
Entre caricias dulces y saladas, a la pastelería Marisol
60 años endulzando los paladares de los conquenses y visitantes, relevo generacional pero portando los consejos, recetas y procesos de uno de los más sabios maestros pasteleros.
El / La que más o el / la que menos, ha pasado por su escaparate y observado ese perceptible sabor a través de sus cristales y como el flautista Amelín cautivad@s no por la música de la flauta pero si por la dulzura de sus creaciones de pasteles, dulces y tartas, hemos atravesado sus puertas para deleitanos y darnos el capricho con alguno de los manjares allí presentados.
De chocolate, de azúcar glas, de manzana, de frutas escarchadas, de bizcochos de sabores por aditivos o licores, rellenos de chocolates o cremas, integrales, postres típicos de la zona y época con sus huesos de Santos, alajú, pastas navideñas o sus mantecados o todo el sin fin infinito de creaciones, llenas de dedicación exquisita y sabores.
En su interior crecen las dudas de el que no coger, variedad y diversidad e incluso creaciones a gusto de l@s consumidores, con una imagen o mensaje, con infinidad de formas y sabores, para todos los gustos y paladares, para esas personas que debido a las diferentes alergia algún ingrediente no toleran.
Un entorno inigualable, rodeados de complementos, bebidas y licores y todo ello no podría ser especial, único y que perdurara en el tiempo sino muera por su manejo, ilusión, reinventarse, adaptarse a cada circunstancia y situación o esa maravillosa atención entre conversaciones cercanas y amenas y el brillo de su sonrisa y la de sus ojos.
Indirectamente han acompañado en homenajes, aniversarios, fechas señaladas, enlaces, cumpleaños o simplemente la excusa para el ese mismo momento endulzarnos, cerrar los ojos provocado por sus sabores y a otras épocas y momentos transportarnos, ese crujido y textura de sus milhojas que tanto me hacen recordar y a la vez me emocionan.
Esos primeros recuerdos de ver a un abuelo sin dientes y el corte delicado con su navaja para llevarse el trozo de la misma a la boca o reservarle los más blanditos para que pudiera disfrutar en la mesa todos por igual y lo más importante, junt@s.
No queda nada más que felicitarles por todos estos 60 años de ilusiones, lucha, retos, sueños y metas, por ser partícipes de una manera u otra en muchas situaciones, momentos y ser parte de cada hogar en el momento determinado. De corazón les deseo que esos 60 años se multiplique por ese infinito valor, que sigan deleitando con tanta profesionalidad y labor, emocionandonos por el paso de los años y con ellos el revivir esos momentos del recuerdo.
Los años van pasando y duras situaciones atravesando, sin duda ha tocado reinventarse en Internet y redes sociales para ser y formar parte de "La Gran Pastelería Marisol 3.0".
Con cariño, respeto y admiración, de este escritor solidario que les guarda un emotivo recuerdo por toda su trayectoria y por transportarme con sus sabores a esos años en los que tod@s vivían y sabíamos cuidar todo y sobre todo darle su sitio y valorarlo.
Reciban mi sentida felicitación, deseándoles infinitos éxitos a la Pastelería Marisol sin perder las bases que todo ello construyeron.
Saludos, abrazos y reconocimiento como humildad, de este vecino Benemérito de labor, vocación, sentimiento, alma y corazón.