De igual a igual
Cada año, cuando se acerca el Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo, no faltan los que repiten como un mantra: ‘¿Y para cuándo uno dedicado al hombre?’ Al margen de que los varones sí cuentan con un día propio, que se celebra el 19 de noviembre, quizás la respuesta a esta pregunta radica en que la población femenina todavía se sigue enfrentando, en pleno siglo XXI, a un sinfín de dificultades en su vida cotidiana y profesional simplemente por su género y que en determinadas partes del planeta se multiplican exponencialmente.
Es cierto que en los últimos años se han producido cambios legislativos que han tenido un gran calado en la vida de las mujeres en diferentes ámbitos pero todavía queda mucho por hacer en materia laboral, en el desigual reparto de las tareas domésticas y el cuidado de niños y otros familiares, en el plano de la conciliación, respecto a la libertad sexual y reproductiva, y frente a las violencias machistas.
Todas estas cuestiones evidencian que la desigualdad es un fenómeno transversal que atraviesa la vida de las mujeres en distintos planos y que, por tanto, debe abordarse desde múltiples ámbitos. En el entorno laboral, las mujeres sufren mayores tasas de precariedad y temporalidad que los hombres, piden más excedencias y reducciones de jornada para el cuidado de familiares, ocupan menos puestos directivos y perciben unas retribuciones menores que sus compañeros varones.
Sobre esta última cuestión, en el caso de la provincia, la brecha salarial entre mujeres y hombres es de una media de un 16%, un porcentaje similar al que se registra en el conjunto de Castilla-La Mancha. Esto significa que las conquenses cobran 2.609 euros menos al año que los varones.
Una de las herramientas que ayudaría a hacer un diagnóstico de la situación real y específica de cada empresa y ayudar a corregir esta brecha y otras discriminaciones serían los planes de igualdad. Están obligados a contar con uno las empresas de más de cincuenta trabajadores aunque los sindicatos denuncian que, en la provincia, el 57% de estas no cuentan con esta herramienta.
Así que, cuando este año vuelvan a repetirse el manido mantra del día de los hombres, habrá que contestar como decía una campaña de sensibilización del colectivo de personas con discapacidad para evitar un mal uso de las plazas de movilidad reducida: si quieres mi ‘privilegio’, quédate también con mi problema.
Los avances legislativos y sociales han sido enormes pero también son grandes los retos que quedan por delante para que, como reza la campaña del Gobierno regional de este año de cara al 8M, la relación entre hombres y mujeres sea, por fin, ‘de igual a igual’.
