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“A 2023 le pido seguir montado en la piragua, no hay mayor sueño que ese”

El palista del Club Piragüismo Las Grajas, Pablo Zamora, ha vivido en 2022 su mejor año en cuanto a resultados y se ha sobrepuesto a una lesión que parecía indicar el fin de su carrera
“A 2023 le pido seguir montado en la piragua, no hay mayor sueño que ese”
Foto: Alejandro del Valle
02/01/2023 - Alejandro del Valle

Lejos del mundanal ruido de las ciudades, las canoas surcan el río Júcar a velocidades de vértigo. Pablo Zamora -1979- es uno de esos maestros del agua capaces de mantener la compostura llueva, nieve o haga sol. El palista del Club Piragüismo Las Grajas no solo ha vivido en 2022 su mejor año en cuanto a resultados, sino que ha roto una barrera sobreponiéndose a una lesión que hacía indicar que su carrera podría haber acabado.

La historia de Pablo comienza en el año 1991, cuando decidió apuntarse junto a su padre y su hermano a la Escuela Municipal de Piragüismo, la cual practicaba por aquel entonces en la playa municipal. Una quincena les bastó a los tres para darse cuenta de que no quería bajarse de la piragua, por lo que continuaron surcando las aguas. A pesar de los altibajos, ya que su trabajo como profesor de Educación Física no siempre le ha llevado a una zona con río para entrenar, ha mantenido esta pasión durante más de tres décadas.

Y es que, como él mismo dice, cada deportista tiene su historia de superación detrás. En 2009, una caída con la bici le ocasionó una lesión de gravedad en codo y hombros, requiriendo tornillos para fijarle el epicóndilo. Tras un buen tiempo sin darle problemas, empezó a resentirse de nuevo hace tres años, lo que le impedía trabajar el apartado físico en el gimnasio, un hándicap para tener lesiones ligamentosas.

Pero el mayor jarro de agua fría llegaba el año pasado, cuando los médicos le comunicaron que debía dejar el piragüismo debido a la artrosis que le aquejaba. “Después de esa fecha, cada año que monto en piragua es un regalo”, expresa un agradecido Pablo. Irónicamente, y aunque declara que es lo que menos le importa, 2022 ha sido el mejor año de su vida en cuanto a resultados. Porque al final, lo que más echa de menos es “estar aquí todas las tardes una horita”.

Años y años de competición dan para mucho, pero para la memoria de Pablo quedan algunos momentos estelares, como puede ser el último Campeonato del Mundo. El conquense se alió con David Flecha, otra de las figuras más destacadas del panorama nacional, para probarse en K2.

Con tan solo un pequeño recorrido en una competición disputada en Zamora se dieron cuenta de que se complementaban a la perfección, y así lo refrendaron en Ponte de Lima -Portugal-. Consiguieron un meritorio subcampeonato mundial, quedando Pablo octavo en categoría individual. Aunque la más especial para él se aleja de los resultados mediáticos. Fue en el Campeonato Regional del año pasado en Cazalegas, durante la prueba de los 5000 metros. Un bronce que supo a auténtico oro: “Fue muy emotivo porque venía de que me dijesen que tenía que colgar la pala”, recuerda Pablo.

Y es que más allá de medallas y victorias, el conquense piensa en amar lo que hace. “He disfrutado más en regatas quedando el 20 que quedando el primero”, asegura. Esta actitud es, precisamente, una de las causas que podría explicar el éxito de este 2022, tal y como reconoce el propio Pablo. “Me dicen mis compañeros que no me pongo nervioso nunca. Nervioso es decir que si no gano no voy a comer”, bromea el palista.

 

 

Pablo Zamora. // Foto: Alejandro del Valle

FAMILIA EN PIRAGUA

“Yo siempre digo que tengo dos familias: la mía y la de piragüismo”, comenta el palista entre risas, acordándose de los buenos momentos que le ha dado el deporte.

Pero cuando habla de familia no solo se refiere a la del Club Piragüismo Las Grajas, donde disfruta entrenando con sus compañeros, sino que también incluye a las grandes amistades que ha hecho a lo largo y ancho de todo el país gracias a esta disciplina. “Puedo ir a cualquier sitio de España en el que haya un club de piragüismo y me abren la puerta, me dan una piragua y entreno con ellos. Pero igual que aquí: nuestra puerta siempre está abierta, y es lo mejor del piragüismo”, pone en valor Pablo, añadiendo que, más que por competir, a muchos campeonatos va para ver a gente de otras comunidades con la que en otras circunstancias no coincidiría.

En aras de aumentar esta familia y tener más compañeros que le acompañen a sus competiciones a lo largo y ancho de toda la geografía española, invita a todo el mundo a darle una oportunidad a surcar las aguas. Aunque es un asiduo a andar por el río, desvela que hacerlo en piragua es algo distinto. “Te montas en el agua y es una perspectiva totalmente distinta. Merece la pena hacer un par de kilómetros y tener esta visión”, reflexiona.

Para este 2023, y mostrando una vez más la pasión que le une a la piragua, tan solo pide una cosa: “Seguir montado en la piragua, no hay mayor sueño que ese”, sentencia el palista conquense.