Tomás Bux: "Todo lo que sea creativo me hace disfrutar mucho"
"Hay un encargo del que tengo un recuerdo muy especial, como es el monumento al alfarero conquense"

26/07/2015 - Miguel A. Ramón
El artista conquense Tomás Bux se ha encargado este año de elaborar el cartel de la Feria y Fiestas de San Julián de Cuenca 2015, lo que le ha hecho mucha ilusión
Se define como escultor alfarero y tiene un estilo propio al que le ha puesto incluso nombre “buxiano”. Este año es el autor del cartel de la Feria y Fiestas de San Julián 2015, un encargo que, según dice, le ha hecho mucha ilusión. El artista conquense Tomás Bux asegura que cuando el Ayuntamiento de Cuenca le hizo el encargo “me sentí la persona más feliz del mundo, fue todo un privilegio”. A raíz de este encargo, hemos charlado con él para recoger sus sensaciones y repasar su trayectoria.
Le ha resultado difícil concebir el cartel de la Feria y Fiestas de San Julián de Cuenca 2015?
No, complicado no. Al principio, me daba un poco de respeto, pero después he disfrutado haciéndolo y espero que la gente también disfrute con este cartel.
¿Qué ha intentado plasmar en este cartel?
Mi cartel lo defino como un cartel salpicado de sensaciones y recuerdos de fiesta y alegría, girando todo en torno a la Feria y Fiestas de San Julián. Es un nocturno iluminado por dos fuentes de fuegos artificiales en la parte superior. Está enmarcado por dos gigantes, que he convertido en reyes, en recuerdo a los gigantes y cabezudos que recorrían las calles de Cuenca. Entre las dos fuentes de fuegos artificiales se encuentra la Torre de Mangana con toque buxiano, símbolo de la convivencia de las tres culturas, junto al monumento a la Constitución. Debajo de este Olimpo, hay carruseles, tíovivos, noria, caballitos, coches eléctricos, tómbolas, etc… y, cómo no, mis ojos buxianos observando la feria.
¿Cómo se define Tomás Bux?
Mi oficio es escultor alfarero. Me gusta tocar todos los campos. Todo lo que sea creativo, me hace disfrutar mucho. En pintura tengo una línea figurativa abstracta con un toque “buxiano”. Y, sobre todo, soy una persona que disfruto mucho con mi trabajo.
El soporte principal de sus obras es el barro, pero ¿no es el único, verdad?
Aunque mi oficio puro es ser alfarero y ceramista, inclinándome mucho hacia la escultura, también tengo mucha experiencia en cartelería, he hecho citaciones para Semana Santa, etc…
Aunque todas tus obras sean muy importantes para usted y sean muchas las que ha realizado, ¿hay alguna que la recuerde con especial cariño?
Sí, sin duda. Es la escultura de homenaje a Pedro Mercedes, que está colocada frente al barrio de San Antón. Cuando me encargaron la obra, la verdad es que fue para mí de lo más bonito que me podían encargar. Se me pusieron los pelos de punta. Al fin y al cabo, Pedro Mercedes fue un maestro para mí, a través de su oficial, el señor José, con quien trabajé.
En todas sus obras pone cariño y esmero y se puede decir que de todas ellas está orgulloso, pero ¿hay alguna, en especial, en la que haya echado el resto y finalmente no haya tenido el reconocimiento que usted cree que se merecía?
Sí, en Valverde de Júcar hay un parque que tiene puesto mi nombre. Un parque dedicado al cambio climático y en el que realicé ocho esculturas de dos metros y medio de altura, que representan a los continentes. Son árboles muy altos, estilizados y coronados con mis ojos característicos, como símbolo de que observan todo el universo. Pero después de hecho el conjunto escultórico, este parque todavía no se ha inaugurado.
¿Cómo nace el arte buxiano, ese arte tan singular y personal?
La magia del arte se consigue con mucha constancia, con tiempo y mucha dedicación. Entre los elementos característicos de mi arte se encuentra el ojo; de hecho, la gente asocia mis obras con este ojo. Es el ojo vigilante, es el ojo observador, es el ojo que todo lo mira… Y luego también me caracterizo por mis mezclas, que son de estilo naif, muy personales y en las que destaca una explosión de colorido. Ningún color está de más, todos valen.
¿El arte buxiano es un poco caótico?
Bueno, es caótico, pero con cierto orden, en el que nada está de más: todos los colores valen, todo tipo de personajes, elementos, etc… Ninguno de ellos se estorban entre sí.
¿Qué tipo de influencia ha tenido para llegar a ese arte tan propio y personal, como es el buxiano?
Todo artista tiene influencia de otros. Siempre coges un poco de distintos artistas, lo combinas y le das una visión particular y singular. Entre esas influencias bien pueden estar Picasso, con su surrealismo, y, como no, Dalí, con su dibujo tan particular.
¿Cuándo nació el Tomás Bux artista?
Claro que sí hubo un momento muy concreto. A los 15 años comencé haciendo una vasija tradicional y la verdad es que ese tipo de obra no me llenaba. Entonces cambié un poco el estilo y me incliné hacia la escultura. Después fui al servicio militar y, tras regresar, fue cuando se puede decir que nació el Tomás Bux artista. En ese momento, decidí que debía trabajar en lo que me gustaba: trabajar el barro de una manera muy particular.
¿Cómo le gustaría que le vieran los conquenses o los ciudadanos, en general?
Soy una persona muy sencilla y humilde. No me gusta destacar o presumir. Aunque procuro ser muy cercano a la gente, soy muy tímido. Me gustaría que los conquenses tuvieran de mí una imagen de un hombre sencillo, dispuesto a ayudar cuando me lo piden y, en definitiva, como una persona bondadosa, simplemente eso.
¿Y cómo le gustaría que le recordaran?
Me gustaría que me recordaran por haber conseguido ser profeta en mi tierra. Creo que voy a serlo.
Entre las personas que tienen en su poder alguna de sus obras, hay bastantes famosos ¿resaltaría alguno en concreto?
Bueno, la verdad es que no destacaría a nadie en concreto, Tienen obras mías prácticamente todos los toreros del escalafón taurino, políticos, como Luis Rojas Marcos, o escritoras, como María Dueñas.
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