Día Internacional de las Personas con Discapacidad
Hoy, tres de diciembre, los colectivos de las personas con diferentes capacidades, celebramos el día de la gratitud y del agradecimiento por las muchas cosas buenas de nuestra vida y damos las gracias, a todos, por las muchas logros conseguidos a lo largo de los últimos años.
La gratitud significa tomar aire y detenerse para tomar conciencia y valorar las cosas que solemos dar por sentadas, como por ejemplo, tener espacios donde trabajar, residencias, sedes, viviendas tuteladas, talleres ocupacionales, centros especiales de empleo, técnicos, psicólogos, trabajadores sociales, animadores socioculturales, acceso a los espacios públicos y muchas cosas que hacen que nuestra calidad de vida y la de nuestras familias, sea cada día mejor.
Ser agradecidos nos hace sentir bien. Adoptar el hábito de la gratitud es muy positivo para nosotros. Sentirnos agradecidos tiene un impacto, enormemente positivo, en nuestras vidas y nos ayudan a compensar las emociones negativas del colectivo.
Si hay personas en el mundo que son capaces de percibir valses procedentes del cielo, sentir la música en sus cabellos, escalar balcones entre enredaderas y tocar la punta de una estrella con sus manos, son las personas con diferentes capacidades. La sociedad, en muchas ocasiones, percibe la discapacidad, como un mal menor, y les cuesta ver en las personas que luchan por su plena inclusión y por la mejora de su calidad de vida y la de sus familias a unos ciudadanos con alma, sencillos, humildes, generosos, luchadores y profundamente agradecidos. Valores que hacen que una sociedad mejore mucho en sus relaciones sociales, laborales y personales.
Si quieren conocer la teoría del espiralismo, acérquense a conocernos “Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra personal de todos nosotros, continúa. Nunca debemos dejar de soñar. Los sueños hacen libre al hombre”, La sociedad de hoy somos todos, y todos tenemos capacidades diferentes; vamos a vivir la vida con intensidad; el futuro está en cada uno de nosotros y no nos vamos a resignar; vamos a luchar por ocupar los espacios que nos corresponden y vamos aprender de quienes pueden enseñarnos para que nuestra vida no pase sin ser actores de la misma. Cada ser humano puede crear su propia espiral de optimismo y felicidad. Para lograrlo tiene que saber que sus movimientos, sentimientos, decisiones y actuaciones más básicos dependen de él mismo. Dependen de nosotros mismos. Vamos poner el foco en lo que sí se puede cambiar, no dedicar nuestro esfuerzo a lo que no se puede controlar. No vamos a dejar de trabajar, tenemos toda la eternidad para descansar.
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