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Estado de Conciencia

Vivimos, sin duda, un momento convulso: uno de tantos, podría decirse, pero uno de cuya naturaleza somos menos conscientes que en otros tiempos, puntualizaría yo. Veamos unos ejemplos muy didácticos cuya consideración se hace cada día más necesaria. 

1) Los españoles vivimos permanentemente enfrentados: nuestra histórica Guerra Civil no ha terminado. Aquí, cada uno es, vota y se comporta, en desinencia de la experiencia familiar vivida en la contienda. Naturalmente, en sociología todo es estadístico, y hay excepciones puntuales, pero de hecho, esa contienda afecta profundamente la vida y la política de los españoles, y lo impregna todo; por ejemplo, excluye generalmente la justicia democrática del castigo electoral gracias al fenómeno del voto cautivo de por vida. Otro ejemplo estridente: la oposición derechista no soporta gobiernos democráticamente obtenidos por la izquierda, y en consecuencia, los hijos y nietos de la España golpista se afanan en poner en práctica la estrategia guerracivilista heredada de su estirpe familiar, a como dé lugar en las actuales circunstancias: por algo los suyos ganaron la guerra y España les pertenece. Un caso notable, entre otros muchos, sería la campaña de rebelión pública de la señora presidenta de la Comunidad de Madrid, que incluso acostumbra a insultar del modo más barriobajero al presidente del gobierno abierta, alegremente. El contubernio fascista es de libro: si cualquier militarote nostálgico tuviera la tentación de iniciar otra Guerra Civil, el cerril partido de la derecha extrema, no hace falta dar nombres, sería sin lugar a dudas la bandera política de enganche de los rebeldes, como en su día lo fue la Falange. Lo están anhelando sin pudor, no lo ocultan. Repito: la Guerra Civil no ha terminado. 

2) A propósito de la Sra. Ayuso, conviene aclarar que el habitual tratamiento de respuesta razonada a sus exabruptos no es el adecuado. Cada vez que se atreve a excrementar sus necias diatribas, la respuesta apropiada sería la frase “¡qué idiotez, doña Isabel!”, pues su más evidente divisa personal es la falta de rigor intelectual, por no decir insuficiencia/incapacidad comprensiva. Nada de liarse a comentar sus tonterías malintencionadas; en todo caso, responderle dirigiéndose al apuntador que le pasa el folio con las chuletas del discurso, o a quien está al otro lado del pinganillo, como ese amargado asesor, borracho de rencor político, apodado MAR: “No, Sr. MAR, ……etc., etc.”. 

3) La Memoria Histórica al uso pasa inevitablemente por acometer el problema de las cunetas. Cuando la derecha cerril intenta evadirse de sus responsabilidades morales en esos crímenes, hay que recordarles que ellos rescataron sus muertos, que eran muchos menos, apenas un año después del fin de la fase de combates, por Ley de la Jefatura del Estado de 1 de mayo de 1940, para ser enterrados en honor/olor de santidad. ¿Nadie se ha preguntado por qué sólo las izquierdas exigen recuperar los queridos restos humanos de los suyos? Ya es hora de solucionar ese repugnante problema que indignifica en grado superlativo al pueblo español, ante sí, y ante el mundo. 

4) Emigración. No podremos resistir la ansiedad invencible de los desheredados del mundo. Invadirán el para ellos mundo potentado en demanda de asilo vital irreversible, por más que ametrallemos las pateras, como sugieren algunos desalmados de los citados, y vendrán masiva y tumultuosamente a reclamar lo que les debemos, después de siglos de explotación y latrocinio perpetrado en sus patrias de origen por el Norte colonizador, transformando nuestras sociedades en un totum multirracial, multicultural, multirreligioso y maravillosamente diverso. Justamente, debemos recordar a esos desalmados que los criminalizan, que España es el país que más emigración ha producido en Europa a lo largo de la Historia, para matar el hambre o salvar la vida, que son dos formas de la misma supervivencia. Ya había bolsas de españoles diseminadas por el continente en el s. XIV: recordar la llamada Guerra de los Pedros; y lo mismo, pero peor, en el s. XX, y quien esto les recuerda ha podido comprobar la discriminación/ignominia de ser español en varios países del mundo, en más de una ocasión. Que lo sepan. Además, he constatado que, en todas las naciones, la ralea que margina, persigue o rechaza al emigrante/diferente, es siempre la parte más despreciable de la sociedad. Es decir, lo que ellos proclaman de los refugiados, pero al revés. 

5) En consideración a la más rabiosa actualidad, y para concluir por ahora esta lista de reivindicaciones, merece la pena aclarar un asunto que a casi todos nos golpea la conciencia de modo insoportable: la represalia de Gaza. De todos los argumentos esgrimidos a favor (los menos, hay que admitirlo) y en contra de la sangrienta respuesta israelí al atentado de Hamás, es muy necesario aclarar que los palestinos se defienden del mismo modo que lo hicieron los judíos antes de la creación del Estado de Israel (1948): terrorismo puro y duro, que entonces los hebreos ejecutaban a través de sus bandas asesinas del Haganá y el Irgún, en especial éste último (vayan a la WIKI), siempre en nombre de su Dios, que es el nuestro por imposición dogmática. De hecho, el ejército de Israel se formó a partir de aquellas dos bandas desatadas. A todo ello hay que sumar la invasión racista y exterminadora (asentamientos/kibutz) practicada durante 80 años, de modo que, ahora, los supuestos herederos del mítico rey David no pueden reprochar a los semitas/palestinos el haber intentado defenderse de igual forma, inevitablemente, pues la imposibilidad de un Estado propio les impide tener ejército regular que los defienda. Ya basta de mentiras y faramalla semántica: es un GENOCIDIO atroz, y maquillar la realidad es complicidad moral y criminal, y por supuesto, el peor de los pecados, para que lo entiendan mejor los secuaces de las religiones del Libro: mosaicos, musulmanes y cristianos, en esta sarracina que, como todas y siempre, es guerra de religión.