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“El cartel quiere representar la ilusión de los niños entrando a la feria”

Mateo Guerrero Cruz (1976, Línea de la Concepción, Cádiz) es el cartelista de la Feria y Fiestas de San Julián
“El cartel quiere representar la ilusión de los niños entrando a la feria”
Fotos: Saúl García
25/08/2019 - Dolo Cambronero

Todavía no ha olvidado el momento “mágico” en el que llegó a sus manos el primer tebeo: un cómic de Conan que su madre le quitó rápidamente en cuanto se dio cuenta de la historia que contaba, a pesar de que él aún no sabía ni leer. “Fue un flechazo”, recuerda Mateo Guerrero Cruz (1976, Línea de la Concepción, Cádiz), que tuvo clara su vocación desde bien temprano y ha dedicado su vida a la ilustración. Hace doce años llegó a la provincia, residiendo primero en la capital y ahora en Arcas, y ahora tiene el gran “orgullo” de ser el autor del cartel de la Feria y Fiestas de San Julián 2019 de Cuenca.

¿Qué le supuso que le encargarán el cartel de las fiestas?

Me lo pidieron con un poco de premura y lo primero que tuve que hacer fue mirar la agenda pero siempre es bonito que desde el sitio en el que vives te encarguen que hagas el cartel de una de las fiestas grandes. Para mí fue un orgullo muy grande. He intentado participar con lo que mejor sé hacer, que es el dibujo. He tenido tres semanas desde que hablamos hasta que lo he entregado.

¿Qué ha querido representar en el cartel?

Como padre de una niña conquense, he ido con ella mucho a la feria. Para mí es una fiesta muy familiar, que está muy enfocada en los más pequeños. Y eso es lo que quería representar: la ilusión de los niños entrando a la feria. Es una fiesta en la que se ve a las familias completas: padres, abuelos, tíos… Me parece muy bonito.

¿Cuál es su momento favorito de la feria?

Para mí, la feria es echar la tarde-noche allí, poder comer algo, disfrutarlo con mi hija y encontrarte con amigos y vecinos. Ese momento de convivencia me parece muy bonito.

¿Cuándo decidió dedicarse al mundo del tebeo?

Es una vocación. No había duda. Naces con ello. Cuando era un niño muy pequeño llegó un cómic a mis manos y fue un momento mágico que todavía se perpetúa. Era un tebeo de Conan y cuando mi madre vio lo que pasaba, me lo quitó [Risas]. Pero aún recuerdo ese momento. Todavía no sabía ni leer. Fue un flechazo. Cuando era niño me fascinaban por completo tanto los tebeos como los dibujos animados. Después dibujas porque es tu forma de expresarte. Y conforme vas creciendo lo vas desarrollando y vas conociendo a gente que también comparte tus aficiones. Vas progresando poco a poco, aunque no sabes muy bien cómo, hasta que llega un día en que decides presentarte a una editorial. Si tienes suerte, te hacen encargos. Y eso fue lo que me pasó. Empecé joven. A los 18 años ya estaba publicando. Llevo ya más de la mitad de mi vida dibujando tebeos profesionalmente. Soy totalmente autodidacta. Estudié Magisterio pero cuando ya estaba trabajando.

¿Y cómo se presentó a una editorial?

Me fui al Salón del Cómic de Barcelona y me entrevisté con varios editores. Tuve suerte e hice pleno: el primer día contacté con dos y me hicieron encargos. Fue ese momento mágico en el que estás en el sitio adecuado y das con la gente adecuada, y funciona. Empecé a publicar cómic en España en 1995. Comencé con Planeta Agostini y Norma Editorial, dos de las editoriales de este género más importantes que había en aquel momento. Después estuve sacando durante año y medio dos páginas semanales en El País, en el encarte infantil. Luego trabajé para el mercado americano y posteriormente, para el mercado francobelga, que es donde llevo trabajando ininterrumpidamente desde 2004. Llevo ya 17 libros. Y este año he sacado dos series nuevas: Jakob Kayne, para Le Lombard; y Ruhm héritage, para el grupo Hachette, una de las editoriales más importantes del mundo. Esta es una historia sobre la invención del ron y esclavismo en la isla de Martinica, a principios del siglo XVIII. Es un tebeo histórico, mucho menos alegre que el cartel de las fiestas. Antes había sacado Gloria Victis, que es una historia que empieza en Valeria [Cuenca]. Juanra Fernández era el guionista. Principalmente soy ilustrador y hago los dibujos aunque también he hecho guiones y tengo cómics como autor completo.

“El cartel quiere representar la ilusión de los niños entrando a la feria”

Trabaja para el mercado francobelga. ¿Cómo está el cómic en España?

El mercado español tiene una salud estupenda publicando libros extranjeros y está en estado crítico con el producto propio… [Risas]. Hay un grupo grande de autores españoles que publicamos fuera y después las empresas españolas traen aquí nuestros libros. Nuestro trabajo se ve en España pero la pena es que no lo publicamos directamente, con lo cual las historias que contamos son menos adaptadas a lo que sería el público español. Esa es la gran pena.

¿Y hay público de tebeo?

Público hay aunque España no es un país en el que se lea demasiado. Hay un porcentaje de lectores de cómic muy inferior al que hay en Francia pero también ocurre con la literatura en general.

Imagino que es un trabajo que llevará muchas horas…

Sí, lo hago de forma totalmente tradicional, a lápiz y tinta. El ordenador se utiliza en la postproducción. Es solo una herramienta más. Trabajo desde la mañana a la noche y todos los días de la semana. Es un trabajo muy laborioso.

¿Algún sueño por cumplir en el mundo del cómic?

Me gustaría hacer un libro completo: guión, ilustración y color. Pero es algo que dejo para mis años de madurez… [Risas]. Ahora me encargo del dibujo en blanco y negro, a lápiz y tinta, y luego tengo colaboradores que me colorean. Algún día quisiera hacer la historia completa, con personajes e historia míos. Pero de momento prefiero centrarme en lo que estoy haciendo, que es colaborando con guionistas bastante importantes a nivel europeo y eso también lo disfruto muchísimo.