El Centro sin nombre (I)
El Ayuntamiento de Cuenca aprobó en la última reunión del pleno iniciar los trámites para crear un Centro dedicado a la cultura (todavía sin nombre) en las dependencias de los antiguos talleres, almacenes y parque de bomberos.
Para ello se prevé la rehabilitación y acondicionamiento de los edificios municipales ubicados en la Avda. de los Reyes Católicos. Son edificaciones en desuso desde hace varios años, que fueron construidos tras la guerra civil, con una arquitectura llamativa y que no dejan a nadie indiferente.
Hasta aquí la noticia. Pero ¿Cómo será ese nuevo recurso cultural?
Nosotros confesamos que nos intriga el diseño conceptual que se haga del mismo, pues pensamos que no debemos dejar pasar la oportunidad de concebir un recurso singular que responda a las necesidades de una sociedad que aspire a distinguirse por brindar oportunidades a todos pero especialmente a los jóvenes de nuestra comunidad.
Todos sabemos que el nombre define la función y delimita el ámbito de la actividad. Esta afirmación es especialmente certera si hablamos de recursos dedicados a la cultura. Nuestro Teatro- Auditorio empezó llamándose Auditorio a secas hasta que alguien, con buen criterio, pensó que debía servir no solo para la música sino para otras artes escénicas y propuso cambiar su conformación estructural, su utilidad y en consecuencia su nombre.
Por ello aconsejamos a la corporación municipal que acuerde un nombre para el nuevo recurso y lo haga habiendo resuelto antes lo que de momento es una incógnita: ¿Qué piensa el consistorio que la ciudad necesita?
La respuesta a esa simple pregunta les permitirá evitar la repetición de espacios de los que la ciudad ya está súper- dotada.
Sabemos que el proyecto es una antigua idea que, como tantos otros, no se ha llegado a concluir. Nació en el año 2005 y fue presentada al alcalde del momento por su autor, José Luis Muñoz Ramírez, jefe del servicio de cultura y director del Teatro Auditorio en ese tiempo.
Pronto se incorporó a la agenda de trabajo municipal y comenzó la reflexión sobre el alcance y la orientación que debería darse al mismo. Se avanzó en el diseño de su contenido y se invitó a la JCCM a participar y colaborar como un proyecto piloto que pudiera “exportarse” posteriormente a otras poblaciones de la Región, pues desde el primer momento se pensó en hacer algo “diferente”, una novedad.
Pero no era exactamente una novedad. Hoy hemos sabido que en Europa ya existía desde 1983 una organización llamada Trans European Halles que se encarga de asesorar, brindar información, intercambio y ayuda a este tipo de centros que se crean transformando edificios abandonados y naves industriales en desuso en importantes contenedores culturales.
Castilla la Mancha y Cuenca miraron en aquel momento a San Sebastián, que era entonces un referente, al igual que la Casa Encendida madrileña.
Se avanzó incluso en la redacción de un ante proyecto arquitectónico según se supo.
Poco sabemos de lo que ocurrió después ya que la legislatura municipal concluyó y la nueva corporación nacida de las elecciones municipales cambió el signo político del gobierno, con criterios sin duda diferentes, pues todo se cubrió de silencio en este asunto.
Se hizo un tímido intento de resucitarlo a partir de 2011 (una nueva corporación se había hecho cargo de la gobernación municipal) a instancias de los grupos de dedicados a la producción teatral. Pero el proyecto era demasiado costoso para la crisis de las finanzas municipales, ayunas de colaboraciones externas. De nuevo el silencio sucedió a las buenas intenciones.
Hoy renace la esperanza. Ya veremos.
Y ¿Cuál era el nombre elegido originariamente? Este artículo tiene una continuación. Queda dicho.
