JCCM NUEVO HOSPITAL
Más entrevistas: Luis Miguel García-Marquina Shadi Ismail Álvaro Guijarro Martina González Adrián Rodríguez Diego Escudero Atienza Alberto Val José María de la Cruz Luis Alberto del Burgo Pepe y Eduardo Bodoque

Cuatro décadas convirtiendo piedras en arte

Fernando Buenache ha expuesto su obra en lugares como Madrid, Barcelona, Toledo, Cuenca, así como en ferias de artesanía de todo el país
Cuatro décadas convirtiendo piedras en arte
Foto: Lola Pineda
13/10/2025 - Rubén M. Checa

Corría el año 1987 cuando Fernando Buenache abrió en su pueblo natal, Buenache de la Sierra SU restaurante. Lo bautizó Las Pedrizas, casi por intuición, inspirado en la abundancia de piedras que hay en este rincón de la Serranía conquense. De ahí que, durante los primeros años, saliera al monte a coger pequeñas piedras para decorar su establecimiento con un aire rústico, y casi sin saberlo, comenzó a crear un pequeño museo con el transcurso de los años ha ido a más.

“Empecé decorando sin ninguna pretensión artística, pero poco a poco fui creando piezas”, rememora Buenache, quien no supo que con esas primeras acciones marcó el inicio de una carrera artística que ha venido desarrollando durante 40 años donde naturaleza, arte y vida cotidiana se entrelazan. “Al final todo esto dejó de ser decoración para ser arte”, subraya. 

Aquellos años coincidieron con el hallazgo de restos de dinosaurios en la zona, algo que inspiró muchas de sus primeras creaciones. Surgieron así sus ‘zoolitos’, animales esculpidos en piedras naturales donde la mano de Fernando prácticamente no ha intervenido. Después le siguió sus ‘gastrolitos’ donde la comida coge el protagonismo con jamones, ristras de chorizo, o quesos tallados en piedra. En los últimos años ha desarrollado sus ‘troncosaurios’, donde troncos de madera cogen formas de todo tipo.

Todo ello, como explica, siguiendo una premisa: no tallar la piedra de forma invasiva, sino que sea la naturaleza la que hable. “No hay talla porque las piedras están tal cual me las encuentro en el campo’ deja claro el artista, quien únicamente puede hacer alguna composición mínima para darle forma. “Pero aún así, la verdadera autora de la obra va a ser la naturaleza”.

Hoy en día tanto el interior como el exterior de Las Pedrizas están repletos de esculturas, composiciones y piezas singulares. Mires donde mires habrá una obra de arte creado por la naturaleza y captado por el ojo de Fernando Buenache. Ahora no queda ni un solo rincón vacío, y el artista lo asume con humor. “Como me quede sin huecos, tengo que dejar de trabajar”, asegura, añadiendo que la solución ha sido ir ampliando el espacio creativo a otros rincones del pueblo, incluso a una finca propia situada en la salida del municipio donde acumula numerosas esculturas y en donde trabaja en nuevos proyectos.

Cuando comenzó con su recopilación de piedras artísticas, no tenía en mente desarrollar una faceta artística, pero su constancia en la decoración tanto de su establecimiento como del pueblo han situado hoy en día a Buenache de la Sierra en el mapa artístico nacional, revitalizando además la localidad serrana. Y es que, a finales de los años 80 estaba prácticamente abandonado, “pero desde entonces Las Pedrizas ha atraído a visitantes de todas partes”

Así, Fernando Buenache no duda en afirmar que durante estas cuatro décadas han sido cientos los turistas que han subido hasta este rincón serrano solo para contemplar la obra del artista. “’Muchos llegan expresamente para conocerlo otros por recomendación, y al final se ha convertido en un reclamo turístico para el pueblo”, subraya.

Pero Las Pedrizas no es el único lugar donde se ha podido ver la obra de Fernando Buenache. En todo este tiempo también ha expuesto fuera de su restaurante, y sus colecciones se han podido ver en lugares como Madrid, Barcelona, Toledo, Cuenca, así como ferias de artesanía de toda España.

Con un local en el que cuesta encontrar un espacio vacío, Fernando Buenache sigue dando sus paseos con el perro por el campo esperando a que su obra siga naciendo de la naturaleza. “Esto ya no se puede parar, porque cada vez que salgo, el campo me llama y las piedras me susurran: llévanos contigo”.

En Las Pedrizas, además de arte se sirve comida típica de la Serranía conquense, con productos de kilómetro cero y un toque muy sencillo.