Un debate público imprescindible
No se trata, desde luego, de una cuestión baladí: la permanencia o la supresión de la actual línea Aranjuez-Cuenca-Utiel del tren convencional puesta sobre el tablero del debate socio-político-económico por la reciente propuesta de la CEOE-CEPYME de Cuenca es, sin duda, un factor fundamental diferencial cara al futuro del transporte en nuestra provincia desde que tal medio de comunicación viaria llegara por primera vez a Cuenca el 12 de julio de 1883 tras que la Compañía del ferrocarril de Aranjuez a Cuenca lograra finalizar en lo esencial las obras de la línea que unían la ciudad con el sur de Madrid y dos años después, en septiembre de 1885, como consecuencia de los problemas que bien rápidamente se sucedieron, MZA se hiciera cargo de ella. De entonces a acá la línea ha pasado por los más diversos avatares y por un proceso de progresivo deterioro de su funcionalidad por su inadaptación a los nuevos tiempos que llevaba a que por ejemplo, viniéndonos a las fechas más cercanas, ya en 2010 se hablara de su posible supresión por parte del Ministerio de Fomento y Adif a causa de la apertura de la nueva Estación de Alta Velocidad Fernando Zóbel, una posibilidad que la sociedad conquense rechazó públicamente saliendo a la calle el 13 de noviembre en multitudinaria manifestación para reclamar su continuidad en atención a su papel vertebrador de los pueblos de la provincia en una acción ciudadana que sin duda influyó en que diez días después, el 23 de ese mismo mes, el entonces titular del ministerio José Blanco anunciara que la línea seguiría en funcionamiento, aunque en verdad la falta de atención a su trazado ha seguido manteniendo en el alero su continuidad. Dentro de ese proceso la propuesta de la patronal conquense que, según se ha venido señalando en los medios de comunicación, se basaría en la eliminación del servicio de tren tradicional para sustituirlo por un servicio de autobús para conectar con los pueblos de la provincia y una ampliación de los servicios de trenes AVANT en las líneas Albacete-Cuenca-Madrid y Madrid-Cuenca-Valencia que abaratara el coste del billete, es evidente que marca, por la importancia socioeconómica de sus proponentes y su propia condición de conquenses, un punto de inflexión en el debate. Por ello resulta absolutamente imprescindible, es decir, necesario y obligatorio, la apertura del más extenso e intenso debate público, un debate en el que no sólo participen los partidos y agrupaciones políticas –la mayor parte de cuyos representantes no estuvieron especialmente finos ni acertados a la hora de la ubicación de la mencionada Estación del AVE– sino el total abanico ciudadano para, aprovechando la ocasión brindada por la propuesta empresarial, no sólo debatir ésta sino cuantas otras opciones pueda haber para mejorar la red de movilidad provincial, incluida, desde luego, la de la modernización de esa hoy por hoy tan deficiente línea ferroviaria –en un momento en que bien llevada la opción del tren parece bastante más limpia, ecológica y eficaz que otros medios de transporte– para la que a este articulista se le ocurre que quizá –no sabe si estaríamos o no a tiempo pero a lo mejor pues hasta sí– bien se podría echar mano de algo de ese maná económico que procedente de Europa nos va a ir llegando. Y sin olvidar, desde luego la absoluta necesidad de conseguir, tanto para lo uno como para lo otro, la implicación del resto de las administraciones de la Comunidad y del Estado.
