Arcoíris

Como ya sabéis, me encantan las diferentes formas de comunicación; las paradojas y curiosidades que presentan.   Así, hoy voy a hablaros de indicios, iconos y símbolos.  Un indicio es aquello que percibimos y nos hace inferir la existencia de otra cosa.  Por ejemplo: si a lo lejos veo humo, deduzco que hay fuego.  El humo es un indicio.  Si leo un pacto firmado con un partido abiertamente antifeminista, deduzco que el otro partido no es feminista.  El pacto es un indicio.  Luego están los iconos, esos son los más fáciles. Una carita sonriente significa alegría ante algo.  Si alguien escribe un Tweet, machista o «antiloquesea», y recibe como respuesta una carita sonriente, ¿qué significa? ¡Muy bien!

Ahora vamos con los símbolos.  En los símbolos la relación entre las dos partes es arbitraria; es decir, nos la hemos inventado. Es difícil que una carita sonriente signifique tristeza o que el humo sea indicio de que hay plantados girasoles; pero con los símbolos puede pasar cualquier cosa; como que el arcoíris, un símbolo cristiano, acabe siendo la bandera del Orgullo.  Pero vivimos en un país lleno de gente que odia y ama a las banderas, aunque todas estén fabricadas en China.  Y así es como la bandera arcoíris se ha convertido en estos días, y para todos, en el símbolo de la libertad y la igualdad.  Pero no la libertad para conducir con unas copas de vino o no encontrarte con tu novio; ni la igualdad para odiar a todos por igual; la Libertad y la Igualdad con mayúsculas.