Más entrevistas: Olivia del Saz Ortega Jairo Cárcaba José María Albareda Jorge Sánchez Albendea Andoni Sierra Ron Darío Dolz Julián Recuenco Araceli Cuerda Alejandro Moya Mabel Lozano

“Los estudiantes deben ser el corazón de la universidad”

Entre las propuestas del candidato a rector de la UCLM se recoge que el Vicerrectorado de Estudiantes tenga presencia permanente en todos los Campus
“Los estudiantes deben ser el corazón de la universidad”
Fotos: Saúl García
22/11/2020 - Victoria Quintanilla/ Irina Romero

La Universidad de Castilla-La Mancha iniciaba este jueves la campaña electoral para la elección del que será su rector en los próximos cuatro años. Un puesto al que optan el actual rector, Miguel Ángel Collado, y Julián Garde, catedrático de Producción Animal y profesor en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Nacido en Madrid, pero de orígenes conquenses, Garde está considerado como uno de los más prestigiosos investigadores en su campo, habiendo sido reconocido como académico de número de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España y de la Real Academia Nacional de Doctores de España.

Entre las líneas maestras de su programa destacan, además de proyectos como la creación de una escuela de formación para futuros docentes, un ‘Erasmus rural', un plan de igualdad o la internacionalización de la universidad, Garde hace una especial incidencia en la necesaria implicación de los estudiantes en las actividades de la universidad, gobernanza ...

No en vano, dice que “los estudiantes deben ser el corazón de la universidad’. De su visión sobre el futuro de la universidad y su propuestas hablamos con el candidato.

P.- ¿Cómo influyen el voto y la opinión de los estudiantes en la elección del rector?

R.- El voto de los estudiantes tiene muchísima importancia. Representan el 26% del voto ponderado y será su voto el que decidirá quién será el próximo rector, no tengo ninguna duda. La particularidad del voto de los estudiantes es la ponderación porque tiene el mismo valor, independientemente del número que voten tienen el valor del 26%. Es importante valorar los modelos de universidad y los programas que se presentan e ir a votar, de eso puede depender que se corrijan sus problemas y preocupaciones.

P.- ¿Cree que en la universidad se le da la suficiente importancia a los estudiantes?

R.- Hay muchas instituciones y personas con responsabilidad de gestión que estamos de acuerdo en que hay que colocar al estudiante en el centro de la universidad, porque es lo que nos distingue de otras instituciones que hacen investigación. Solo las universidades formamos en educación superior a los futuros profesionales de este país, por tanto, es imprescindible que estén en el corazón de la universidad.

P.- Una de las quejas es que no se sienten escuchados, ¿cómo puede cambiar esto?

R.- Desde el principio, hemos iniciado un ejercicio que está resultando muy positivo, poniendo en marcha una campaña para que nos hagan llegar sus inquietudes y propuestas a través de mis redes sociales personales. También hemos puesto en marcha un número de WhatsApp desde el que nos han llegado muchas propuestas. Llevamos ya más de quinientas aportaciones, muchas de las cuales hemos recogido en el programa electoral. Soy consciente de que hay que cambiar el modelo de gestión, tanto en el rectorado como en otros órganos de gestión de la universidad, para que estemos más cerca de los estudiantes.

P.- ¿De qué forma tiene previsto hacerlo si sale elegido rector?

R.- Queremos proponer una estructura de gobierno en la que el Vicerrectorado de Estudiantes tenga presencia en cada campus. Una persona en cada campus y una estructura permanente. Esto va a ser un cambio radical. Mi idea es tener cada año reuniones con colectivos amplios, no sólo con representantes o decanos, sino también con los estudiantes, para conocer cuáles son sus inquietudes y propuestas.

"Hay que colocar al estudiante en el centro de la universidad, porque es lo que nos distingue de otras instituciones que hacen investigación"

P.- ¿Qué medidas o qué se puede hacer para bajar el porcentaje de abandono de una carrera si ésta no cumple tus expectativas?

R.- Este es un tema complejo que tiene un amplio abordaje, y habría que estudiar cada caso. De hecho, la Universidad dispone de esa información, y habría que tenerla analizada para detectar cualquier problema lo antes posible para intentar poner medidas correctoras. Es cierto que nuestra tasa de abandono es baja en nuestra Universidad, pero yo creo que está subiendo, y en muchos casos no es por motivos académicos. Estaría muy bien saber dónde van los que abandonan, porque si el que abandona lo deja, no hay información, pero si lo hace para ir a otra universidad tiene que solicitar un traslado de expediente, y esa es una información muy útil.

P.- A raíz de la pandemia la llamada brecha digital se ha hecho más grande. La universidad ha puesto a disposición algunos dispositivos tecnológicos a aquellos estudiantes que lo necesitaban, pero ¿qué más puede hacer en esta situación?

