
Ir pensando
La reciente propuesta de +Cuenca de reacomodo y reutilización de las actuales instalaciones del Hospital Virgen de la Luz para que, cuando dejen de cumplir su actual función sanitaria con la apertura y entrada en funcionamiento de la nueva infraestructura que se está construyendo en el área de El Terminillo, se cree en ellas lo que han descrito que sería un centro de referencia nacional de atención a la edad y a la dependencia, ha puesto sobre el tablero de la discusión electoral –al hilo de la inminente llamada a urnas del próximo 28– y ojalá que también en el de la sociedad conquense en general el desde luego que importante tema del uso de futuro que se le deba dar o no dar a esos edificios y al propio terreno sobre el que se asientan. Dando de lado la sin duda a considerar propuesta concreta de la citada fuerza política concurrente a las elecciones resulta evidente que hora es, por supuesto –a tenor de los anuncios al respecto no falta tanto para que ese traslado de instalaciones y funciones deba llevarse a cabo– de ir pensando en el asunto, bien ligando su futuro al propio campo de la salud bien buscándoles destino para otras funciones. No sabe este comentarista en el momento de escribir este su texto qué problemas puede o no puede plantear cualquier cambio de función de las actuales estructuras hospitalarias ni en cuanto a lo que respecta a la situación de titularidad de los solares donde se ubican y las limitaciones que quizá esa situación legal conlleve para una modificación de uso –fuese cual fuese el finalmente elegido– ni los que conllevaría su realización práctica tanto en su coste económico como en su concreción física, pero desde luego vaya si no convendría que quienes tras la cita con las urnas resulten elegidos para gestionar tanto el Ayuntamiento capitalino como la Diputación y la propia Junta de Comunidades abordaran cuanto antes primero el estudio y luego la decisión del asunto. Y tampoco estaría mal que, aun cuando queden ya tan pocos días para el momento de depositar nuestro voto, el resto de las fuerzas concurrentes a urnas diesen su pública opinión si no sobre la propuesta concreta de sus rivales electorales sí sobre su disposición a afrontar en serio la cuestión y, caso de tenerla, avanzasen cualquier opción alternativa.