Verano
Recientemente veíamos en televisión cómo dos jóvenes abandonaban ilegalmente el hotel en el que estaban confinados en Mallorca porque, como recordarán, se ha producido un notable aumento de contagios de Covid 19 entre estudiantes de toda España que disfrutaban sus viajes de fin de curso. Contagios que se han visto reflejados en numerosas comunidades autónomas. Iban acompañados de una mujer adulta que, a preguntas de la redactora que cubría la noticia, contestó que dejaban el hotel porque “son libres”. De nuevo nos encontramos aquí con uno de los execrables comportamientos que nos vienen acompañando desde el inicio de la pandemia. Una vez más, alguien que debería dar ejemplo confundió la libertad con irresponsabilidad. Actitudes así son las que han dejado cientos de nuevos enfermos en casi todo el país. Nadie es libre de saltarse un confinamiento durante una pandemia porque, aunque se valore poco la propia salud, se debe respetar la de los demás. Eso es lo primero que hay que tener en cuenta ahora que van a volver las fiestas patronales en muchos lugares y, con ellas, la actividad de los feriantes, una de las profesiones más castigadas por la crisis sanitaria. Paulatinamente volverán los jolgorios, pero seguirá siendo necesario controlar los aforos, mantener la distancia de seguridad y llevar la mascarilla cuando esa distancia no se garantice.
A esta buena noticia sumamos otra. En Castilla-La Mancha se ha comenzado a vacunar a los mayores de 20 años de cara a avanzar en la inoculación de uno de los grupos de edad que proyecta una mayor movilidad, sobre todo, como hemos visto, en tiempos de verano y tras la finalización del curso escolar. El sistema de autocita se implementará a lo largo de este mes de julio, lo que significará un paso más para conseguir la deseada inmunidad de grupo, que ya se ve muy cerca pues la región ha terminado el mes de junio con un 40% de la población completamente vacunada y la previsión es que a mediados de julio el 70 por ciento de la población tenga administrada al menos una dosis de vacuna contra la Covid.
Las buenas perspectivas se atisban también para el turismo. Mucha gente está ya de vacaciones y nuestra provincia se perfila como uno de los destinos de interior que ofrece más garantías. El territorio conquense mantiene la incidencia de coronavirus más baja de la región, a pesar de que en los últimos días se ha producido un leve repunte en los contagios. Si a ello unimos la posibilidad de disfrutar de grandes espacios abiertos, Cuenca va a atraer a muchos visitantes ávidos de tranquilidad y propensos a relajar las tensiones de la pandemia. Nuestros paisajes, la rica historia, el arte que atesoramos y una gastronomía cada vez más cuidada son garantías de que el visitante que venga repetirá visita y además transmitirá a sus conocidos y allegados buenas sensaciones. Es momento, pues, de esmerar nuestra hospitalidad porque el sector turístico es uno de los motores económicos con los que cuenta la provincia y ya va siendo hora de recuperar el pulso.
También es hora de extremar la precaución cuando salgamos a los campos y a los montes. Estamos en periodo de alto riesgo de incendios forestales y es preciso seguir las indicaciones de los agentes forestales y atender a la señalización que impide hacer fuego en los espacios naturales. Nada sería peor para la recuperación del turismo y de la economía conquense que las llamas arrasaran alguno de nuestros tesoros naturales. Disfruten de los bosques, pero recuerden que a nadie le gusta pasear sobre cenizas.
