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“El humor no puede ser inofensivo pero la ofensa ha de ser justa”

El cómico recala este sábado en el Auditorio de Cuenca con su espectáculo 'Es mi palabra contra la mía', en el que se ríe de por qué nadie está contento con lo que le ha tocado
07/05/2021 - Dolo Cambronero

Ninguno estamos contentos con lo que nos ha tocado en la vida. Luis Piedrahita (A Coruña, 1977) aprovecha este inconformismo del ser humano en su espectáculo Es mi palabra contra la mía para hacer reír en una época en la que hace más falta que nunca. El conocido humorista, ilusionista, escritor y director de cine recala este sábado 8 de mayo en el Teatro Auditorio de Cuenca (las funciones serán a las 18:00 y 20:30 horas) con este monólogo, en el que analiza con ternura los aspectos más absurdos de lo cotidiano.

¿Cómo será el espectáculo?

Es un monólogo de humor. De mucha risa. El más divertido que he escrito hasta hoy. El show busca dar respuesta a la pregunta de ¿por qué nadie está contento con lo que le ha tocado? Sin embargo, es el espectáculo más optimista que he escrito nunca. Es un espectáculo de humor que habla del humor. Sea lo que sea lo que se nos venga encima, el humor siempre hace la vida soportable. Creo que hoy este mensaje y este espectáculo tienen más sentido y más fuerza que nunca.

El monólogo se estrenó antes de pandemia. ¿Cómo responde ahora el público?

La gente acude al teatro como el que acude a un chamán o a un nigromante: con ganas de que algo mágico suceda. La gente necesita volver a sentirse feliz. El teatro, la danza, la música, la comedia… la cultura en general es una de las pocas cosas que hacen que la vida valga la pena. Pues ahí estamos. Mis compañeros de gremio y yo seguimos trabajando para que el mundo no se olvide de sonreír. La gente está empezando a venir a los teatros y sale muy satisfecha. Cosa que no pasa cuando visitan a los nigromantes.

Hay mascarillas, distancia de seguridad, el aforo está restringido... Esto convierte a cada una de las personas que asiste a un teatro en héroe y ese sentimiento se extiende por el patio de butacas. Tanto los que estamos sobre el escenario como los que están en el patio de butacas sentimos que estamos viviendo un momento muy especial para la cultura. Es realmente emocionante. El público está respondiendo con entrega heroica.

¿De qué se ríe Luis Piedrahita?

Me hacen mucha gracia los mamuts.

¿Dónde están los límites del humor? ¿Nos podemos reír de todo?

Es curioso, si echamos la vista atrás, cuarenta años más o menos, nos damos cuenta de una realidad un poco triste: hace años vivimos una época en la que no se podía hablar de nada, luego vino una época en la que se podía hablar de todo y ahora estamos en una época en la que parece que se puede hablar de todo pero en realidad no se puede hablar de nada.

Es un debate que surge a cada paso. Unos dicen que los límites del humor han de estar en el respeto, otros responden que la libertad de expresión es sagrada, enseguida salta otro que todos tenemos derecho a ofendernos, después otro le rompe una silla en la espalda porque eso le ha ofendido… Yo opino que los límites del humor están en el talento del humorista. El humorista talentoso, así como el poeta, sabe qué temas ha de tratar y cómo ha de tratarlos para ofender solamente a aquellos que se lo merecen. El humor no puede ser inofensivo, pero la ofensa ha de ser justa.

¿Y los próximos proyectos?

Estoy preparando unos cursos de cartomagia online para gente que quiera empezar de cero. Muchas veces me preguntan por la calle cómo se aficiona uno a la magia, cómo se puede aprender o cómo es la mejor manera de empezar... Pues ahora ya tengo la respuesta. Estoy preparando unos cursos en los que cualquier persona que no haya cogido una baraja de cartas en su vida, empieza de cero y acaba conociendo veinte juegos de cartas realmente buenos. Algunos de los juegos que se explican en el curso los he hecho yo mismo en televisión ante estrellas internacionales. Se aprende técnica, teoría, presentación… vamos, un curso de verdad. Uno empieza sin saber nada y acaba sabiendo hacer magia de la buena. En este espectáculo no habrá magia, pero el que quiera aprender… ¡ya sabe!