R.- La universidad hizo un gran esfuerzo y una gran apuesta por poner a disposición de los estudiantes un servicio de préstamo de portátiles y de tarjetas, y creo que llegó a todo el que lo necesitaba. Para poder adaptarnos mejor a esta nueva situación, tenemos que formarnos, y todos necesitamos una mayor formación transversal en competencias digitales. Yo soy veterinario de formación y hago lo que puedo, pero si no me formo o me forma alguien en lo relacionado con el mundo digital, no le sacaré partido a la cámaras y a los equipos que hay en mi aula, porque nadie me ha enseñado. Los profesores han hecho un esfuerzo por adaptarse a la nueva situación rápidamente. Todo esto empezó un jueves y un lunes hubo muchos profesores que ya dieron sus clases en Teams. Pero todos, estudiantes, profesores y personal de la Universidad, tenemos que seguir formándonos en competencias transversales para ser cada día mejores.

P.- ¿La Universidad de Castilla-La Mancha seguirá siendo una universidad presencial?

R.- Somos una universidad de vocación presencial, porque una de nuestras ventajas es que somos una universidad presencial de cercanía. El día que perdamos eso, no podremos competir. Pero eso no quiere decir que lo que hemos aprendido durante estos meses no deba ser útil para aprovecharlo en la formación online y acercarnos, por ejemplo a Latinoamérica, ofreciendo la posibilidad de realizar grados semipresenciales o totalmente online. También tenemos que estar preparados para el futuro dando servicio al mundo rural, contribuyendo a corregir el grave problema de la despoblación. Debemos ser capaces de dar servicio a aquellas personas que quieran retornar al mundo rural a trabajar y necesiten seguir formándose.

P.- ¿Con la vuelta a la presencialidad se han tomado las suficientes medidas contra la Covid, como por ejemplo tener en cuenta a los alumnos y a los profesores de riesgo?

R.- Lo primero es la salud y la sociedad debe entender que esto es así. Esta crisis tiene algo diferente a la anterior, que fue una crisis económica que desembocó en una crisis social. La diferencia ahora es que hay gente que muere. No es lo mismo asumir un riesgo que implique que te vas a quedar sin trabajo, a asumir un riesgo que implique que vas a caer enfermo y que puedes tener secuelas o fallecer. Dicho eso, yo creo que la universidad a nivel de prevención y salud lo ha hecho aceptablemente bien. Una medida que yo no entiendo, porque lo desconozco, es por qué no se ha tenido una mayor sensibilidad con las personas reconocidas como sensibles, porque hay personal con factores de riesgo graves que está trabajando presencialmente, o por qué no se han tenido en cuenta a los estudiantes reconocidos como tales.

“Los estudiantes deben ser el corazón de la universidad”

P.- Julián Garde es madrileño de nacimiento pero tiene orígenes conquenses...

R.- Pues sí, tres de mis abuelos son de Cuenca. Dos de ellos de Castillo de Garcimuñoz, y otro de Horcajo de Santiago, pero éste se fue pronto para Madrid. Por eso, he hecho muchos veraneos conquenses en el Castillo, y luego, por otras cuestiones, también en Navarredonda de Gredos. Para los chavales de cierta edad, ir al pueblo de los abuelos en verano siempre es apasionante. Quizá ahí también creció mi vocación como veterinario.

P.- ¿Qué le llevó a desarrollar su carrera profesional en Castilla-La Mancha?

R.- Yo estudié en Madrid, y empecé allí mi tesis doctoral. Me dieron una beca de tres años para hacerla, pero me pilló la crisis de principios de los noventa, y en la Navidad del segundo año nos dijo el director del departamento: “No volváis en enero porque os han despedido”. Nos habían quitado a todos la beca, y como ya era veterinario me puse a buscar trabajo. El sitio más cercano que encontré fue Valdepeñas, y desde allí terminé mi tesis doctoral. Un día leí en el periódico un anuncio de que había una plaza de ayudante a doctor para dar clases en la Escuela de Agrónomos. Eché los papeles y me saqué la plaza. Desde entonces vivo en Albacete y allí construí mi vida. Ya soy un castellano manchego más.

P.- Durante esta pandemia, que al fin y al cabo tiene un origen animal, parece que no se ha tenido muy presente la opinión de los veterinarios....

R.- Eso sólo ha pasado en España, donde no se nos ha tenido en cuenta para nada. Creo que es un error. Quizá la profesión de veterinario es un tanto desconocida y se asimila únicamente a las clínicas veterinarias. Nuestra misión principal es prevenir problemas en la Salud Pública. En todos los comedores y en todos los lugares donde se consumen alimentos debe haber inspecciones previas realizadas por veterinarios. Tenemos mucho que aportar y más en estos tiempos en los que hay que tener en cuenta la llamada Salud Única o Salud Global, es decir, no hay una salud para los animales y otra para las personas, porque muchas enfermedades son compartidas. Los veterinarios somos imprescindibles para defender la Salud Pública.