El IES Duque de Alarcón, una vez más a la vanguardia educativa

Conseguir alumnos motivados, que quieran ir al instituto. Ese es el reto que se ha marcado el claustro de profesores del IES Duque de Alarcón, de Valera de Abajo, que entiende la educación “como algo motivador para los alumnos”, según el profesor de plástica del centro, Rubén Fernández.

A su juicio, “el problema es que en la educación las cosas han cambiado menos de lo que debería”, ya que continúa “enseñándose con una pizarra, con exámenes, resúmenes y copiado y esto hay que cambiarlo”.

En ello están en este instituto de educación segundaria conquense, involucrado desde el curso 2015-2016 en un proyecto de innovación pedagógica con el que se pretende “cambiar un poco la dinámica educativa, ya que hay muchas tendencias “.

Entre ellas destaca el aprendizaje basado en proyectos o el desarrollo del pensamiento visual, que vienen trabajando desde este instituto a partir del proyecto ‘Sketchbooks y Los caballeros de la Orden de Toledo’ como eje central de una iniciativa coordinada por Alejandra de la Cruz.

La primera parte se basa en el uso de este cómic protagonizado por figuras de la cultura española como Lorca, Buñuel o Dalí “para integrar a los que les cuesta más trabajo , mientras que la segunda parte busca el pensamiento visual, que parte de la teoría de que es más fácil aprender, memorizar y comunicarse a través de imágenes y no solamente con texto”.

El “nexo de unión” entre ambas es, precisamente, esta novela gráfica creada por Juanfran Cabrera y Javierre, elegida de entre todos los cómics que protagonizan el actual “boom editorial brutal”, entre otras muchas razones porque, gracias a que ofrece “muchos niveles de lectura”, ha permitido que el alumnado inmigrante del instituto, “que no sabe nada de la cultura española, haya podido entrar en contacto con la de principios del siglo veinte”.

Pero no solo eso, sino que en esta obra de aventuras también se habla del papel de la mujer en la sociedad, de las vanguardias literarias, la economía colaborativa, la Institución Libre de Enseñanza, la Residencia de Estudiantes y, en definitiva, del “momento en que España, a nivel educativo, estuvo marcando itinerario”.

“Se empezó con los alumnos de ESO y se abrió a todo el instituto prácticamente”, hasta el curso de primero de Bachillerato, explica el “ideólogo” de este proyecto que ha logrado involucrar a 15 departamentos y 21 profesores, incluidos los de Historia, Literatura, Filosofía e incluso Ciencias, dado que otro de los protagonistas del cómic es Albert Einstein.

Así, de la mano de todos estos personajes y merced a una obra con gran potencial didáctico “que les ha enganchado, porque la aventura es muy interesante, bien ambientada, contada con lenguaje actual”, se fue gestando el proyecto del sketchbook, un cuaderno que recoge el resultado de una serie de ejercicios que no se encuadrarían en el currículo académico pero que han logrado mejorar la creatividad, la lectura comprensiva, el pensamiento visual, la motivación e iniciativa del alumnado consiguiendo además que los jóvenes “se impliquen muchísimo más en todas las materias porque les cambias un poco la óptica y les sacas de la dinámica habitual”.

Entre ellos, cita sus “cadáveres exquisitos o dibujo cooperativo”, así como la redacción de una noticia retrotrayéndose, por un día a los años 20, “sin internet ni ordenador ni cámara de fotos digital y sin recurrir a Google”, los juegos literarios, las descripciones de personajes en otros idiomas que ha mejorado el nivel de expresión y síntesis,

De entre las múltiples “ventajas” de este sistema de aprendizaje, reseña su potencial “a nivel motivador”. “Con este tipo de proyecto”, defiende, “normalmente, los alumnos muy motivados se multiplican por dos y a los que no les interesa los acabas enganchando”.

El resultado de esta forma de entender la educación podrá verse durante todo el trimestre con la exposición de más de 120 sketchbooks de los alumnos que han participado en el proyecto y que mostrarán los entresijos de su trabajo a lo largo del pasado curso gracias a sus libros de bocetos que, recuerda Fernández, “existen desde la época de Durero o Da Vinci y los alumnos han convertido en una especie de diario personal, con el mismo punto inicial, pero todos ellos completamente diferentes”.

LA ORTOGRAFÍA, NUEVO RETO

Fernández se muestra “muy satisfecho” del resultado del primer año de trabajo y avanza cómo el siguiente reto será intentar que la ortografía “deje de ser un problema y se convierta en algo interesante para los chicos”.

Pendientes aún de si la Junta de Comunidades vuelve a lanzar convocatoria para proyectos de innovación pedagógica, a la que se acogieron el curso pasado, desde el centro ya tienen listo un nuevo proyecto que incluirá desde nuevos sketchbooks a diseño de grafitis o duelo de gallos como excusa para mejorar la ortografía, el vocabulario y la expresión oral y escrita.

“Hay mucha gente con ganas de hacer cosas y los más reticentes se dejan llevar porque la mayoría optamos por usar las nuevas tendencias educativas y eso se nota mucho en el ambiente del centro”, resuelve Fernández, para quien “merece mucho la pena hacer este tipo de cosas también a nivel de convivencia”, orgulloso de que en Valera hayan logrado convertir esta filosofía en una propuesta de centro.