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"En Cuenca ya tocamos para 200 personas, ahora vamos a la Plaza de Toros"

Izal actúa en la Plaza de Toros de Cuenca este viernes presentando su trabajo 'Autoterapia'
"En Cuenca ya tocamos para 200 personas, ahora vamos a la Plaza de Toros"
Izal presenta este viernes 30 en Cuenca su trabajo `Autoterapia´. Foto: Hook Management
30/08/2019 - Adrián G.Quintana

Sin la certeza del éxito, pero con los pasos a trazar recogidos en el plan de riesgos. De esta forma Mikel Izal (vocalista y compositor) junto a Emanuel “gato” (bajo), colocaban en 2010 los primeros ladrillos del rascacielos que ahora proyecto Izal. Completan la banda Iván Mella (teclados), Alberto Pérez (guitarra) y Alejandro Jordá (batería).

Actualmente, este grupo de pop/rock madrileño es considerado como uno de los más punteros a nivel nacional. Su conexión con el público y las emociones transmitidas en cada estrofa, hacen que sus cuatro discos de estudio hayan rebotado suavemente en millones de tímpanos y de forma impactante en los subwoofer de cada tarima que pisan.

Con esta carta de presentación, Izal regresa a Cuenca 5 años después de su concierto en la Sala Babylon en una situación totalmente distinta: Feria y Fiestas de San Julián y concierto en plena Plaza de Toros de la ciudad. Será el próximo 30 de agosto y las entradas están cercanas a agotarse.

"Antes tenías que ser elegido por una multinacional, ahora quien elige es el público"

P.- ¿Cómo está yendo la gira de vuestro último disco, de Autoterapia?

R.- La verdad es que no podría ir mejor. Siempre, la gira de un disco es un mundo nuevo, no sabes como lo va a recibir la gente. Da igual tu pasado, lo que importa es lo que muestres nuevo y ha superado absolutamente todas las expectativas. Estamos viviendo conciertos que no había soñado en nuestra vida. El público es el que decide como va a ir tu gira y está respondiendo.

P.- Habeis pisado los escenarios en ciudades europeas y todavía os quedan más citas por delante fuera de España como Berlín o Paris ¿Esto puede ser un síntoma de que la música alternativa española, goza de buena salud?

R.- Al final los conciertos fuera son anecdóticos, porque tocamos en salas más pequeñas y al final es por darnos el placer de viajar. Yo creo que lo que habla de la buena salud en la música española son los festivales. Se puede ver cada año que pasa que más gente aprovecha sus vacaciones para ir a disfrutar de la música en directo. Que es cierto que al final un festival tiene su parte social, hay otras actividades y se disfruta mucho, pero la base es la música. Yo creo que eso es una muy buena señal. Ese es el termómetro que marca que estamos viviendo buenos años para la música española.

P.- Podemos hablar de una nueva generación, de hace 10 años a esta parte, en la que podríamos incluir artistas como Izal, Zahara, Rayden…etc. Que os habéis encargado de poner todo esto patas arriba.

R.- Creo que más que los artistas, que seguimos haciendo lo mismo que siempre: hacer canciones y cantarlas en los escenarios, ha sido la gente la que ha obrado el milagro y también los nuevos tiempos. Hace 15 años, para que te sucediera lo que nos ha sucedido a nosotros la opción era firmar con una multinacional. Que te dieran posibilidades para grabar y que le gustases al público. Ahora es distinto, la gente escucha lo que le da la gana a través de redes sociales, de Youtube, de Spotify…etc. Comparten lo que les gusta, se lo dicen a sus amigos y ya no es necesario pasar a esa infraestructura gigantesca de la que tenías que hacer uso en el pasado y que pretendía predecirte. Tenías que ser elegido por unas pocas personas que trabajaban en las multinacionales.

Ahora los que eligen son la gente, es otra forma de dedicarte a esto y tener éxito con la música. Es una manera muy romántica, muy democrática y muy emocionante de entender la música. Y eso lo ha hecho la gente.

P.- Quizás antes que eran las multinacionales las que elegían y ahora es el público quien tiene un abanico enorme para escuchar y descubrir artistas ¿Favorece esto que se valore más el talento que no las imposiciones?

R.- Eso es complicado, lo cierto es que antes las multinacionales eran las que tenían ese escaparate gigante y único, no había otras maneras de llegar al público. Y cuando esto lo eligen solo unas pocas personas, se aseguran más el tiro: los géneros musicales que interesan, la forma de escribir que interesa, las estructuras…etc. Todo esto está limitado frente a la visión actual de miles de personas distintas. No es que antes no se valorase el talento, pero se buscaba que impactara desde la primera escucha. Necesitamos cierta paciencia para conectar emocionalmente con algo que escuchas, que ves, que lees.

