Progreso
El que no se conforma es porque no quiere. Durante esta semana he escuchado algunas noticias que me han hecho sentir orgulloso y esperanzado. Después de una pequeña reflexión me ha quedado un sabor agridulce. El tren, por ejemplo, volverá a parar en lugares como Jadraque o Sigüenza. Parece que nos queda a trasmano y algo lejos, pero esos son de los nuestros; de los de la España sin gente, de los héroes.
Más cerca, en nuestra provincia, en Villar de Cantos va a llegar, por fin, el agua. Parece que la culpa la tenía medio millón de euros que aportará Diputación. Todo esto está muy bien, ¿verdad? El problema es el año. ¿De verdad en 2021, en España, estamos en estas? ¿Tenemos que celebrar la llegada del agua y el tren? Quizás, tal como está el panorama, en las siguientes elecciones tengamos que celebrar también que tenemos una democracia, aunque con monarquía; algo de los tiempos de cuando no había agua ni tren en los pueblos.
Pero vayamos a lo importante: ¿El Covid? No, La Fuensanta. El césped está triste. ¿Qué tendrá el césped? Los conciertos apagan sus domingos de fiesta. Sinceramente, no me he preocupado en informarme en qué o con qué condiciones usa el Conquense el estadio ni nada de eso; El tren llega a la España vaciada y el agua a otro pueblo más de nuestra provincia: ¡Viva España!