Restricciones Covid
La pandemia, lejos de remitir, aumenta de manera exponencial en todo el país. En nuestra región los hospitales elevan la voz de alarma ante unos preocupantes niveles de ocupación de enfermos aquejados de Covid19. En el “Virgen de la Luz” su gerencia destaca que hay un 70% de camas ocupadas, de estas un 30% por covid, por tanto todavía queda margen de maniobra y además existe la posibilidad de habilitar un centenar de camas más en el Policlínico en un plazo de cuatro horas desde que se tomara la decisión, esperemos que no sea necesario.
Prueba del inquietante avance del coronavirus en Castilla-La Mancha ha sido la decisión del Ejecutivo regional de confinar perimetralmente todos los municipios de la región y de ampliar el “toque de queda” a las 10 de la noche, además de decretar el nivel 3 reforzado.
Está claro que la Navidad ha pasado factura y también que es necesario volver a reflexionar sobre si sale a cuenta preservar la economía en detrimento de la salud.
Y mientras el virus avanza estamos asistiendo a un curioso fenómeno: comunidades autónomas que en un principio exigían al Gobierno de Pedro Sánchez que mitigara las restricciones, ahora le exigen que las intensifique. Más parece que, lejos de haber visto las orejas al lobo, de lo que se trata es de mantener posiciones contradictorias encaminadas a obstaculizar, por enésima vez, la gestión de un Ejecutivo que hace lo que puede para capear el temporal y que lo que pretenden los dirigentes de esos territorios es confundir a la ciudadanía para generar un clima poco respirable.
En cualquier caso, resulta evidente que algo está fallando y que el efecto beneficioso de las vacunas apenas se va a notar a corto plazo porque, a pesar de que ya está bastante avanzado el proceso de inmunización en los centros sociosanitarios, las cifras de fallecidos y contagios están lejos de reducirse.
El hecho de que la Delegación Provincial de Sanidad haya incoado en Cuenca desde junio más de 7.300 propuestas de sanción por comportamientos irresponsables quizá arroje un poco de luz acerca de por dónde van los tiros. Los expertos siguen sosteniendo que la mayoría de los contagios se producen en los contactos sociales, contactos que en muchos casos resulta más que evidente que no se realizan con las debidas precauciones.
Así pues, les toca de nuevo a los hosteleros y a los comerciantes pagar el pato de conductas de riesgo. El esfuerzo que se pide a estos sectores es inmenso, corresponde a los ciudadanos que valga la pena.
Si el año 2020 pintó en bastos, en lo que llevamos de 2021 la baraja sigue por el mismo palo. A los rigores de la pandemia, el invierno ha sumado su peor cara con un temporal que, de nuevo, lleva nombre de mujer. Filomena dejó postales hermosas en casi todo el país, pero efectos extremadamente perniciosos, sobre todo en provincias eminentemente agrarias como la nuestra.
La nieve y la posterior ola de frío han dejado muchos daños materiales y una nutrida lista de incidencias que han mantenido en jaque a todos los servicios de asistencia y seguridad ciudadana. Cultivos como el olivar y la vid están gravemente dañados, y no sólo de cara a esta temporada, sino que en años sucesivos se mantendrán los perjuicios. También queda en entredicho la rentabilidad de cereales y oleaginosas.
La nieve, el hielo y temperaturas de récord han producido también daños en las infraestructuras de muchos municipios y en numerosas viviendas. Y esperemos que el deshielo sea benévolo y no incremente los problemas. Bienvenida sea pues la declaración de zona catastrófica solicitada por el Gobierno de Emiliano García-Page y por la Diputación Provincial y concedida por el Ejecutivo central, porque enjugará las pérdidas sufridas y permitirá a los damnificados comprobar que no están solos en la adversidad, a pesar de que desde la oposición se pretenda sembrar la versión contraria. Ahora es tiempo de hacer balance de los daños, por eso es necesario que las corporaciones locales agilicen todos los trámites y adelgacen la burocracia para que las ayudas lleguen lo antes posible. Y ojalá que por una vez en estos aciagos tiempos pinte en oros.
