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"En cuanto gané mi primer sueldo, empecé a estudiar interpretación"

El actor conquense interpretará los días 13, 20 y 27 de julio en Madrid el monólogo Cinco palabras, en el que reflexiona sobre el bullying
"En cuanto gané mi primer sueldo, empecé a estudiar interpretación"
Foto: Saúl García
07/07/2019 - Gorka Díez

Javier Muñoz Garrido (Cuenca, 1984) es un actor y dramaturgo con mucha seguridad en sí mismo gracias a las tablas adquiridas en la escuela de interpretación de Juan Carlos Corazza, por la que han pasado actores como Javier Bardem, Pilar López de Ayala o Elena Anaya, y a cursos con profesionales como Ramón Barea o Francesco Carril. Una formación adquirida, lo que tiene doble mérito, mientras trabajaba como técnico de prevención, calidad y medio ambiente en una empresa de Madrid, pues, aunque siempre supo que quería ser actor, en un primer momento optó por estudiar Ciencias Ambientales como opción más segura para encontrar un trabajo estable.


“Primero pensé en algo que me diese para el futuro, pero en cuanto gané mi primer sueldo empecé a estudiar interpretación, y no fue hasta completar mi formación cuando empecé a buscarme la vida como actor, y también a escribir animado por Luis Fernando de Julián, un dramaturgo que me encanta, que leyó unas cosas que había hecho y me dijo que tenía posibilidades de escribir bastante bien. Es un gusanillo que también tengo y de vez en cuando voy escribiendo, aunque sin obsesionarme, según va surgiendo: cuando las cosas se hacen sin presión salen mejor, más naturales”.


Fue hace año y medio cuando Javier, con el apoyo de sus padres y de su hermano, decidió abandonar su actividad laboral ligada a las Ciencias Ambientales y centrarse “a muerte” en su sueño de ser actor. “Me dije que ya no podía estar a medias, sino dedicarle todo mi tiempo y energía”.
Y de momento va consiguiendo llenar su agenda de actuaciones, al haber participado, aunque con pequeños papeles (“por algo se empieza, hay que ir poco a poco”), en series de televisión como Amar es para siempre, Tiempos de guerra o Alta mar y compartir escenas con actores como Jon Kortajarena o Amaia Salamanca.


Y en unos días llegarán tres platos fuertes: en primer lugar, la representación del monólogo Cinco palabras, cinco minutos, que él mismo ha escrito y produce a través de su compañía La Conciencia Teatro.


“Es una historia que surgió en Cuenca porque leí muchas noticias sobre bullying y el tema me obsesionó. Es un monólogo dramático pero no lo abordo desde la negatividad, sino buscando la parte positiva, reflexionando sobre qué hay que hacer para evitar que estos episodios ocurran”.
La interpretará los sábados 13, 20 y 27 de julio en la sala Umbral de Primavera, del madrileño barrio de Lavapiés, acompañado por el músico Marcos French.


“Mi mundo es otro”
A esta obra intensa pero modesta en los medios, de unos 50 minutos, añade otra de mayor envergadura, con más personajes y mayor duración, para la que se está rodeando de un “gran elenco de actrices reconocidas” cuyos nombres todavía no puede desvelar, pero con el que confía estrenar la obra en invierno. Se llama Mi mundo es otro y en este caso es una tragicomedia musical, la historia de una joven que vuelve a su casa y se ve envuelta en un conflicto ante el que tiene que tomar una decisión. “Aunque la idea principal es muy trascendental, seria, tiene también un tono muy cómico y divertido”.


Y, antes de estos dos estrenos, Javier Muñoz se ha subido esta semana al escenario del Centro de Actores madrileño como parte del reparto de una versión de Como gustéis, de Shakespeare, dirigida por Lorena García de las Bayonas.


Trabajo, así, no le falta, aunque considera que los actores, como los escritores o los artistas en general, necesitan algo más de apoyo. “Vas al cine, o ves la televisión, y muchas veces parece que siempre están los mismos, que tienen que seguir pero también deberían apostar por la gente nueva”. En su caso, confía en tener alguna vez la posibilidad de actuar en Cuenca. “No habría mayor satisfacción: siempre tengo en mi cabeza la idea de traer mis obras aquí”.


Y, puestos a soñar, este admirador de Sean Connery y de Penélope Cruz (“sus trabajos a partir de Volver son brutales”), del actor y director Xavier Dolan y de Helen Mirrer, reconoce que le encantaría trabajar con Pedro Almodóvar, “un director que es un trampolín”, y, sobre todo, con Álex de la Iglesia. “Me fascina su cine y su forma de verlo, y creo además que dirigiendo es muy detallista y trata muy bien al actor”.