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"Escribir supone renacer y encontrar un significado a tu pasado"

El autor conquense ha publicado el cuento para niños 'La letra, con ilustraciones entra' y trabaja ya en otra nueva novela que estará centrada en sus propias vivencias
"Escribir supone renacer y encontrar un significado a tu pasado"
Foto: Saúl García
10/08/2019 - Dolo Cambronero

Empezó como un simple “juego de palabras” pero poco a poco fue creciendo y acabó cogiendo la forma de un cuento para niños que se acabó convirtiendo en La letra, con ilustraciones entra, la última obra de Ismael Valencia Cañas (1975, Cuenca), publicada hace dos meses y que se suma a las tres novelas y tres poemarios que el autor lleva a sus espaldas.

“Estaba escribiendo una novela y abrí otro archivo. Cuando me bloqueaba, cogía el cuento porque era más fácil que contar mis vivencias, que es algo más arriesgado porque hablas de cosas que te incumben a ti”, detalla el autor sobre este relato infantil en rima y que se complementa con las ilustraciones de Javier Sarmentera.

El autor inició su carrera hace una década. Su último trabajo por aquel entonces como cooperante en una ONG le había marcado mucho y fue el impulso definitivo que le animó a lanzarse a editar. Aunque no había escrito antes, cuando empezó a escribir la primera página, ya tenía claro que su propósito final era un libro.

Tardó en terminarlo un año aunque no fue hasta hace tres cuando se decidió a editar el drama Hedonista 235. Después vendrían Escalera de color (relatos cortos), Creíbles... pero inciertos (novela contemporánea) y los poemarios Ósculo, Kinestesia y Así soy, así siento, obras a las que suma ahora el cuento para niños.

Autoedición

Apostó por la autoedición porque el mundo editorial “es complejo” y es difícil acceder a él. “Tampoco me preocupa mucho”, apunta. Y es que el autor se las ha ido apañando para sacar adelante sus libros y promocionarlos y puede decir que vive de lo que escribe aunque “con mucho esfuerzo”. No obstante, puntualiza: “La literatura no da para vivir. Muy pocos pueden hacerlo. Los principios son duros”, matiza, dejando claro que insinuar lo contrario sería dar una falsa impresión al lector. Pero a pesar de las dificultades y cansado como estaba de las reglas e intereses a los que está sometido el mundo empresarial, indica que ahora se siente cómodo con su ocupación. “Esto me parece ético”, destaca.

"Escribir es algo libre. No está supeditado a horarios. Debe ser espontáneo y, en ningún caso, premeditado"

Aunque podría decirse que oficialmente tiene su residencia en Valencia, el autor bromea diciendo que está afincado “por ahí” puesto que viaja mucho. También viene a menudo a su Cuenca natal, donde se va a quedar ahora hasta diciembre. Cuenta que su proceso de creación es diferente según el libro en el que esté enfrascado. “Escribir es algo libre. No está supeditado a horarios. Debe ser espontáneo y, en ningún caso, premeditado”, asegura. “Hay días que escribes de seguido y otras veces, puedo estar semanas sin hacer nada”, añade.

Para el autor, “escribir es una liberación de sentimientos y sensaciones que no has podido expresar con palabras en un momento dado, una liberación de percepciones sobre la sociedad y sobre ti mismo”. Por ello, considera que “es una de las artes más gratificantes que existen y a título personal ayuda mucho”. Aunque añade que esa satisfacción alcanza su culmen cuando el mensaje llega al lector, al que entretiene y le hace reflexionar. “Entonces se cumple el objetivo con el que fue escrito”, afirma.

Como lector, Ismael Valencia tiene gustos diversos y le gustan desde Julia Navarro, de quien dice que la tiene como “referente”, a Khaled Hosseini, Paul Auster o Mario Benedetti, al que considera un “genio narrativo”. “La novela negra es lo que más me llena a nivel sentimental”, explica. También le interesa el ensayo y apunta su predilección por Friedrich Nietzsche aunque reconoce que este género “no engancha tanto como una novela”. “Y leo mucha poesía. Es uno de los géneros menos valorados y tiene una gran riqueza por el léxico, los sentimientos... Igual la novela está sobrevalorada”, enfatiza.

En cuanto a sus lectores, Ismael Valencia lo tiene claro: “Escribo para la gente admirable”. Y para esas personas trabaja ya en la continuación de Creíbles... pero inciertos, que se llamará Matiz púrpura, centradas ambas en sus vivencias más recientes aunque también se propone abordar más adelante en otra obra su niñez: “Escribir supone renacer y encontrar un significado a tu pasado, al por qué estás aquí”.