“Es importante celebrar el orgullo porque aún hay gente intolerante”

Si hay un nombre que ha resaltado los últimos días en la capital conquense, ese es el de la Dj y artista Chelo (Cuenca, 1996). Nacida en la capital, ha vivido toda su vida en su pueblo, Villar de Olalla, y recientemente ha sido la encargada de pregonar el Orgullo LGTBIQ+ organizado por el Ayuntamiento de Cuenca.
Con un discurso valiente y emotivo, Chelo se mostró como un ejemplo de que abrirse camino desde el amor propio y el arte es posible, relatando su vida, caracterizada por la lucha, la música, el color y la valentía. Ahora forma parte de la historia del Orgullo conquense.
Pero, ¿cómo ha llegado Chelo hasta aquí? Se crió en Villar de Olalla y, aunque estudió el instituto en la capital, para cursar estudios universitarios ya se fue a Madrid. Allí empezó el grado de Biología Sanitaria, aunque entre sus inquietudes siempre estaban las Bellas Artes. Justo en su etapa universitaria conoció a su pareja, el reconocido artista y escultor Okuda San Miguel, y en tercero de carrera decidió dejar la biología y apostar por su faceta artística.
En este tiempo, Chelo vivió su despertar identitario de forma gradual: empezó a moverse en círculos más abiertos, más queer, y poco a poco se fue descubriendo, experimentado con la expresión de género y con lo que se sentía más cómoda, y ha sido ya este año cuando ha decidido comenzar con su transición.
Y aunque el proceso llevaba transcurriendo varios años, ha comenzado ahora con la terapia hormonal. En todo este tiempo, Chelo ha sentido todo el apoyo de su familia, así como el de sus amigos sobre todo en esos primeros momentos donde todo empezaba a tomar forma. Volver a Cuenca después de vivir su transformación fuera no supuso un conflicto. Aunque reconoce que, incluso en Madrid, las miradas o juicios no desaparecen, ha aprendido a no hacerles caso y a seguir con lo suyo. “Siempre he sido de no hacer mucho caso”, recuerda Chelo, quien dice que lo importante “es ignorarlos”.
En paralelo a su crecimiento personal, su carrera como Dj fue tomando forma. Comenzó a pinchar en pequeños locales madrileños, como el Ballesta Club, y poco a poco fue escalando. Justo antes de la pandemia ya llevaba un año en ello, y ahora, seis años después, puede decir que vive de su pasión. “No lo esperaba”, confiesa. “Al principio era solo un hobby, algo que hacía por amor a la música, sin imaginar que acabaría convirtiéndose en mi medio de vida”, detalla.
En este proceso le llegó una oportunidad que no podía rechazar: mudarse a Berlín, una ciudad que le ofrecía un entorno más fértil para crear y desarrollarse. La decisión fue casi espontánea: ahorró algo de dinero, habló con un amigo de Cuenca, César, que también es Dj, y juntas se lanzaron a la aventura. Consiguieron casa, compartieron habitación durante un tiempo y poco a poco fueron asentándose.
Hoy Chelo vive entre Berlín y Madrid. En la capital alemana tiene su estudio de música, donde produce y compone sus temas propios, cosechando un notable éxito. En la capital de España, ejerce como directora cromática de Okuda San Miguel en sus murales y la parte del color en sus cuadros.
Dos trabajos que le han dado una visibilidad en redes sociales acumulando en Instagram más de 12.000 seguidores y que le han valido para representar al colectivo LGTBIQ+ en la fiesta del Orgullo de la capital. “Cuando Estela Soliva, la concejal de Igualdad, me propuso ser pregonera, no me lo creí, pero me hizo muchísima ilusión y fue un grandísimo honor”, rememora Chelo.
“Es importantísimo celebrar año tras año el Orgullo, reivindicar nuestros derechos, porque aunque hayamos conseguido muchos avances, seguimos viendo a gente intolerante cuando nos mostramos orgullosas”, subraya. Por eso, insiste, es importante estar ahí, con orgullo y sin miedo.