“Estamos llorando de emoción, pero avanzamos hacia el futuro”
El momento más simbólico y especial de todo el proceso de traslado. Así ha definido el gerente del área integrada de Cuenca, José Antonio Ballesteros, lo vivo este viernes 19 de diciembre, cuando el hospital Virgen de la Luz ha despedido a sus últimos pacientes y ha cerrado sus puertas tras 62 años de servicio a la ciudadanía de la provincia de Cuenca.
“Aunque llevábamos mucho tiempo preparándonos para este momento, hemos vivido esta jornada con mucha carga emocional entre los profesionales que sentido el Virgen de la Luz como parte de nuestra vida”, ha detallado el gerente tras la salida de Amadora y Mari Paz, las últimas pacientes que han sido atendidas en el ya extinto hospital.
Ballesteros ha recordado que lo que ha ocurrido este viernes ha supuesto, de forma literal, pasar el testigo entre hospitales, un hecho que ha calificado como “ejemplar” tras 62 años de historia del antiguo complejo hospitalario, durante los cuales ha prestado atención sanitaria a todas las personas que lo han necesitado.
Un relevo que se ha producido en un momento en el que el Virgen de la Luz contaba con reconocimiento en los indicadores de reputación sanitaria, sitúandose en el puesto 38. “No se ha podido ceder el testigo de mejor manera”.
El gerente ha agradecido el trabajo realizado durante los últimos meses por los profesionales implicados en el traslado. Ha indicado que no solo han participado los más de cien trabajadores directamente implicados en estos días, sino otro centenar más que llevaban meses trabajando cada mañana en planificar cómo abrir el Hospital Universitario y cómo cerrar correctamente el Virgen de la Luz.
Ha añadido que el esfuerzo ha sido colectivo y ha involucrado a los más de 1.700 profesionales de la plantilla, a los nuevos contratados y también a los compañeros de Atención Primaria, al tratarse de una gerencia de área integrada.
FUNCIONAMIENTO DEL NUEVO HOSPITAL
Respecto al funcionamiento del nuevo hospital, Ballesteros ha detallado que el Hospital Universitario de Cuenca ya está plenamente operativo tras someterse de manera intencionada a un “test de estrés” asistencial. Ha indicado que se ha iniciado la actividad quirúrgica con cerca del 50% de los quirófanos en marcha, con 22 quirófanos activados y la práctica totalidad de los servicios quirúrgicos ya funcionando.
Ha añadido que se han atendido más de mil urgencias con normalidad desde el 13 de diciembre, que la UCI cuenta con pacientes ingresados y que ya se han producido nacimientos en el nuevo centro.
Asimismo, ha señalado que han comenzado a funcionar servicios clave como el hospital de día hematológico y la hemodiálisis, lo que permite que todas las prestaciones estén ya activas. En este sentido, ha puesto en valor el trabajo del personal no clínico como informáticos, electromedicina, mantenimiento, limpieza, seguridad o cocina, y ha afirmado que el engranaje humano está funcionando con precisión, resolviendo incidencias diarias sin que estas repercutan en la atención a los pacientes.
“El éxito del traslado ha sido posible únicamente gracias a la implicación total de todos los profesionales, que han vivido este proceso como si estuvieran trasladando su propia casa”, ha concluido José Antonio Ballesteros.
En el cierre del Hospital Virgen de la Luz de la capital también han participado los doctores Jesús Val, Manuel Tordera y Juan Luis Bardají, exgerentes del extinto hospital.