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Zupo Equisoain: "No sé qué sería de mi vida sin el balonmano"

He tenido varias ofertas para irme pero estoy muy a gusto en Cuenca y muy identificado. Muchas veces es más importante estar con tu familia donde te quieren que dos o tres mil euros al mes
Zupo Equisoain: "No sé qué sería de mi vida sin el balonmano"
23/02/2014 - L. N.

El técnico más veterano en los banquillos de la Asobal desgrana su relación con el deporte que le ha formado “como persona y deportivamente” en un amplio repaso por la evolución y situación de esta disciplina

La importancia de Zupo Equisoain en el balonmano español, el más veterano técnico en los banquillos de Asobal, provocó que Canal Plus le realizara una extensa entrevista con motivo de cumplir su partido 650 en los banquillos en la máxima categoría del balonmano español. Alternando imágenes de la Cuenca ‘altiva’, como en su día la definió nuestro eterno poeta Federico Muelas, con situaciones vividas en el banquillo, el reportaje nos mostró a un Zupo Equisoain que supo por encima de todo analizar el pasado, presente y futuro de nuestro balonmano. Estas son algunas de sus importantes afirmaciones en este reportaje.


Zupo y el balonmano

El balonmano para mí es mi vida. Por el balonmano he salido de casa, me he formado como persona y deportivamente, y he creado las relaciones sociales que ahora tengo. Amo al balonmano, es un deporte pobre, pero muy bello. Tiene todas las disciplinas atléticas y cuando ves dos partidos, te enganchas. Mi vida gira alrededor del balonmano, pienso 25 horas en él. Tal vez, por eso, me he mantenido 22 temporadas en la élite con lo difícil y complicado que es. Me siento orgulloso de haber dirigido tantos partidos sin tener un cese, de haber vivido tantas experiencias, con jugadores top mundiales o jóvenes, como ahora. No sé qué sería mi vida sin el balonmano.


La evolución del balonmano

Ha evolucionado mucho desde que con 26 años entrené por primera vez en División de Honor (hoy liga Asobal). Lo ha hecho a nivel de entrenamientos, de calidad y de profesionalismo. Hace años, los equipos entrenaban por la tarde. Ahora, salvo algunos obligados por la crisis, entrenan mañana y tarde. Todo ha sido una mejora en la calidad del juego y del jugador. No se veían jugadores como ahora de dos metros y cien kilos de peso, no existían. Eran gente de casa y los equipos sólo tenían dos extranjeros, no como ahora que puede haber hasta nueve.


El recuerdo de su primer título de campeón

No me cabe duda, fue en Valladolid ante el Barcelona y la Copa del Rey. No éramos favoritos, pero aquel partido fue algo especial porque el primer título que se conseguía para el deporte navarro. Aquello trajo, además de muchas alegrías, el conseguir una gran ayuda económica para el club. La alternativa a Indurain era el Portland San Antonio. Fue un fenómeno social y para mí, que era un hombre de la casa, una gran alegría. Cuando lo recuerdo, se me pone la carne de gallina.


Momentos especiales

Sin lugar a dudas, la Copa de Europa que le ganamos al Barcelona en un Palau a reventar. También la que perdimos en Montpellier, los árbitros nos ‘robaron la cartera’, después de ir con una renta de 8 goles. Ha habido alegrías y tristezas, pero por encima de todo me acuerdo de que he tenido la suerte de tener a los mejores jugadores del mundo con Richardson, Balic, Mateo Garralda, Svensson, Jacobsen… Jugadores de distintas nacionalidades que habían sido con sus selecciones campeones del mundo, de Europa y olímpicos. Hicimos un grupo en Pamplona que generó en el vestuario un ambiente excepcional y esa gente consiguió todos los títulos para el club.


El mejor jugador que ha tenido

Sin lugar a dudas, Richardson. Era un 10 como persona y como jugador, y el lo sabía. En todos los pabellones lo aplaudían y nunca le vi negar nada de lo que le pedían, lo mismo era una camiseta que un calcetín. Era consciente de su imagen a nivel mundial. En muchos aspectos, me marcó.


