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"Escribir es una manera de desconectar de todo”

Esta estudiante del IES 'Alfonso VIII' ha ganado por tercer año consecutivo el Concurso de Relatos Cortos Policiacos ‘Ángel Luis Mota’
"Escribir es una manera de desconectar de todo”
Foto: Saúl García
05/07/2020 - Dolo Cambronero

“De tanto leer desde pequeña lo que encontraba por casa, he salido así”, cuenta entre risas Sara Rodríguez Carrasco, alumna de 2º de Bachillerato de Ciencias del IES Alfonso VIII de la capital que ha ganado por tercer año consecutivo el concurso de Relatos Cortos Policiacos ‘Ángel Luis Mota’ -organizado por este instituto-, en esta edición con un relato titulado Justicia en el Guadalquivir.

La joven se ha alzado con el primer premio en la modalidad dirigida a estudiantes de Bachillerato y Ciclos Formativos de toda la provincia, siguiéndole en el segundo puesto Raquel Millas Naranjo, estudiante del IES Alfonso VIII que también ha conseguido esta posición en el certamen por tercer año consecutivo.

El relato ganador está ambientado en Sevilla, en una época en la que convivían varias religiones. Sara Rodríguez detalla que la protagonista es una infiltrada de la Inquisición que se adentra en un grupo protestante que estaba recibiendo biblias del Oso para su contrabando por toda la Península Ibérica. La espía se integra tanto en este colectivo que acaba teniendo dudas de sus propios valores al ser consciente de todas las atrocidades e injusticias cometidas por el tribunal del Santo Oficio. “Eran unas 1.000 palabras, así que es todo muy rápido en el relato”, explica.

“Me gusta que no sean relatos comunes y ambientarlos en otra época. De la actualidad, no he escrito casi nada”, explica la joven. Y eso que lleva fabulando historias desde que era una niña: “Siempre me ha gustado escribir por las influencias que he tenido en casa, sobre todo de mi padre. Y he leído mucho también porque me han animado a hacerlo desde pequeña”.

Así que no podía dejar pasar la oportunidad de participar en un certamen como el del IES Alfonso VIII. “No miras ni la temática ni nada. En este caso debían ser relatos policiacos y de novela negra pero me presenté solo por el placer de escribir porque lo disfruto un montón”.

Y no es el primer premio que consigue: en Cuenca ha ganado también en tres ediciones un concurso de la Hermandad de la Soledad del Puente de pregones juveniles. Y también se ha presentado a algún certamen de poemas cuando era pequeña.

Pero ¿de dónde le viene la inspiración? La joven sostiene que, a la hora de escribir, no se plantea: “Esta tarde me pongo y lo hago. Al contrario. De repente, un día me viene la idea y lo tengo que escribir en ese momento”.

De hecho, admite que se sintió “agobiada” con la fecha de entrega del relato porque le coincidió con los exámenes y no se le ocurría nada. Pero, in extremis, el día anterior a que se cerrara el plazo, se le ocurrió la historia. “Me cuesta mucho pensarla y cuanto más la pienso, menos me sale. Pero me vino la idea y dije: ‘Ya está’. Lo empecé a escribir en la clase de Lengua. Por la tarde lo terminé en la biblioteca y por la noche lo presenté”, apunta.

Para la joven, a la que también le gusta la poesía, “escribir es una manera de desconectar de todo”. “Normalmente, no me sale hacerlo cuando estoy contenta sino cuando tengo un día de bajón o estoy agobiada. Entonces me pongo e igual me sale una cosa bonita. Le das una forma diferente y acaba quedando hasta bien. Escribo desde muy dentro, es muy íntimo”, afirma.

Y le gusta situar sus historias en un lugar real porque prefiere que la gente se transporte a una época y a un sitio en concreto para que no se lo pueda imaginar a su manera sino cómo es de verdad.

A punto de enfrentarse a la Evaluación de Acceso a la Universidad (EvAU), quiere estudiar algo relacionado con Ciencias de la Salud: Medicina o Bioquímica. De momento, asegura que escribir “es más un hobby” para desahogarse pero quién sabe si la afición será algo más.