo por ir en otra dirección…
–La situación económica es limitada...
Claro, y si hay algo que nos angustia a mí y a todo el gobierno es no tener los recursos suficientes para hacer todo lo que queremos y hacerlo ya. Lo iremos haciendo poco a poco. En uno de los primeros discursos que le oí al presidente dijo que, de todas formas, prefería gestionar ansiedad que desilusión, porque, aunque la gente espera mucho, es mejor que la gente te empuje a que se resigne. Y yo creo que, con ese empuje y ganas que la gente tiene de cambio, podemos cambiar entre todos. Nosotros estamos por la labor. Vamos a poner los instrumentos para que el cambio no sea solo porque lo digamos nosotros, sino porque lo quiere la gente. De hecho, una de las cosas que estoy haciendo en este primer año de gestión es oír a todos los sectores, dejando que participen en la toma de decisiones, una necesidad que se detectaba y un cambio que agradecen mucho.
–¿Qué tal lleva, en líneas generales, ser viceconsejero de Cultura?
Para mí está siendo un año apasionante. Primero, que el Gobierno regional quisiera contar conmigo, me lo tomé como un honor, como no podía ser menos, y luego como un reto, porque sabía que la situación era muy difícil, aunque es verdad que no pensaba que lo fuera tan difícil. Ni que había tantas expectativas, tantas ganas de cambio, algo que, si no se gestiona bien, puede generar frustración. Pero creo que ha sido un año para mí muy interesante y que ya estamos metidos de lleno en todo ese cambio que se necesita. Y lo que quedará, para mí y para mucha gente, es el Año Cervantes, donde a pesar de que nos encontramos que no había planificación ni presupuesto hemos hecho una actividad más que digna: PHotoEspaña está en las cinco capitales de la región; la catedral de Sigüenza acoge una exposición extraordinaria, ‘A tempora, Cervantes 1616-2016 Shakespeare’; en Molina de Aragón hay dos exposiciones dedicadas al siglo de Cervantes; en la exposición que se abrió en Ciudad Real, ‘El alma de Cervantes’, nueve fotógrafos de los más prestigiosos que hay en España han dado su impronta sobre Cervantes; sigue de gira la producción teatral ‘Escrito en las estrellas’, dirigida por Emilio Gutiérrez-Caba; y Ai Weiwei es nuestra gran estrella. A ello hay que añadir un sinfín de actividades más pequeñitas que recorren toda la región. Así que podemos decir que hemos sido el territorio que más se ha volcado con Cervantes, aunque tampoco queremos sacar mucho pecho porque todos tenemos deuda con él, y probablemente se hubiese merecido un mayor impulso desde otras administraciones como el Estado.
–Le he preguntado mucho por Cuenca, pero tiene que mirar por toda la región. ¿Cómo ve C-LM como potencia cultural?
Una de las cosas que tuve que cambiar rápidamente es el chip de, siendo de Cuenca, ser consciente de que representaba al Gobierno regional y tenía que trabajar para toda la región. Y digamos que los problemas que hay en Cuenca, aunque con distintas peculiaridades, se repiten en todos sitios. Digamos que yo me encontré todo desolado, derrumbado, porque los recortes se habían cebado brutalmente con la cultura. Entonces, reconstruir todo eso es muy complicado. Pero es verdad que al final, si apoyas a la gente (profesionales, asociaciones) y les das instrumentos se puede volver a construir. Lo que pasa que es más fácil destruir que construir. Vamos a ver en estos tres años que tenemos por delante cómo podemos ir haciendo todo eso. Sí que quiero reconocer el trabajo tan bueno que han hecho los funcionarios, la gente que tiene que ver con la cultura, porque con un mínimo, han mantenido todo o buena parte del entramado cultural. Primero por voluntad y luego por profesionalidad. Lo de los bibliotecarios, la gente de los museos, es fantástico… Muchas veces lo hacen con esfuerzo personal, más allá de que tengan un sueldo, algo de lo que estoy muy contento. Y que decir de los amateur y las asociaciones que toda la vida han mantenido la cultura en la región y en toda España. La gente, a pesar de todo, apechuga por mantener la cultura.
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