"Contamos la parte de verdad y documentada de las leyendas de Cuenca"

El turismo terrorífico, de misterio o ‘Turismo Dark’ es un fenómeno que crece actualmente con la rapidez que le sube a uno los escalofríos por la espalda cuando se adentra en alguna de las rutas que ofrece este tipo de visitas a lugares como Prípiat, donde se desencadenó el desastre de Chernóbil, el Londres de ‘Jack el Destripador’ o el castillo de Vlad Dracul en Rumanía. Sin embargo, no es necesario viajar miles de kilómetros para recorrer escenarios donde lo histórico y las leyendas se difuminan y dejan al espectador elegir cual de las versiones le inquietará a medida que realiza su ruta.

Esta es la idea principal que explotan Alejandro Cruz y Cristian Herraiz. Juntos son los pilares de la plataforma turística Tempus Cuenca, que apuesta por revalorizar el patrimonio conquense de la capital y la provincia lejos de las clásicas visitas a los monumentos emblemáticos como el Tormo de la Ciudad Encantada o Las Casas Colgadas. “Ofrecemos una alternativa de turismo que resulta interesante no sólo para el que viene de fuera de Cuenca o la provincia, sino también para los propios conquenses”.

En esta búsqueda por ofrecer algo distinto, Alejandro y Cristian se han reinventado con la última de las alternativas que ofrece Tempus Cuenca: una visita guiada por la Cuenca más misteriosa.

“Se trata de una ruta que comienza en Torremangana, sigue por los rascacielos de San Martín, la Casa de la Sirena, la Catedral de Cuenca, el Castillo y baja hasta la Ermita de Las Angustias. A pesar de incluir lugares típicos en cualquier visita obligada en Cuenca, le añadimos ese toque y huímos de la típica escena. Por ejemplo, en la Casa de la Sirena no bajamos hasta el puente de San Pablo y obviamente cada lugar ‘se adereza’ con una descripción de la leyenda que tiene su lado veraz en escritos o documentos del archivo histórico”, explica Cristian.

“Nos encargamos de contar al visitante la parte de verdad que está registrada y documentada, y la parte de leyenda y mito que ha llegado hasta nuestros días con el paso de las generaciones”, añade Alejandro.

Por si esto fuera poco, la intención de estos emprendedores va un paso más allá, gracias al proyecto que les ha hecho ser uno de los ganadores de la V edición de los Premios Lanzadera de la Diputación de Cuenca.

“Se trata de añadir la tecnología a este tipo de visitas. Herramientas como el video- mapping, que ya las hemos visto en Cuenca con las proyecciones sobre la fachada de la Catedral o el propio Ayuntamiento, pues imagina un holograma de las ánimas saliendo de la Ermita mientras contamos la leyenda”.

"A veces, al terminar de contar la historia del lugar han comenzado a sonar las campanas y la gente creía que estaba preparado"

Una innovación que sería toda una prueba para valientes. “Ya nos ocurre que a más de uno se le han puesto los pelos de punta por coincidencias de que justo al terminar las historias de Torremangana o Las Angustias comienzan a sonar las campanas, y sabemos de otros puntos donde la magia de Cuenca consigue que con una brisa de viento se genere un poco de ruido que hace que la imaginación del visitante haga el resto”, comenta Cristian que admite pasárselo en grande en las visitas que en mes y medio han aglutinado a unos 150 participantes que crecen semana a semana.

A esta propuesta de la realidad virtual se le añaden otras que ya son una realidad, como la narración de las rutas mediante pinganillo, “por lo que el visitante no tiene que ir pegado al guía para saber la historia del lugar y consigue sumergirte de lleno en el ambiente misterioso”.

Para potenciar este recurso entre el público autóctono, los empadronados en la capital y la provincia disfurtan de un 50% de descuento en las visitas. “Al final nuestro objetivo es claro, potenciar lo que tenemos, ponerlo en el mapa en un eje tan importante como es el de Madrid-Valencia y fijar además población, un reto que no sólo puede depender del impulso privado, sino también del apoyo de las administraciones públicas, no es un gasto, sino en una inversión en el territorio”, defiende Alejandro.