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Mujer rural

Hay quienes asocian a las mujeres de los pueblos con esas abnegadas señoras dedicadas al cuidado de su familia, el huerto, los animales o en el campo, invisible y sin más opciones de progreso. Ciertamente, eso que describimos todavía ocurre. Afortunadamente, la mecanización y el avance en los usos y costumbres sociales y económicos han permitido que las mujeres puedan ponerse al frente de explotaciones agrarias con la misma eficacia que los hombres. Pero también emprenden en muy diversos sectores y desempeñan sus profesiones en oficinas bancarias e instituciones, en labores de investigación y de docencia, en tareas de servicio social, luchando para que los pueblos progresen a través de grupos de acción local o en los escaños de concejalías, entre otros muchos empleos antes sólo desempeñados por hombres. Cada vez la brecha entre los sexos se va reduciendo más, aunque aún queda mucho por andar para llegar a la plena integración.

   Este domingo se celebrará en Sigüenza el Día Internacional de las Mujeres Rurales, en el que será reconocido el trabajo de seis féminas destacadas por su labor en distintos ámbitos. Cuatro de ellas están vinculadas a la agricultura y la ganadería, pero ya hay dos cuyo trabajo no se desarrolla en el campo. Una de ellas, Beatriz Fernández, de la localidad albaceteña de Riópar, fundó el estudio de arquitectura “Los Pies en la Tierra”, al servicio de quienes se quieran asentar en áreas rurales; la otra es la bloguera Carmen Higueras, vecina de Las Pedroñeras, que acumula 200.000 seguidores en redes sociales a base de compartir vídeos, información y consejos sobre maquillaje. Ambas son un ejemplo de que con formación y/o imaginación cualquier mujer puede abrirse camino en los pueblos y también en las urbes. Estas dos cualidades, formación e imaginación, igualan a caballeros y damas, porque si se poseen ambas, o una sola bien fomentada y dirigida, cualquiera puede prosperar sin que sea necesario subirse al tractor, pastorear reses o explotar huertos... sin ánimo de menospreciar esas nobles ocupaciones que sostienen sin duda parte de nuestra forma de vida. 

   Bienvenido sea una vez más el Día de las Mujeres Rurales porque aún sigue siendo necesario recordar que las actitudes machistas y la desigualdad de género siguen vigentes en nuestro campos y también en nuestras ciudades y que es bueno premiar a quien se distingue por su trabajo. Hay que seguir incidiendo en que esas lacras, machismo y desigualdad, no sólo dependen de la educación no sexista desde la infancia y de la voluntad de superarlas por parte de los hombres. También es obligación de las mujeres interiorizar que no son inferiores y que deben intentar siempre dar ese salto cualitativo que les haga explotar a fondo todas sus potencialidades.  Así, en un futuro no muy lejano quizá pueda acabarse con la discriminación positiva, porque cualquier discriminación tiene siempre un trasfondo negativo.