"La mujer tiene algo especial, no solo el cuerpo, sino dentro de su alma"

Violeta Pesea (Craiova, Rumanía; 1972) ha llevado desde que era bien pequeña la pasión por el arte y la pintura por sus venas. No en vano, proviene de familia de artistas: su padre hacía grabado y su padrino era escultor y pintor. Ella siempre ha estado al lado de ambos, viendo cómo dibujaban, como hacían las esculturas, empezando ella siendo muy joven a desarrollar sus primeros dibujos.
“Cuando vio mi padre esas primeras creaciones, ya dijo que tenía talento, y con el paso del tiempo ya me apunté a la escuela de Bellas Artes”, sostiene nuestra protagonista. Dicho y hecho, comenzó a mejorar sus técnicas artísticas, a desarrollar sus obras desde diferentes perspectivas, a medir las distancias con lápiz o dedo como se hacía antaño, etcétera.
Con todo ello, la práctica pictórica de Violeta Pesea fue mejorando con el paso del tiempo, haciendo sus propias técnicas en base a todos los conocimientos adquiridos. A raíz de eso, empezó a viajar por Europa, viendo otros estilos artísticos y obras magnas de la historia del arte. Estuvo en Italia un año y medio trabajando y empapándose de la pintura de allí, y hace 20 años, llegó a Cuenca, donde fijó su residencia y empezó a desarrollar sus cuadros de forma más profesional y siempre autodidacta.
En 2010 ya desarrolló su primera exposición, que tuvo lugar en la sala Tomás Bux del Centro Comercial El Mirador de la capital, y desde entonces sus obras han estado expuestas en numerosas muestras tanto de la ciudad como de la provincia.
Quince años después inaugura ‘Remembering good times’, que desde el jueves 5 de junio ya se puede contemplar en la sala de restauración de Kadon, en la calle de los Tintes, donde se juntan en un mismo espacio las mejores obras que Pesea a plasmado sobre el lienzo durante su carrera artística, ofreciendo un viaje por su carrera pictórica.
Todo ello con la mujer y lo femenino siempre presente en cada obra, siendo esta su seña de identidad desde que cogiera los pinceles por primera vez. “Lo que más me gusta es trabajar la imagen de la mujer, los retratos, sus cuerpos. Creo que tiene algo especial, no solo el cuerpo, sino dentro de su alma”, sostiene.
Por eso, Violeta Pesea siempre intenta plasmar la belleza de la mujer tanto en sus retratos como en el resto de sus obras. A parte, también le gusta desarrollar hadas y ángeles. De hecho, hace años dedicó en Rokokó una muestra sobre ángeles celestiales y ángeles caídos, “almas distintas con formas de ver también diferentes”.
Aunque en su muestra en Kadon también se reflejan otro tipo de obras que tienen que ver con la música o lo abstracto, así como obras hechas con arcilla o yeso.
La parte con la que Violeta Pesea se siente más cómoda es con los retratos. A parte de usar el óleo o acrílicos, también los realiza con tiza pastel. “Junto a los ángeles, pintar retratos es algo que me da paz”, deja claro la artista.
Esta exposición en la sala de restauración de Kadon estará abierta al público durante un mes.