"Para que existan grupos que llenen estadios, se necesita que haya salas pequeñas para que nuevos grupos tengan su hueco"

P.- Por lo que comentas, vuestra trayectoria basada en la autogestión os está dejando buenas sensaciones

R.- Ha sido el crecimiento soñado, es muy romántico ver que tu música ha crecido porque la gente, sin conocerte de nada, ha ido empapándose contigo, difundiendo a amigos y todo se expande de forma brutal. Es mucho más bonito que si un señor que no conocemos de nada viene y nos dice que nos va a poner en todas las radios. Además con esa fórmula no creo que hubiéramos conseguido estas cifras, porque nuestra música tiene un componente social muy importante. Nosotros decidimos cuando sacar cada cosa, no tenemos que esperar a una empresa que puede que justo en ese momento no le venga bien.

P.- ¿Cómo os planteáis vuestro regreso a Cuenca?

R.- El objetivo es pasarlo de vicio. Tenemos comprobado que las mejores noches han sido cuando nos hemos divertido en el escenario y la gente ha conectado con nosotros. Más vale tener 10 fallos técnicos provocados porque te has vuelto un poco loco en el concierto, que luego escuchar el concierto perfecto sin fallos pero pensar que has estado demasiado frío y no has conectado con el público. Recuerdo que estuvimos en Cuenca tocando en la Sala Babylon, en 2014. Me acuerdo muy bien porque aquella época era muy intensa, contabas uno por uno a la persona que venía a la sala. Ibamos toda la semana viendo como iba la venta de entradas y al final creo que se vendieron casi todas.

P.- Después de vuestras giras multitudinarias y de haber llenado el Palacio de los Deportes en dos ocasiones, más de 30.000 personas en dos días, ya ningún escenario os dará miedo...

Ninguno y a la vez todos. Cuando tocas en salas pequeñas te escuchan hasta respirar, cada fallo se nota el doble y cada gesto que haces impacta a toda la sala. En un escenario grande pues tienes esa impresión de ver tantísima gente esperando lo mejor de ti, porque han pagado por tu disco, por tu concierto, te siguen en todas las redes…etc. Lo difícil es hacer lo que hacen las bandas que igual no son tan conocidas. Que igual cada fin de semana tienen dos conciertos en dos ciudades distintas con 50 personas en cada uno y encima tener que convencerlas de lo que haces. Te la jugabas con cada paso. Desde aquí mando un mensaje al público de que vayan a los conciertos pequeños de sus barrios, de sus ciudades. Para que existan grupos que llenen estadios es necesario que haya salas pequeñas donde nuevos grupos den sus primeros pasos.

"En Cuenca ya tocamos para 200 personas, ahora vamos a la Plaza de Toros" "Necesitamos cierta paciencia para conectar emocionalmente con algo que escuchas, que ves y que lees"

P.- Siempre defendéis que seguís siendo las mismas personas, con los mismos hábitos y bajando al mismo bar ¿Cómo se puede tocar frente a 15.000 personas y al día siguiente ir tomar el aperitivo con tus cuatro amigos de siempre?

R.- Yo creo que cuenta mucho la educación, tu familia y la relación con tus amigos. También la edad con la que nos llega esto a nosotros, tenemos ya 30 años cuando empezamos a llenar sitios, ya tienes unos valores bastante claros y un círculo de amigos de toda la vida. No es lo mismo que te pase así con 16 años, que todavía no tienes nada claro. A nosotros nos coge `no adolescentes´.

P.- ¿En la música os gusta ser impredecibles o preferís marcaros objetivos?

R.- Yo tengo un pasado muy recto en cuanto a formación profesional. Mi familia son ingenieros y tengo una mentalidad muy cuadriculada a la hora de preparar proyectos. Se que soy un músico poco típico, siempre era yo el que organizaba el embolaó y estaba siempre marcando objetivos y montando el plan de riesgos. Creo que después de 10 años no me lo he quitado del todo (risas). De todas formas, la música por definición es impredecible. Se han mezclado mis dos mundos y creo que hay un buen equilibrio.

P.- Y dicho esto y ya para finalizar, os adentráis en la recta final de la gira ¿Planes futuros en mente?

R.- Acabar sanos y salvos la gira, es un objetivo ambicioso. Estamos buscando donde acabar la gira, una traca final para el disco. Todavía queda y después serán 10 años seguidos sin parar, igual es el momento de coger una bocanada de aire y descansar.