El balonmano y la crisis

La crisis ha sido tremenda y en especial para este deporte. El balonmano es un deporte pobre, pero bonito. A los clubs les cuesta mucho conseguir recursos a nivel de socios, publicidad estática o patrocinadores. Las instituciones han dejado de dar dinero y antes, según en qué sitios, muchos equipos tenían más del 30 por ciento de su presupuesto con lo que aportaban ayuntamientos, diputaciones o gobiernos regionales. Eso se ha acabado. Las malas gestiones en épocas anteriores han derivado en una política austera. Eso hace que, después de ser la mejor liga del Mundo, hayamos caído cinco o seis peldaños. Hubo una etapa en el balonmano, hace muchos años, en el que los clubs acumularon deudas y el CSD salió al rescate. Hace cinco o seis años, la gente empezó a realizar presupuestos pensando en los ingresos y eso ha significado que han dejado de llegar jugadores extranjeros top de calidad y, además, los mejores nuestros se van a otras ligas. Equipos como el San Antonio, el Teka o el Atlético de Madrid, no supieron aceptar su nuevo status, no supieron dar un paso atrás, y han desaparecido. 


Salarios bajos y política de ahorro

Entre 900 o 1.200 euros al mes ahora tienes a un jugador extranjero. Antes, eso era impensable. Nuestros jugadores van de 400 a 1.200 euros, máximo 2.500, pero sólo hay dos. La mayoría se mueve en una banda de 1.000 a 1.700 euros y con eso mantienes un poco la vida del equipo, del balonmano en Cuenca. Un constructor, Edenca, nos ha dejado unos pisos que no tenía ocupados y ahí viven los jugadores. En un presupuesto tan austero como el nuestro, ese ahorro es muy importante. Echamos imaginación, pedimos favores personales, todo para que se mantenga el balonmano en Cuenca.


Oportunidad para los jóvenes

Jugadores que hace cinco o seis años era impensable que estuvieran en la liga Asobal, ahora están y eso, para mí, es una reflexión positiva. No tenemos una liga de calidad alta, pero sí estamos tirando de cantera, de jugadores jóvenes que medio o largo plazo pueden ser jugadores importantes para la Selección porque van a rentabilizar su experiencia. En la liga Asobal es igual, hay jugadores entre 18 y 20 años que están compitiendo, que se están formando y a hay que tratarlos con cariño. Es lo positivo de esta crisis.


Un conquense más

He tenido varias ofertas para irme, pero estoy muy a gusto en Cuenca y muy identificado. Tengo un status con el que disfruto. Muchas veces es más importante estar feliz con tu familia, con tus hijos, donde te quieren que dos mil o tres mil euros al mes. Soy un conquense más, mi familia está muy integrada y decidimos no movernos.


El Globalcaja Ciudad Encantada

El club, con sus distintas denominaciones, esta temporada cumple 25 años, sus bodas de plata. Siempre ha habido mucha tradición en Cuenca al balonmano, los aficionados son muy fieles, llenan el pabellón y sienten el escudo y la camiseta. Eso hace que nuestra pista sea difícil de batir, sin olvidar que acompañan al equipo como hace la peña Furia Conquense, una de las mejores de nuestro balonmano. Es un club modesto, Cuenca vive de los servicios porque no hay industria y esto hace que tenga mucho mérito el trabajo de una directiva de cara a subsistir. Tenemos 500 mil euros de presupuesto, miramos el euro al céntimo y si hay que viajar a Barcelona en el día, lo hacemos, pero movemos una cantera de 350 niños. Lo importante para nosotros es seguir en Asobal, no quedar el décimo o el octavo. Esa es nuestra máxima porque es lo quiere el aficionado conquense.


El debut de Sergio López con 15 años

Es la primera vez que me ha pasado en mi vida, darle paso a un niño de 15 años que, dos meses antes, había jugado con los cadetes. Hubo la posibilidad de que este año tuviera ficha y no me lo pensé. Es la perla de Cuenca, lo más preciado de la cantera y pronto lo veremos explotar en Asobal. Le hice debutar en el primer partido de liga, contra el Barcelona. No le dije nada, pero lo veía en el banquillo y me preguntaba en qué estaría pensando, viendo en la cancha a Karabatic, Entrerríos, Saric, Víctor Tomás… Eso sí, cuando le dije que saliera, ni se cortó, ni se puso blanco, jugó unos minutos y es algo que se le va a quedar para toda la vida. Esa experiencia sólo la puede vivir él, un niño de quince años que jugó en Asobal ante esos jugadores y que al día siguiente tuvo que ir al colegio.


