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"Busco transmitir emociones y regalar un trocito de la ciudad”

La pintora conquense Cristina Martínez Benita se ha hecho un hueco en el panorama artístico con sus ilustraciones en acuarela
"Busco transmitir emociones y regalar un trocito de la ciudad”
Foto: Saúl García
18/04/2021 - Paula Montero

Cristina Martínez Benita (Cuenca, 1989) es una pintora autodidacta cuya sensibilidad, personajes y dibujos personalizados le han llevado a hacerse un hueco entre los artistas de la capital conquense gracias a la buena acogida y reconocimiento que sus ilustraciones en acuarela están teniendo.

Pinta, entre otras temáticas, paisajes y rincones de Cuenca y con ellos busca “transmitir emociones y regalar un trocito de la ciudad” a quienes las compran porque “a los que vivimos fuera de Cuenca nos gusta tener un rinconcito que nos haga sentir en casa”, dice.

Además, también se siente cómoda con los personajes infantiles. “Son especiales”, dice, “porque detrás de ellos está el bulling que sufren muchos niños y niñas por ser altos como una jirafa o por tener las orejas grandes como un elefante”. Por ello, al dibujarlos intenta potenciar esas características para que los pequeños puedan sentirse reflejados.

Por otro lado, también hace referencia a motivos propios de la provincia de Cuenca y que son reconocidos fuera de nuestras fronteras como el famoso globo aerostático o los dinosaurios.

Ahora, tras tres años apostando por @eme_acuarelas, Cristina sigue dando pasos hacia delante siempre fiel a su esencia y sin dejar de soñar porque tiene como meta “llegar a ilustrar cuentos infantiles, seguir evolucionando y continuar explorando mi marca personal, mi propio sello”, comenta. Sin embargo, recuerda sus inicios y “la ilustración es algo que siempre he llevado dentro”, asegura. Comenzó a formarse en la Escuela de Dibujo y Pintura de Víctor de Dios, aunque por motivos laborales continuó explorando su talento en solitario.

A pesar de su éxito, todavía no se considera artista, “es una palabra muy grande”, asegura, pero tiene la predisposición para formarse, practicar y continuar aprendiendo con el objetivo de seguir conectando con la gente. “No sé dónde me va a llevar la acuarela pero muchas veces me he visualizado teniendo una pequeña tienda de ilustraciones en Cuenca en la que dar a conocer de forma tangible mi trabajo”, cuenta.

Esta artista en ciernes empezó a ser conocida gracias al boca a boca aunque desde hace años sus acuarelas tienen un hueco en redes sociales y gracias a esa gran ventana al mundo recibe los encargos. “El feedback con la gente es muy gratificante porque con tu trabajo consigues sacarles una sonrisa”, apostilla. Y ese es, sin duda, el objetivo final de Eme.