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“El público se va a enamorar de Drácula”

La soprano taranconera es la protagonista femenina de Vlad, musical que llega este sábado al Auditorio de Cuenca
“El público se va a enamorar de Drácula”
Estíbaliz Martyn interpreta a Mina Murray, personaje en torno al cual gira el triángulo amoroso entre Drácula y el abogado Jonathan Harker. Foto: Vlad
28/09/2019 - Dolo Cambronero

Toda su vida ha girado en torno a la música y el mundo de la interpretación. Aunque nació en Madrid, Estíbaliz Martyn (1993) se vino con tres años a Belinchón y también está muy ligada a Tarancón.

Con tan solo cuatro años empezó a ir a clases en Saelices con María Suárez Bricio, su primera profesora de piano, ya fallecida y de la que guarda un recuerdo muy especial.

La soprano y actriz, que acumula numerosos premios y becas a sus espaldas, vuelve ahora a tierras conquenses con Vlad, donde interpreta a Mina Murray, protagonista de la famosa novela de Bram Stoker.

La adaptación musical de la obra, escrita por Plácido Domingo -hijo del conocido tenor- y Samantha J. Freeman, llega al Teatro Auditorio de Cuenca este sábado, a las 20:00 horas, con un elenco de 17 artistas.

La joven asegura que el público se enamorará de este Drácula que recorrió oceános de tiempo para reeencontrarse con ella.

Interpreta al personaje femenino principal. ¿Cómo es su Mina Murray?

En torno a mi personaje gira todo el triángulo amoroso con el abogado [Jonathan] Harker y Drácula. Me lo paso fenomenal. Mina me está dando momentos inolvidables encima del escenario y me permite vivir otra vida, que es por lo que yo elegí esta profesión. Es dulce, inteligente, con una fuerza interior tremenda y tiene una gran extensión vocal cantada y recitada. Interpretativamente va a dar muchas sorpresas. Estoy muy contenta de participar en este proyecto. En abril estuve en la Semana Religiosa de Cuenca y volver al Auditorio me hace especialmente feliz. Trabajo en otros países pero mis raíces me tiran. Es un privilegio volver a la tierra. El público va a salir muy emocionado, va a ser una velada inolvidable. Aunque la obra es aparentemente de terror y se ha respetado 100% el libreto, lo que prima es el amor. Hay sangre en escena pero que nadie espere sustos ni terror. El público se va a enamorar de Drácula, que puede ser un mártir.

¿Cómo ha preparado este personaje?

Me he preparado durante meses, compaginándolo con otros proyectos. Desde que Plácido Domingo Júnior me vio en la audición tuvo claro que me quería a mí para este personaje. Me había visto ya antes en Don Juan Tenorio en Gran Vía. Aunque es un musical y yo vengo de la ópera, mis raíces están también en el teatro músical porque me he formado en arte dramático. Y me siento como pez en el agua. Este personaje me da muchas cosas y me siento muy cómoda con él. No es una ópera como tal. Yo canté con Plácido Domingo en La Almudena en junio y eso sí lo era. Esto es teatro musical, donde se baila, hay una coreografía maravillosa y se interpreta y se canta de manera diferente a la ópera. El teatro musical está ahora en auge en España. Aunque Mina requiere también una técnica vocal lírica porque hay momentos cantados que sorprenden. En el teatro es donde más disfruto porque me permito ser otros personajes. Es la esencia de ser actriz. Por eso elegí esta profesión. Y visualmente, es un espectáculo basado en la época victoriana en Londres y el vestuario y la peluquería están ambientados en esa época. Se quiere dar un aire fresco de la actualidad pero respetando la novela original.

¿Cómo empezó en este mundo?

Nací en Madrid pero a los tres años nos mudamos a Belinchón por el trabajo de mis padres. Hago vida entre este pueblo, Tarancón, donde voy al colegio, y Saelices, donde tuve a mi primera profesora de música, María Suárez Bricio; a ella le debo todo. Murió atropellada cuando yo tenía once o doce años; fue muy traumático. Mi hermana iba a clases de piano y yo se lo pedí a mis padres. A los siete años, hice la prueba de acceso al conservatorio y entré a quinto. Iba con gente que me sacaba más de diez años. Siempre he sido la más pequeñita. Y con 18 años termino la carrera. Esto lo compagino con el teatro, la danza... Siempre pedí que me llevaran a clases porque me apasionaba este mundo y disfrutaba mucho. Para mí era un juego. También me gustaban los idiomas; hablo cinco y esto me ha ayudado porque cuando terminé el conservatorio, fui admitida en la Escuela Superior de Canto de Madrid pero acabé en Alemania. Luego he estado también en otros países. Me he encaminado desde pequeña a este mundo.

Solo tiene 26 años. Ha hecho muchas cosas...

Me he organizado muy bien desde pequeñita. Tenía el colegio, la música, la danza... Todo eso me dio disciplina para organizarme. Soy seria en mi trabajo, a veces demasiado. Es una vida sacrificada pero merece la pena. Me siento muy agradecida a la vida. Esta profesión es nómada, muy dura porque nunca sabes dónde vas a estar. En enero me voy a Seul (Corea) a interpretar una traviata. Así siempre. Voy y vuelvo. Es una locura. Agradezco mantener mis raíces, tener casa en Tarancón, en Belinchón. Siempre que puedo vuelvo. Es mi lugar de desconexión. Me encanta viajar pero se necesita tener un hogar. También me han apoyado siempre mis padres. Si no, es imposible seguir. Además, tengo un máster de Patología de la Voz, especialización en rehabilitación vocal, también relacionado con mi profesión.

¿Cuáles son sus proyectos de futuro?

Tengo más óperas en Lisboa, en el teatro San Carlos; y más proyectos en Italia y la actuación en Seul. En España, tengo conciertos como soprano solista. En enero haré un recital en el Teatro Circo de Albacete porque el año pasado gané el I Concurso Nacional de Canto Lírico. Y algo que me hace especial ilusión son proyectos en cine y en televisión, en una serie que se está fraguando. Aunque ahora estoy centrada en este musical, en el que tengo la suerte de ser la protagonista. La gente tiene que venir a verlo.