El ambiente en el equipo

Hay un ambiente excepcional, el equipo es como una familia. Ayuda el que estén todos muy cerca viviendo, hace que se junten para tomar una cerveza, una cocacola o un café. Las familias conviven y hablan. Siempre he dicho que tener un buen vestuario es tener dos puntos más. Te cuento una anécdota. Cuando fichamos a Milosevic, a través de su padre nos surgió la oferta de contar con el joven Lipovina, que ya había jugado con la selección de Montenegro. Le dijimos que no podíamos darle un gran contrato, ni pagar la baja en su club, campeón de su país. Su padre decidió pagar los 8.000 euros de la baja y que el chico viniera con nosotros y entrenar conmigo, a pesar de que tenía ofertas de varios equipos. Ahora mismo está entre los cuatro máximos goleadores de la liga.


El final del túnel

Es lo que más rabia me da, que no veo salida. No sé si esto nos va a durar, tres, cuatro o seis temporadas. No veo el fin de este peregrinaje hacia la luz. Bajo mi punto de vista, es lo más preocupante, pensar cuándo volverán nuestros mejores jugadores y nuestra liga recuperará su nivel. ¿Cuándo volveremos a ser lo que fuimos? Es el interrogante, la duda y la reflexión que nadie me la puede contestar.


ZUPO EQUISOAIN, UN ENTRENADOR QUE HACE HISTORIA 

Francisco Javier ‘Zupo’ Equisoain Azanza nació el 7 de mayo de 1962 en Pamplona, por lo tanto ahora tiene 51 años. Su historial deportivo tiene una etapa muy corta como jugador y muy amplia y rica como entrenador. Como jugador empezó en 1975 en la Escuela de Balonmano Maristas San Antonio en infantil y cadete. En juveniles pasó al San Antonio donde terminó en Primera División Nacional en 1981, año en el que se retiró para ser únicamente entrenador, actividad en la que comenzó en 1979 llevando a los alevines y juveniles, hasta 1988.


A partir de ahí, comenzó su carrera como técnico en el primer equipo del San Antonio como Espárragos de Navarra, en Primera Nacional y con el que ascendió a División de Honor (hoy liga Asobal). En la máxima categoría del balonmano español estuvo con el Mepamsa San Antonio hasta la temporada 92-93. El conjunto navarro descendió y Zupo Equisoain se vino a Cuenca, tras la marcha de todo el equipo de Madrid, desde su presidente Jorge Sancho y directivos, hasta el entrenador Juanito Hernández.

En su primera etapa en Cuenca, dirigiendo al BM. Conquense, Zupo estuvo dos temporadas en las que rehizo el equipo y sorteó, con más de un disgusto, la cerca presencia del exjugador Bata Obucina que también quería ser el entrenador. Se marchó, pero su estancia entre los conquenses le había dejado marcado de cara al futuro.


Tras su marcha de Cuenca y habiendo recuperado la categoría el San Antonio, ahora como Lagun Aro, Zupo Equisoain volvió al conjunto navarro donde viviría sus mejores experiencias deportivas, convirtiéndose en una leyenda del balonmano español cuando la empresa Porland apoyó al San Antonio. En diez temporadas, nuestro protagonista lo ganó todo: fue campeón de Europa, de la Recopa de Europa, de la Supercopa de Europa, de la liga Asobal, de la Copa del Rey y de la Supercopa de España. En total, 11 títulos y 12 finales perdidas.


En esa época tuvo a sus mandos a los mejores jugadores del mundo, siempre se acuerda de Richardson. En 2007, agotado el ciclo en el San Antonio, dejó el puesto de entrenador y tras un año sabático aceptó el cargo de seleccionador y coordinador de la Federación de Italia. Iba para cuatro años, pero a los dos decidió volver a ser entrenador y la sorpresa fue que eligió Cuenca, a pesar de que perdía dinero.


Esto ocurrió mayo de  2010 y aquí sigue, a punto de cumplir su cuarta temporada consecutiva. Su presentación como entrenador, en la vuelta a su segunda casa, fue todo un acontecimiento deportivo en nuestra ciudad. Cuatro años después, la normalidad de verlo viviendo, a él y a su familia, en Cuenca conlleva el peligro de no saber quién es Zupo Equisoain, lo que ha sido y sigue siendo para el balonmano español. Sin ir más lejos, el pasado sábado en Logroño dirigió su partido 636 en la máxima categoría de nuestro balonmano. A estos, añadan los encuentros europeos, los de Primera Nacional, con la selección de Italia y los amistosos. 


Cuando entrenó en División de Honor no existía Asobal, así que su vida deportiva es la historia reciente del balonmano español. Y sin embargo, su genio y sabiduría, en las canchas, y la sonrisa y calidad humana, de pabellón para fuera, sigue siendo un gran reflejo de su personalidad.